México recibe donación de Japón, tecnología de punta para estudiar sismos y tsunamis

El gobierno de Japón donó este instrumento con tecnología de punta que permite determinar la actividad de sismos y tsunamis, además permite estudiar desastres naturales del pasado.

Regeneración, 4 de abril de 2018.- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó el Geoslicer, este es un instrumento con tecnología de punta que permite determinar la actividad de sismos y tsunamis, además puede estudiar desastres naturales acaecidos en territorio mexicano.

Esta herramienta tiene como objetivo (anteriormente sólo se ha usado en Japón y EU) estudiar la actividad de sismos y maremotos en la zona de la brecha de Guerrero, donde hacen contacto las placas tectónicas de Cocos y Norteamérica.

María Teresa Ramírez, quien es investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM indicó que los datos que se recopilen serán valiosos para emprender acciones de prevención y mitigación de riesgos.

Con ello se refirió a preparar mejor a la población para enfrentar fenómenos de este tipo, que sepa qué hacer y hacia dónde evacuar.

Afirmó que la herramienta permitirá mejorar la planificación de las ciudades y evitar nuevas construcciones en zonas que podrían ser afectadas en el futuro.

ESTE INSTRUMENTO PERMITE ESTUDIAR DESASTRES NATURALES DEL PASADO

Geoslicer tiene una tecnología que también permite mirar atrás en el tiempo y poder estudiar desastres naturales del pasado, corroborando la información histórica sobre terremotos y tsunamis documentada en los últimos siglos.

Este instrumento va a ayudar a capacitar a los científicos para ahondar en los paleosismos y paleotsunamis que han ocurrido en México antes de que hubiera registros humanos, les permitirá remontarse hasta hasta 3 mil años de antigüedad.

La investigadora detalló que la herramienta no solo permitirá conocer la ocurrencia de sismos con magnitud mayor a 7 en la escala de Richter, sino también las distancias que alcanzaron las inundaciones provocadas por maremotos, además puede calcular la altura de las mismas.

Japón fue quien donó este instrumento como parte de la Alianza para la Investigación en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Sostenible (SATREPS, por sus siglas en inglés).

El donativo forma parte del proyecto “Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en las costas del Pacífico mexicano para la mitigación de desastres”.

María Teresa recordó que en la brecha de Guerrero, en donde no han ocurrido movimientos telúricos grandes desde 1911, ocurrió en 1787 un gran sismo, el más grande que en la historia de México.