¿Por qué es urgente prohibir el fracking? (libro para descargar)

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La fractura hidráulica es el problema ambiental de nuestro tiempo. Afecta todos los aspectos de nuestras vidas: el agua que bebemos, el aire que respiramos, la salud de nuestras comunidades, y también está afectando el clima global del que todos dependemos

Regeneración, 24 de septiembre del 2015. «El fracking enfrenta, por un lado, a los más grandes intereses corporativos -las grandes compañías de petróleo y gas y los líderes políticos que los apoyan- y, por el otro, a las personas y el medio ambiente, en una lucha a largo plazo por la sobrevivencia» señala Wenonah Hauter, Directora Ejecutiva de Food & Water Watch, organización pionera en los Estados Unidos en la lucha contra el fracking.

En la presentación del libro, ¿Por qué es urgente prohibir el fracking?, Hauter señala:

Es un tema que ha cautivado los corazones y las mentes de cientos de miles de personas en todo el mundo. A pesar de los enormes  recursos del Frackopolio, los movimientos ciudadanos contra el fracking estamos avanzando mucho en Estados Unidos y en otros países, a medida que nuestro poder colectivo sigue creciendo.

Food & Water Watch se enorgullece en trabajar codo con codo con muchas comunidades en este esfuerzo. Este informe expone el caso urgente de la prohibición de fracking en EEUU, sobre la base de la creciente evidencia de los daños que produce y la crisis climática inminente.

En el resumen ejecutivo de la obra, se señala que hablando del futuro del sistema energético de Estados Unidos, el término “fracking” significa más que sólo el proceso específico de inyectar grandes volúmenes de mezclas de agua, arena y productos químicos a gran profundidad, a una presión extrema, con el fin de crear fracturas en formaciones rocosas determinadas y hacer que el petróleo y el gas fluyan hacia arriba por el mismo pozo. Ahora usamos el término fracking para referirnos a todo lo que este proceso de fractura hidráulica acarrea.

Permitir más fracking significa que las compañías de gas y petróleo continuarán:

• Fragmentando bosques y destruyendo paisajes con nuevas carreteras, sitios de pozos, pilas de desechos y tuberías;

• Compitiendo por los suministros locales de agua con la población y los agricultores locales, ya que cada pozo de fracking consume millones de litros;

• Produciendo grandes volúmenes de residuos tóxicos y radiactivos, cuya disposición en el subsuelo (a través de pozos “letrina” –que reciben aguas residuales del fracking) está causando terremotos y poniendo en riesgo los recursos de agua potable;

• Provocando miles de accidentes, fugas y derrames cada año, los cuales amenazan la salud pública y la seguridad y ponen en riesgo ríos, arroyos, acuíferos y granjas;

• Descargando contaminantes peligrosos al aire a expensas de las comunidades locales, familias y granjas;

• Creando riesgos de explosión en viviendas debido a la contaminación de pozos de agua con metano y otros gases inflamables;

• Poniendo en riesgo acuíferos por generaciones mediante la creación de nuevas vías potenciales de flujo de contaminantes por los siguientes años y décadas;

• Desestabilización del clima -del que todos dependemos- con emisiones de dióxido de carbono y metano, y con la contaminación futura resultante de nuevos proyectos de infraestructura para extracción de petróleo y gas;

• Trastornos en la vida de las comunidades locales con amplias consecuencias para la salud física y mental de sus habitantes, aumento de la demanda de servicios de emergencias y otros servicios sociales, daños a las vías públicas, disminución del valor de la propiedad, aumento del crimen y pérdidas en sectores establecidos de las economías locales;

En 2011, Food & Water Watch planteó la prohibición del fracking, debido a los riesgos y los daños significativos que acompañan a esta práctica.

Ahora, algunos años después, numerosos estudios revisados por pares, publicados en revistas científicas, legales y políticas, han ampliado lo que se conocía -y aclarado lo que se desconocía– en relación a los efectos sobre el medio ambiente, la salud pública y los impactos socioeconómicos que se derivan del fracking.

En este informe, Food & Water Watch examina la evidencia científica y renueva su llamado a la prohibición. Los daños que produce el fracking están comprobados; además las preguntas que permanecen abiertas implican un riesgo inaceptable.

Esta técnica no es segura, aunque las regulaciones sean más estrictas, incluso si se hacen cumplir de manera adecuada.

En EEUU se está prohibiendo el fracking en muchos condados; en otros se han aprobado moratorias y leyes de zonificación para tratar de proteger a las comunidades, pero para proteger a las comunidades son necesarias acciones inmediatas a nivel federal y estatal.

El único camino hacia un futuro ecológica y económicamente sostenible es reconstruir el sistema de energía del país y las economías locales en torno a soluciones seguras que involucren eficiencia, conservación y recursos renovables. El fracking nos lleva en la dirección equivocada.

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