Hay entre mil 300 y mil 400 minas en México, muchas dejan graves afectaciones al medio ambiente, a la salud de los habitantes y despojo de sus territorios a decenas de comunidades.
Regeneración, 21 de julio de 2016.- Destrucción de recursos naturales, violencia contra las comunidades, uso indiscriminado de agua, violación a derechos humanos y daños a la salud son sólo algunas de las terribles consecuencias que han dejado en territorio mexicano las empresas mineras nacionales y extranjeras.
Hasta el año 2014 las autoridades mexicanas habían otorgado un total de 25 mil 267 concesiones mineras, que de acuerdo con datos del Servicio Geológico Mexicano en una superficie de casi 26 millones de hectáreas, equivalentes a 12.7 por ciento del territorio nacional. Esta es una cifra similar a la proporción del territorio que abarcan las 177 áreas naturales protegidas del país.
Esta información se dio durante la presentación del Manual de Defensa de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) de pueblos y comunidades frente a los Megaproyectos Mineros en México, elaborado por varias organizaciones civiles como Greenpeace y Fronteras Comunes.
El documento se dio a conocer en víspera del Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto, que se conmemora este 21 de julio.
María Colín, abogada de Greenpeace, señaló que hasta finales de 2014, el 68 por ciento de las concesiones mineras en México eran de capital canadiense; mientras que Miguel Ángel Mijangos, de la Red de Afectados por la Minería, indicó que aun cuando no hay cifras oficiales debido a la opacidad con que el gobierno mexicano toca el tema, se estima que hay entre mil 300 y mil 400 minas en México, muchas de las cuales dejan graves afectaciones al medio ambiente, a la salud de los habitantes y despojo de sus territorios a decenas de comunidades originarias.
El director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Miguel Concha Malo, aseveró que toda esta violación a derechos humanos al otorgar, que en la mayoría de los casos dice apegarse a la ley, «está relacionada con un modelo de desarrollo económico desastroso, el neoliberal y extractivo, que pone en el centro la acumulación de capital y desplaza la dignidad humana y toda forma de vida en la tierra».
Mijangos indicó que tan sólo la mina el Carrizalillo, en Guerrero, operada por la empresa Goldcorp, ha generado que 66 por ciento de los habitantes que viven en torno a la zona presente problemas en la piel, y 74 por ciento en los ojos. Además, esta mina gasta a diario 250 millones de litros de agua.
Con información de La Jornada.