A LA OPINIÓN PÚBLICA;
A LOS MIEMBROS DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA:
La solicitud de licencia como miembro del PRD presentada por Andrés Manuel López Obrador es una expresión concreta de un gran diferendo en las filas de nuestro partido. Según el estatuto, las alianzas deben contar con la aprobación del Consejo Nacional con una mayoría de dos tercios. La insistente actitud de pactar con el Pan una alianza en el Estado de México no cuenta con esa mayoría estatutaria, por lo que se ha impedido que el Consejo Nacional vote el asunto a la espera de que algunas maniobras surtan sus efectos políticos. Se trata de organizar una consulta enteramente fraudulenta, con la exclusiva participación de quienes ya han decidido llevar a cabo la alianza.
Este elemento estatutario (la mayoría de dos tercios para pactar alianzas) es producto de un criterio democrático y unitario, es decir, se busca preservar la unidad nacional del partido cuando éste deba vincularse con otros partidos. Pero además, el Congreso Nacional de diciembre de 2009 aprobó una línea por entero diferente a la aplicada desde entonces.
En aras de una alianza política con el gobierno de Felipe Calderón, expresada en las alianzas electorales pero también en muchos otros actos, la dirección actual del PRD carece hoy día de una propuesta política propia. Es como si la izquierda mexicana en su vertiente más importante, hubiera dejado de existir. Sin embargo, tal izquierda existe y actúa, enfrenta una de las crisis nacionales a la que ha conducido el gobierno de Felipe Calderón con una actitud de lucha y con propuesta propia, la cual, sin embargo, no es expresada por la actual dirección nacional del PRD:
Andrés Manuel López Obrador ha planteado su licencia como miembro de un partido –cuya dirección nacional se encuentra aliada a Felipe Calderón y su partido, el PAN-con el propósito de deslindarse de dicha política con visitas a las próximas elecciones en el Estado de México.
No es aceptable una consulta de antemano fraudulenta, ya acordada públicamente con el PAN, para decidir sobre la más grande discrepancia concreta del momento en el seno de la izquierda mexicana.
Quienes quieren la alianza y ya la han pactado son quienes llevarán a cabo tal consulta, en la cual votará el número que ellos decidan y a favor de la decisión ya tomada entre las direcciones del PRD y el PAN, las convocantes y realizadores del fraudulento plebiscito.
El núcleo duro de la facción política que se encuentra en la dirección del PRD ha llamado a la responsabilidad sin que hubiera mostrado el mínimo signo de deseo unitario. No le importa a ese grupo, encabezado por Jesús Ortega, la suerte del PRD ni de la Izquierda mexicana sino sólo el cumplimiento de sus propios compromisos con Felipe Calderón. Llevar al principal partido de la izquierda nacional al plano de complacer las necesidades e intereses del PAN y de su líder, Calderón, significa tratar de borrar del mapa político mexicano a la propia izquierda como alternativa vital y actuante. Es hora de poner un alto e esa política divisionista y destructora.
López Obrador trata de hacerlo mediante la forma democrática y correcta que la situación reclama: llamar al pueblo a romper con esa política entreguista de la mayoría de dirección del PRD y oponer una opción electoral de izquierda, con una propuesta propia, diferente a las del PRI y el PAN, partidos que no mantienen grandes diferencias entre sí.
Cuando en un partido no se alcanza la unidad debido a la actitud facciosa y divisionista de su dirección, lo que procede es convocar a la ciudadanía para que ésta decida el diferendo político. Es por tal motivo que López Obrador solicita a su partido una licencia, es decir, una oportunidad para acudir al terreno político ciudadano sin agraviarlas normas partidarias, lo cual es un derecho que no debería tratar de negarse. Que la ciudadanía decida en las elecciones por encima de burocracias y relaciones ocultas con el poder. Tal es una posición democrática y de izquierda.
Los senadores y senadoras abajo firmantes rechazamos que la dirección del PRD tenga titulares de derechos que en realidad corresponden a todos los miembros del partido y, en última instancia, a toda la gente progresista, democrática y de izquierda del país. Si es inevitable la división debido a la ilegal e ilegitima alianza con el PAN, que sea la ciudadanía la que decida el punto en las urnas electorales, dejando en libertad a todos para obrar de conformidad con sus convicciones.
Senadores y Senadoras integrantes del Grupo Parlamentario del PRD:
Pablo Gómez; Alfonso Sánchez Anaya; José Luis García Zalvidea; María Rojo; Armando Contreras Castillo; Arturo Núñez; Rosalinda López Hernández; Yeidckol Polevnski; Lázaro Mazón; Carlos Sotelo; Tomas Torres Mercado
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