Por: Víctor M. Quintana S.
Cuando se pelean los compadres, salen a relucir las mentiras. Hay que parafrasear la conseja popular “cuando se pelean las comadres salen a relucir las verdades” y quitarle lo machista para aplicarla a la batalla intestina que libran el gobernador César Duarte y el exgobernador Reyes Baeza a propósito del monto de la deuda que éste le habría heredado a su sucesor. Y también la batalla de la administración estatal contra la SHCP por la forma de ésta de registrar la deuda de los estados que nos coloca en tercer lugar en números absolutos y en primer lugar per cápita.
No hay por qué hacerse bolas, como diría Salinas. En el asunto de la deuda pública del estado de Chihuahua, es posible despejar incógnitas importantes y plantear las preguntas clave. Y puede hacerse aun con los datos oficiales. Así, podemos afirmar lo siguiente:
Según la SHCP la deuda total del estado a 2014 asciende a 41 mil 738.7 millones de pesos, cuando en 2010 era de 13 mil 261.3 millones. Aquí no importan la forma y la fuente de pago, sino lo que suman los diversos tipos de obligaciones financieras.
El Secretario de Hacienda de Gobierno del Estado reconoció el pasado martes 2 que el total de obligaciones financieras del Estado asciende a 41 mil 603.7 millones de pesos, o sea que coincide en lo grueso con lo señalado por la SHCP. De esta cantidad, corresponden 25 mil 163.2 millones a la deuda del gobierno y 15 mil 157 millones al fideicomiso de bonos carreteros. (las cifras no cuadran exactamente pero se acercan a los 41 mil millones).
Según la propia SHCP la deuda del estado en 2010 ascendía a e 13 mil 261.3 millones. En 4 años, pues, se incrementó en 28 mil 477. 4 millones de pesos. Aquí está lo primero que tienen que aclararnos Reyes y César, pues el secretario Herrera acaba de aclarar que la deuda que recibieron de Baeza una deuda de 18 mil 873 millones de pesos: 12 mil 40 de deuda registrada, más 3 mil 259 de deuda no registrada, más 3 mil 674 millones de intereses que se pagaron de la misma. La diferencia que tienen que aclararnos, contrastando lo que dice SHCP y lo que dice el gobierno de Duarte, es de 6 mil 600 millones de pesos aproximadamente.
Por otro lado, el pasado martes, el Secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral declaró que en estos cuatro años el Gobierno del Estado “sólo se endeudó” por poco más de 4 mil millones de pesos. Sin embargo, además de aclarar lo del párrafo anterior con Reyes Baeza y con la SHCP hay que señalar que la presente administración emitió nuevos bonos carreteros por cerca de quince mil millones de pesos
En efecto, el fideicomiso carretero, asciende según Herrera Corral a 15 mil 157 millones de pesos. Prácticamente todo este monto se contrató en la administración de Duarte: 14 mil 783 millones de pesos tan sólo en 2013. De esa cantidad, alrededor de 5 mil millones se utilizaron en amortizar una deuda de bonos anteriores. Pero quedaron más de 10 mil millones. Entonces surge la segunda gran interrogante: ¿a dónde se fue ese dinero? Nos quieren echar una cortina de humo diciendo que no es deuda y que está garantizado su pago por el flujo de las autopistas del estado. Será el sereno, pero lo que aquí es muy importante y no nos han aclarado a dónde se fueron esos 10 mil millones de pesos de los bonos carreteros.
Nos van a decir que a obra y a inversión pública, como señala la ley, pero según los propios informes del Gobierno del Estado, las cifras de inversión y obra pública son menores a las de “financiamientos”. Veamos: en 2011 el gobierno del estado destinó 3 mil 924 millones de pesos a inversión y obra pública y tuvo un financiamiento de 5 mil 473 millones: en 2012, la inversión y la obra pública se llevaron 6 mil 473 millones de pesos, pero hubo un financiamiento de 6 mil 804 millones, y en 2013, la diferencia fue descomunal, pues en inversión y obra pública se aplicaron 7 mil 315 millones y sin embargo, el financiamiento fue de 12 mil 420 millones de pesos. Esos tres años el gobierno del estado invirtió e hizo obra pública por 17 mil 772 millones de pesos, pero recibió financiamientos por 24 mil 697 millones de pesos. ¿a dónde se fueron los restantes 6 mil 925 millones de pesos? ¿A gasto corriente? No, porque la ley lo prohíbe. Entonces, ¿a dónde?
En síntesis:
No hay porque sacarle al bulto: las obligaciones financieras del gobierno del estado ascienden a más de 41 mil millones de pesos, incluyendo el fideicomiso carretero. Todo es deuda, así esté garantizada la fuente de pago.
Deben aclararnos por qué hay una diferencia de más de seis mil millones de pesos entre lo que Reyes Baeza y la SHCP dicen que se debía en 2010 y lo que el Secretario Jaime Herrera afirma que en verdad se debía.
Es un hecho que hay un gran incremento de la deuda en la administración de César Duarte: de alrededor de 28 mil millones según Baeza y la SHCP, y en el mejor de los casos de 23 mil millones según la Secretaría de Hacienda Estatal.
La gran pregunta es, por tanto: ¿a dónde se fue tanto dinero de la deuda? ¿En qué se utilizó puntualmente? ¿a quién benefició?
Estas son las respuestas que las ciudadanas y los ciudadanos de Chihuahua demandamos hace mucho y no se nos han dado.
Que se cotejen las cifras de Reyes Baeza, las de César Duarte y las de la SHCP; o que se forme un comité plural ciudadano que las analice y nos diga qué pasó, o que un organismo como Transparencia Mexicana sea contratado para esclarecer este grave y espinoso asunto. Lo que no debemos permitir es que siga sin solventarse la gran deuda que este gobierno tiene con la ciudadanía chihuahuense: la deuda de la transparencia.