Por: Tulix Covarrubias
Regeneración, 22 de octubre del 2015.-Tras las declaraciones de Emilio Azcárraga Jean presidente de Grupo Televisa, en las cuales aseguró que en caso de cumplirse el mandato constitucional que pone como fecha límite el 31 de diciembre para concretarse el apagón analógico, se dejaría sin “el derecho a ver televisión abierta” al 10% de los mexicanos, senadores del PRD, PRI y PAN se han pronunciado a favor de posponer el apagón, con objeto de no afectar a la “población” (léase a la empresa televisiva).
Si bien Azcárraga ha declarado: “Necesitamos encontrar la manera de que estas personas mantengan el acceso a la televisión, que aparte son la gente de menores ingresos, que no tienen la facilidad de ir a comprar una televisión digital o un decodificador”; es importante resaltar que el apagón analógico podría implicar pérdidas para la televisora por la disminución de televidentes durante la transición, así como en la venta de publicidad.
De igual forma, no olvidemos que durante años la televisión abierta ha sido un método de control social y político, que ofrece programas de baja calidad y sin contenido cultural, además de noticieros con información usada para favorecer sus intereses y sus padrinos políticos.