‘Mecánica Nacional’ ǀ La estética del caos

Manolo Fábregas, Sara García, Lucha Villa, Pancho Córdova, Alma Muriel y Héctor Suárez son parte de este filme dirigido por Luis Alcoriza, discípulo directo de Luis Buñuel.

Manolo Fábregas, Sara García, Lucha Villa, Pancho Córdova, Alma Muriel y Héctor Suárez son parte de este filme dirigido por Luis Alcoriza, discípulo directo de Luis Buñuel.

Por Miguel Martín Felipe

RegeneraciónMx, 13 de noviembre de 2022.- En 1972 fue estrenada una película mexicana con un enfoque muy peculiar. Mecánica Nacional es un retrato poliédrico de la sociedad mexicana dentro de un entorno que resulta muy conveniente para que aflore lo más selecto de los vicios y las virtudes, algunos propios de la época y otros tantos atemporales.

La película fue magistralmente dirigida por el extremeño naturalizado mexicano, Luis Alcoriza, discípulo directo de Luis Buñuel. En su haber se cuentan dramas tan sólidos como Tlayucan, Tiburoneros o Tarahumara, así como cortometrajes de gran calidad, a saber: Fe (dentro de Fe, Esperanza y Caridad) y el inquietante La puerta, donde explora la relación del ser humano con lo desconocido.

El filme se centra en la historia de una familia de clase media baja, cuyo padre tiene un taller mecánico, que se embarca en una aventura junto con vecinos y amigos hacia un paraje de la carretera México-Cuernavaca para vivir una jornada de convivencia y culminarla presenciando el cierre de la Carrera Panamericana, un evento de automovilismo deportivo muy relevante por aquella época, en el cual, por cierto, llegaron a participar Nick Mason y David Gilmour, integrantes del mítico Pink Floyd. En el paraje El Arenal (locación original de la filmación), convergen personajes variopintos, pero que a la vez cumplen con estereotipos de la época. El militar que se va de juerga con una dama de compañía a quien pretende hacer pasar por su esposa, los jóvenes hippies que viven una muy mexicana versión del flower power, los norteños que vienen en busca de aventuras sexuales, los asturianos que beben y entonan cánticos propios de su región, las secretarias que se escapan de la rutina en busca de acción, así como dos personajes sin diálogos que destacan por su peculiaridad: una pareja joven que llega en un convertible blanco y ataviados con ropa del mismo color, disponen un opíparo menú en un mantel de picnic para proceder a una frenética ingesta que nunca para, al grado de terminar totalmente sucios en medio de su desenfreno. Se podría pensar que estos personajes son un homenaje directo a La gran comilona de Marco Ferreri, sin embargo, aquella otra comedia surrealista se estrenaría en 1973, un año después de Mecánica Nacional.

Gran parte del legado de esta película se encuentra en los parlamentos de los jefes de familia que se congregan en la romería para trazar profundos diálogos en torno al nacionalismo, a las virtudes del mexicano e incluso a la justificación de sus defectos.

Las actuaciones de Manolo Fábregas, Sara García, Lucha Villa, Pancho Córdova, Alma Muriel, Héctor Suárez, entre muchos otros grandes nombres del cine mexicano, están todas dentro de un registro adecuado y con una naturalidad muy fresca, aunque con algunos dejos de caricaturización que son más bien atribuibles a Alcoriza.

La historia transcurre a lo largo de aproximadamente 24 horas sin recurrir a la elipsis. De hecho, se nota que Alcoriza buscaba una inmersión por parte del público, ya que en muchos momentos hay tomas muy cercanas y planos secuencia, así como cortes de una conversación a otra de manera alternada para mostrar la simultaneidad de los sucesos.

La familia de Eufemio (Manolo Fábregas) experimenta un viaje del que ya no regresarán siendo los mismos. El personaje de Fábregas se asume como mártir y de cierta manera, al lograr la identificación con el público tras abrirse en sus sentimientos y al mismo tiempo mostrar sus defectos y virtudes, refleja de manera muy efectiva la naturaleza contradictoria y abnegada de las clases populares, aunque desde la óptica de tiempos más recientes esto ha sido criticado por presuntamente haberse hecho desde una visión clasista de la que algunos acusan a Alcoriza.

Aunque la película cumple 50 años en este 2022, no revelaré aquí el final en atención a quienes quieran darse la oportunidad de experimentar junto con la familia de Eufemio ese viaje iniciático y carnavalesco rebosante de risas, bebida y pasiones desenfrenadas.

Friedrich Nietzsche consideraba que dentro del ser humano coexisten el espíritu apolíneo, relacionado con todo lo sistemático y lo ordenado; y el espíritu dionisiaco, relacionado con el desenfreno y la fiesta. Mecánica Nacional es el retrato del espíritu dionisiaco del mexicano de la segunda mitad del Siglo XX, si bien de una forma un tanto exagerada, con enormes aciertos que la hacen tener por derecho propio un lugar entre las grandes obras del cine mexicano.

Los invito a descubrir o redescubrir esta obra llena de frases memorables, algunas por su profundidad y otras tantas por su hilaridad. Ante el panorama actual, en que las buenas producciones nacionales emergen a cuentagotas y padecen de poca o nula distribución (sentencia firmada con el TLCAN desde 1994), el apelar a los clásicos es una buena solución para seguir cada quien con su muy particular proceso de despertar cultural.

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