Tras su famosa frase “haiga sido, como haiga sido”, Calderón abrió el debate y la brecha de la ilegalidad del proceso para buscar legitimidad.
Felipe Calderón: un falaz, desleal, cínico pero también “rumbero” y polémico personaje.
Por Javier Lozano*
Regeneración, 12 de julio del 2019. Como michoacano, pero también como mexicano, me produce una enorme afrenta el cinismo con el que claramente se conduce el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Un perfil deshonroso que no supo traducir las directrices para recomponer al país, ni mucho menos a nuestro Estado. La vida política, ha sido su modus vivendi por los lazos consanguíneos que lo ataban a uno de los partidos más conservadores y de extrema derecha que es el PAN.
Patológicamente tiene una herencia continuista que floreció a través de uno de los sexenios más trágicos de nuestra historia contemporánea.
De aquí, resalto el esquema que dio origen concretamente al conservadurismo neoliberal que fue el resultado de un Estado que se agudizo en temas de desigualdad y prácticas antidemocráticas.
En esta lectura, haremos un esbozo desde sus inicios por la carrera presidencial, y la podredumbre que fue gestando a lo largo de su administración, iniciando con el fraude electoral del 2006, que cerraba la posibilidad a que un partido de izquierda llegara al poder.
Eso quizá, fue la punta del iceberg de la ruta que marcaría a uno de los presidentes más cínicos de la historia de nuestro país, y más deshonestos desde una personalidad que se aferra al poder como mecanismos de dominio absoluto.
En su famoso “haiga sido, como haiga sido”, abre el debate y la brecha de la ilegalidad del proceso para buscar legitimidad.
Es evidente que desde que aparece en la escena publica, Calderón protagonizaría una de las contiendas más desaseadas de la historia electoral de nuestro país; este cochinero fue producto del trabajo arduo de Vicente Fox, un personaje que odia de forma irracional al nuevo presidente López Obrador; también entraron en escena los operadores del partido y la familia del expresidente.
La manipulación de la elección estuvo a la vista de todos, fue una operación que incluía la negociación con algunos sectores y cuadros que pactaron.
Entre los que se encontraba a la controversial maestra Elba Esther Gordillo, una tramposa y polémica figura que durante años, fue fiel servil del sistema, pero que siempre supo sacar partida a través de la negociación de espacios en el congreso y posiciones en la función pública, aprovechando claro, la cercanía con varios gobernadores en aquel entonces, y con toda la maquinaria de la SNTE.
De igual forma, los grupos empresariales sabían que el clima les favorecía con la llegada de FCH, para posicionar un esquema económico más viable.
Pero el principal parteaguas de la elección, fue el miedo que sembró al electorado, a través de una guerra propagandística que denostaba hasta ahora, a su acérrimo rival político: Andrés Manuel López Obrador.
Es impensable descifrar la nula capacidad resolutiva que tuvieron los organismos políticos electorales, ante la avalancha mediática y comunicativa que fraguaron contra AMLO.
El IFE daba la resolución y el fallo cómodamente al candidato del PAN, lo que hablaba a todas luces de los abusos perseverantes del instituto federal electoral, y por su puesto de los tribunales que validaron la elección.
La política, un tema latente para el Calderonismo.
A pesar de que su gobierno produjo una guerra irracional contra la población, no vislumbramos cambios sustanciales en el desarrollo económico de nuestro país.
Su política neoliberal, abrió las brechas a las empresas paraestatales, los cuales, mermaron la producción interna y la incapacidad de generar empleos de formalidad que garantizaran los servicios universales que afianzara el Estado.
Calderón, sigue cargando la loza de las discriminación a los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, donde se elaboró el decreto de extinción.
El presidente del “empleo”, fue solo parte de su eslogan y el estereotipo propagandístico para permear entre el electorado; en sí, Calderón fue la continuidad del desastre de las políticas de Vicente Fox, por el debilitamiento a las empresas que son parte de la Nación;.
El clientelismo y las prebendas a través de las concesiones, licitaciones y los grandes contratos multimillonarios a los empresarios cercanos y los más potentados del país dieron la perseverancia al modelo de corte neoliberal.
La ambición de seguir al frente de un país que había estado corrompido durante años por el presidencialismo que gesto el poderío que tuvo el PRI por más de 70 años, y la entrada de PAN, siguió en la mira del michoacano.
En la transición, y ante un hecho de traición al partido que lo llevo al poder, Felipe Calderón deja sola a Josefina Vázquez Mota que no era la favorita del mandatario, y termina por darle el apoyo a Enrique Peña Nieto por la inoperante operación de imponer a Ernesto Cordero, uno de sus más cercanos colaboradores.
Pero estas acciones a priori, solo sería el inicio de una batalla por el control de las estructuras del partido acción nacional; los distintos matices protagonizaron un feroz lucha por la carrera presidencial del 2018.
Margarita Zavala, su cónyuge, entraría al escenario político a pesar que las encuestas y las evaluaciones la colocaban como una de las favoritas, le cerraron el paso otro de los arquitectos más destructivos y tóxicos del PAN.
Ricardo Anaya, un perfil joven pero a la vez ambicioso que despedazo al partido por ganarle la candidatura al Calderonismo.
Margarita Zavala decide hacerse aún lado del PAN, y optar por la vía independiente; en un proceso también lleno de irregularidades perfila su candidatura, que a la larga sería una de las más desastrosas; con la escasez de apoyo, recursos, estructura y sobre todo carisma, Zavala hizo una campaña pobre, sin lucidez, sin habilidad y con una imagen que a todas luces direccionaba Felipe Calderón.
Ante una evaluación del panorama incierto, decide hacerse un lado del juego por la presidencia y salir sin darle abiertamente el apoyo algún candidato. Hay que subrayar que Margarita esbozaba la subordinación de su esposo; de esta mezcla se alimentaba su candidatura; nunca hubo elocuencia; y en el juego electoral fue prácticamente inoperante.
En términos políticos Zavala no fue competitiva.
La figura envanecida del Calderonismo fracasa inminentemente por la acumulación del hartazgo social; es evidente que el ambiente que generan estos personajes, producen en muchos sectores de la sociedad un desprecio por su trayectoria y la despedazadora etapa de su partido.
Ahora, quieren seguir en la jugada política, pero bajo otras estrategias de polarización, y la creación de un nuevo partido. Los lazos con el PAN, los rompen por sustentar privilegios y los dados cargados hacia un personaje como Anaya; otra vez el engaño, los errores, la confusión vuelven a estar explicitas en uno de los partidos que hipotéticamente establece la democracia como uno de sus principios más básicos.
Segunda entrega la próxima semana
*Profesor de Nivel Superior desde hace 9 años. Originario de Morelia, Michoacán. Colaborador del seminario Presencia de Michoacan y los portales electrónicos Changonga.com y Metapolítica.