Por Maria Luisa Amilpa
Regeneración. Mayo 14, 2014 México.- Desde la administración de Felipe Calderón se justificó el aumento de la violencia en varias partes del país como consecuencia del avance en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado; se intentó convertir al número de muertos y desaparecidos en indicadores de logros de la estrategia de seguridad del gobierno federal. Finalmente, los éxitos de Felipe Calderón y sus funcionarios se estiman en entre 70,000 y 100,000 muertos (cifras de la SEGOB y de la ONG México Evalúa) y más de 26,000 desaparecidos. Como si no fuera demasiado insultante, el gobierno actual no se ha tomado el tiempo para buscar una nueva justificación a sus ineficiencias en el ámbito de la seguridad.
El nueve de mayo, el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, declaró, respecto a la nueva estrategia de seguridad en Tamaulipas, que el recrudecimiento de la violencia en el estado ha sido a causa de la detención de líderes importantes del crimen organizado. Por esas fechas, el comisionado de seguridad de Morelos, Alberto Capella, declaró que los hechos delictivos en el estado responden al sacudimiento de las estructuras corruptas de las instituciones que apoyaban a la delincuencia organizada.
Justificar el aumento de la violencia como signo de éxito en la lucha contra el crimen se ha vuelto un lugar común en la política mexicana. Cabe preguntarse si a partir de ahora, los fumigadores se disculparan con las amas de casa, explicando que el aumento de las cucarachas es una consecuencia del buen funcionamiento de los pesticidas.