El sacerdote Alejandro Solalinde marchó ayer junto con miembros de la tribu yaqui para exigir un alto a la violencia que generan los grupos del crimen organizado.
Regeneración, 25 de marzo de 2017.- El día de ayer el sacerdote Alejandro Solalinde junto con miembros de la tribu yaqui, marcharon para exigir un alto a la violencia que generan los grupos del crimen organizado y que han hecho de este municipio, localizado en el sur de Sonora, uno de los cinco estados más violentos de México.
En su recorrido por calles céntricas de la ciudad, portando mantas y pancartas, los manifestantes gritaron consignas para exigir el cese a la violencia; ¡Gobierno incapaz, el pueblo quiere paz!” y !Ni una muerte más, Cajeme quiere paz!
A esta manifestación se unieron maestros, sindicatos y grupos de estudiantes para rechazar el despojo de agua a los yaquis, con el Acueducto Independencia, construido en la administración del ahora ex gobernador panista Guillermo Padrés Elías, este abastece actualmente de agua a los habitantes de la ciudad de Hermosillo.
El padre Solalinde expresó que “las etnias son guardianes de la naturaleza y viven una vida integral en espacios ecológicos; yo vine para reafirmar la convicción de las personas que luchan por mejorar a México y a refrendar el esfuerzo de nuestros hermanos yaquis, que tienen derecho al agua”.
También este defensor de los derechos de los migrantes marchó junto a un contingente numeroso del teatro Óscar Russo en el Instituto Tecnológico de Sonora, ubicado en Cd. Obregón, cabecera municipal a la plaza Álvaro Obregón, donde hicieron un mitin para exigir la activación de la alerta de género de esa región.
Ocurre que en esta zona más de 53% de las mujeres indígenas de las comunidades yaqui y mayo, sufren violencia verbal, psicológica, emocional institucional, patrimonial, sexual y física, que ha ocasionado incluso la muerte de varias.
Con información de: La Jornada