Recuérdalo tú, y recuérdalos a otros

 

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola…
 
Que aquella causa aparezca perdida, nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
sólo atendieran a ellos mismos, importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno…
 
Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo.
Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
 
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.
(1936, Luis Cernuda)

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