Los habitantes de Xadani, a pesar de la tragedia por los sismos, se preparan para cumplir con el rito a los muertos, alistar los ingredientes de los alimentos que en vida saboreaba con gran placer
Regeneración, 22 de octubre de 2017.- En el Istmo de Tehuantepec los zapotecos ya saben que es tiempo de preparar el arribo del espíritu de los muertos que concluirá el 31 de octubre, según el calendario sagrado de los antiguos binizá (hombres de las nubes).
Este fin de semana ya empezaron los pedidos de las piezas de pan de muerto, las compras de la cera para las velas, las hojas de plátano para los tamales, la panela para el atole, explica doña Berta, habitante de Santa María Xadani, así lo indica Excélsior en una nota.
Esta mujer, así como cientos de damnificados del Istmo, esperan recibir la semana próxima la tarjeta de Bansefi de apoyo para la reconstrucción de su vivienda, que en la primera ministración serán 15 mil pesos, para pagar materiales y la mano de obra.
Reconoció que si recibe la tarjeta con la cantidad prometida destinará una parte para la compra de los productos que aún requiere para el altar. Pero si esto no ocurre, habrá de pedir un préstamo, que pagará una vez que cuente con el efectivo del fondo federal.
“Aquí tenemos fe, nosotros (en familia) vamos a recibir a nuestros muertos. Aunque sea un altar sencillo serán bien recibidos. Es una tradición (la de los Fieles Difuntos) que no podemos permitir que los temblores sepulten”, destacó.
Otra de las afectadas, Doña Berta es una de los miles de damnificados por los sismos; la vivienda que comparte con su esposo e hijos está dentro del padrón de las 31 mil 647 casas con daño parcial, el sismo del 7 de septiembre la dejó sin el horno donde preparaba totopo (tortillas tostadas) para venta y consumo familiar.
Recientemente recibió un apoyo económico que sirvió para volver a levantar el horno colapsado y la compra de una vasija de barro adaptada como comal, para el cocimiento de las tortillas pequeñas con varios hoyos.
El recibo de apoyos a alentado a los habitantes de Xadani a prepararse para cumplir con el rito a los muertos, alistar los ingredientes de los alimentos que en vida saboreaba con gran placer. Desde el jueves pasado, las tiendas de abarrotes y la distribuidora Conasupo (Diconsa) abastecieron sus anaqueles con distintos tipos de chiles y condimentos para los guisados y tamales de carne de puerco, propios de la gastronomía local.
Doña Bertha dice que matará el cerdo que compró en mayo precisamente para esta celebración; “el puerco sobrevivió al terremoto, pero no al Día de Muertos”, refiere con gusto.
“Voy a preparar unos 120 tamales, pero aún me faltan comprar flores, fruta, pan, velas y dulces”, dice sonriendo.
RITUAL XANDÚ DE ZAPOTECAS
Para la celebración de muertos, en Juchitán y algunos pueblos zapotecas del Istmo no se visita el panteón, se espera a los muertos en los hogares los días 30 y 31 de octubre, no el 1 y 2 de noviembre como marca el calendario católico.
La celebración es conocida entre los zapotecas como xandú, y se remonta a los primeros zapotecas, conservándose sobre todo en la zona del Istmo de Tehuantepec como una de las tradiciones más arraigadas.
Los preparativos dan inicio nueve días previos al día 30, con los nueve rezos, para iluminar el camino del muerto hasta su casa, pues tuvo el permiso de estar con los suyos.
Para los recién muertos, tres meses antes de octubre, se les celebra el xandu’ ya’ (Todos Santos reciente). Si el zapoteca fallece en agosto, su xandú se efectúa al año siguiente, pues su alma no llega aún a la mansión de los muertos, va en camino.
La costumbre es que los parientes, amigos y vecinos se reúnan y se sienten frente al altar, que por lo general se coloca en el patio de la casa, donde conviven, y recuerdan anécdotas del difunto.