145 millones de trabajadores no cotizan en ningún seguro social. En México más de la mitad de adultos mayores no tienen ingresos, revela el informe de la OITRegeneración, 25 de julio del 2018. En América Latina 55 por ciento de los trabajadores no cotizan a un sistema de seguridad social para enfrentar riesgos sociales como la enfermedad, el desempleo y aquellos asociados a la vejez, de acuerdo con un nuevo informe de OIT presentado hoy en la sede de la OIT en México.
El Panorama Laboral Temático de OIT “Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe” destaca que se registran avances en la cobertura, pero persisten brechas que deben ser atendidas de forma imperiosa, y alerta sobre la necesidad de hacer frente a los desafíos que trae consigo el futuro del trabajo.
145 millones de trabajadores no participan a la protección social, es una de la conclusiones presentadas en el informe.
El documento menciona que la cobertura contributiva a la protección social en materia de pensiones, que es aquella relacionada con el empleo, aumentó de 36,6 a 44,6 por ciento entre 2005 y 2015.
“Hubo avances en materia de protección social, pero la región enfrenta retos impostergables”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, quien presentó el informe en la Ciudad de México.
“Hablamos de unos 145 millones de trabajadores que no cotizan en una región donde la población está envejeciendo, lo cual puede impactar su futuro y el de sus familias”, expresó Salazar-.
El informe expone fuertes brechas de desigualdad en materia de protección social tocando a personas mayores de edad, las mujeres y la infancia, según informó ONU-Noticias.
También revela fuertes disparidades entre los países de la región.
En México más de la mitad de adultos mayores no tienen ingresos
México presenta los índices más preocupantes de insuficiencias de protección social (con 55.3 por ciento de de adultos mayores sin recursos) junto con Paraguay (56.5), República dominicana (57.8), y El Salvador (62.1).
En México más de la mitad de adultos mayores no recibe ni pensión ni salario, mientras 26 por ciento continúan de venderse el marcado laboral y viven gracias a un salario.
Una situación que “presenta altos riesgos de pobreza”, dijo Helmut Shwarzer, Especialista Principal en Seguridad Social para las Américas en el Departamento de Protección Social de la OIT,
Shwarzer precisó que será necesario que México extienda la cobertura para incluir a otros grupos de trabajadores (rurales o domésticos por ejemplo) y mejore el monto de las prestaciones.
“Es necesario que México haga reformas en este sentido”, dijo el experto basado en México.
Un componente fundamental del desarrollo económico y social
Salazar planteó que “la protección social es un componente fundamental del desarrollo económico y social, esencial para tener éxito en la lucha contra la pobreza y la desigualdad”, e hizo notar que frente a la incertidumbre generada por el futuro del trabajo “es urgente tomar medidas para reducir las deficiencias que registra la región”.
El informe advierte que los sistemas existentes en la región están en una encrucijada marcada por la necesidad de responder a una triple necesidad: cobertura (cantidad de población alcanzada), suficiencia (nivel de las prestaciones) y sostenibilidad (capacidad de garantizar coberturas y prestaciones).
“El informe es un llamado a la acción”, expresó el coordinador del informe, Fabio Bertranou, que también es Director del Equipo de Trabajo Decente de la OIT para el Cono Sur.
El documento destaca la necesidad de acciones contundentes para cerrar las brechas de cobertura existentes en la actualidad y las que se presentarán en el futuro.
Este reporte concluye proponiendo las siguientes diez líneas de acción para orientar los debates y la acción de gobiernos y los actores sociales del mundo del trabajo para avanzar hacia mejores sistemas de protección social en el futuro:
1. Incrementar el espacio fiscal y mejorar la incidencia distributiva de la política fiscal.
2. Incorporar elementos de política fiscal contracíclica.
3. Mejorar la formalización de la economía.
4. Ampliar la cobertura de la protección social para la infancia.
5. Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones contributivos, sin afectar la suficiencia, y aumentar la cobertura de población adulta mayor, mediante esquemas mixtos (contributivos y no contributivos).
6. Garantizar el acceso de la población a un piso de protección social en salud.
7. Mejorar las garantías de seguridad económica para las personas en edad de trabajar, fortaleciendo su vinculación con los programas que permiten incrementar la empleabilidad y acceso al empleo productivo.
8. Reducir la fragmentación y segmentación interna de los esquemas de prestaciones.
9. Mejorar la coordinación interna de las políticas de protección social y con el resto de las políticas sociales.
10. Adaptar la política de protección social frente a los cambios tecnológicos, demográficos y climáticos.