Técnicas más comunes de “lavado de cerebro”

Diversos grupos y cultos peligrosos utilizan estrategias de “lavado de cerebro” sobre sus miembros para causarles una especie de síndrome de Estocolmo.

Técnicas más comunes de lavado de cerebro

Regeneración, 6 de mayo de 2016.- Según el sitio informativo RT, el término “lavado de cerebro” fue inventado por el periodista Edward Hunter durante la Guerra de Corea para describir las técnicas que emplearon los chinos para “reeducar” a los prisioneros estadounidenses.

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Diversos grupos y cultos peligrosos y abusivos utilizan estas estrategias sobre sus miembros para causarles una especie de síndrome de Estocolmo, condición en la que el individuo cautivo le toma cariño a sus captores. ¿Pueden reconocer algunas de ellas?

 

Repetición de cantos o mantras

El acto de cantar mantras es una característica importante de muchas religiones, especialmente el budismo y el hinduismo, y casi todas las iglesias cuentan con algún tipo de culto con canto de himnos.

Esta simple práctica sirve para reforzar la pertenencia a un grupo. Sin embargo se vuelve siniestra cuando las emplea un grupo que abusa de sus miembros.

 

Aislar a los miembros del mundo exterior

En 1977, Jim Jones y unos mil miembros de su grupo religioso “El Templo del Pueblo” se trasladaron a una comuna aislada en Guyana. Unos 400 kilómetros de la selva los separan de la Embajada de Estados Unidos en la capital de Guyana, Georgetown. Tal aislamiento ayudó a los miembros del culto a perder los valores del mundo exterior, dando la posibilidad a Jones de inculcar las doctrinas de su propio régimen aterrador.

Lejos de la influencia de sus amigos y familiares en EU y castigados brutalmente, los integrantes del Templo del Pueblo no tuvieron más remedio que obedecer a Jones. En su control total a sus miembros y aislamiento forzado, el proyecto ‘agrícola’ del Templo del Pueblo suele compararse con Estados como Corea del Norte o Albania antes de 1991.

 

Dependencia y miedo

El secuestro de Patty Hearst, heredera del imperio mediático fundado por su abuelo William Randolph Hearst en 1974, por parte del pequeño grupo de izquierda denominado Ejército Simbiótico de Liberación es un ejemplo clásico de lavado de cerebro a través de la dependencia y el miedo.

Los abusos físicos y sexuales hicieron pasar a Hearst rápidamente de joven de la alta sociedad a miembro activo de la organización terrorista que llegó a asaltar un banco.

Después de ser capturada, Hearst fue encerrada en un armario y sometida a abusos físicos y sexuales. Los terroristas ejercieron un control total sobre su vida. Esta dependencia de sus captores condujo al efecto bien conocido como ‘Síndrome de Estocolmo’.

Poco después, el 5 de abril de 1974, Hearst fue fotografiada con un rifle de asalto durante el atraco de una de las sucursales del banco Hibernia.

 

Agotamiento físico

¿Cómo anima un maestro a que sus estudiantes tengan buen comportamiento y sean conformistas? La respuesta a menudo implica la integración en algún tipo de actividad física repetitiva que agote sus reservas de energía.

Absorbidos por brincos y carreras y, en consecuencia, cansados físicamente, los alumnos son menos propensos a discutir o crear problemas. Conscientes de este fenómeno, varios cultos han destinado a ocupar los miembros con sesiones agotadoras como medio de control.

 

Privación del sueño y fatiga

Una combinación de sobrecarga sensorial, desorientación y falta de sueño arruina nuestra capacidad para tomar decisiones razonables. Un ejemplo típico de esta técnica es la empresa de marketing multinivel Amway, a la que se le acusa de privar a sus distribuidores de sueño durante cursos de formación (de un fin de semana de duración y que se prolongan hasta la madrugada).

Esta técnica basada en la fatiga, en combinación con la privación del sueño, se apoya en instruir a los miembros del culto a seguir dietas especiales que contienen bajas cantidades de proteínas y otros nutrientes importantes. En consecuencia, los miembros de un culto siempre se sentirán cansados e incapaces de resistir los dictados ideológicos.

 

Autohumillación y repartición de culpas

Durante la Guerra de Corea, de 1950-1952, los soldados estadounidenses presos fueron sometidos por los chinos a las llamadas sesiones de “crítica y autocrítica” en las que tenían que denunciar a sus compañeros, hablar de sus propios errores y expresar críticas al capitalismo y a EE.UU.

Al principio, los prisioneros de guerra pensaban que estas sesiones eran “infantiles”. Sin embargo, más tarde, el curso de tal “crítica” provocó dudas reales sobre su país y sobre la validez de la guerra.

Pese a algunos logros limitados, este método no fue en éxito en general. Sin embargo, el gobierno chino maoísta lo usó a nivel nacional.

 

“Bombardeo con amor”

Los cultos procuran crear la impresión de que el mundo fuera del grupo es hostil y equivocado. Para acentuar el contraste, a menudo se recure a la técnica de “ataque con amor”. El método implica demostrar el máximo afecto y atención a nuevos o potenciales reclutas.

Es un lugar común de la psicología social: nos sentimos fuertemente inclinados a corresponder el comportamiento amable y la generosidad de los demás.

 

Humo, espejos e ilusiones

Numerosos cultos se basan en el despliegue de habilidades “mágicas” para lograr el control total de sus seguidores. Los líderes de los cultos controlan las circunstancias o información para dar la impresión de que poseen una sabiduría sobrenatural, el favor divino, o poderes mágicos.

En otras palabras, los líderes sectarios se promueven a sí mismos como mensajeros infalibles de dios, cuya opinión siempre es verdadera y correcta, y apoyan esto a través de impresionantes trucos.

Fuente: RT.