Alcalde no ‘robó poquito’ como dijo, sino más de 225 mdp

Hilario Ramírez Villanueva, conocido como ‘Layín’, alcalde de San Blas, Nayarit, es conocido por aventar dinero en la calle y sus fastuosas fiestas.

 

Layín

Regeneración, 21 de marzo de 2017.– Aunque según él no roba sino nada más “poquito”, el alcalde de San Blas Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, alias Layín, en realidad tiene cuentas pendientes por 225.53 millones de pesos (mdp), según la Auditoría Superior del Estado de Nayarit (ASEN).

En una nota de El Universal, se señala que durante los periodos que ha administrado el polémico político al municipio porteño, durante 2008 y hasta 2011 y de 2014 al 2017, se han detectado operaciones irregulares.

Según las revisiones de la ASEN, en los años 2009, 2010, 2011 y 2015 de la administración de Ramírez Villanueva, se detectaron omisiones por más de 159.57 millones de pesos, pero a ello se suma, además operaciones financieras que constituyen un “daño a la hacienda pública” por más de 65.96 mdp.

Por si fuera poco, su administración retuvo un porcentaje de los salarios de los trabajadores del Ayuntamiento por concepto de créditos del Fondo Nacional de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) y del Impuesto Sobre la Renta (ISR) por casi 23 mdp, que deberían ser traspasados al Servicio de Administración Tributaria (SAT) y que nunca fueron reportados.

Su administración pagó subvenciones a personal ajeno al ayuntamiento, distribuyó “subsidios sociales” por más de 20 millones de pesos en sólo un año, efectuó gastos no institucionales como “investigación cientíca y desarrollo”, gasolina, peajes, hospedajes, y metió a contabilidad un comprobante de más de 100 mil pesos por un consumo de alimentos.

Incluyó facturas falsicadas, transfirió recursos a dependencias municipales con cheques a nombre de funcionarios por más de 11 millones de pesos, suprimió débitos a deudores del ayuntamiento por más de 8 millones, pagó obra pública inexistente y no consiguió comprobar gastos por otros 8 millones, entre otras anomalías.

El tipo de respuestas del ayuntamiento a las observaciones del auditor se ilustra con la siguiente que dio sobre la omisión de registros contables de la deuda pública municipal de 2009. La alcaldía argumentó que la administración previa no le entregó los archivos respectivos: “Reconociendo en mi actual administración […] la falta de documentación e información en distintas áreas, a lo que me asalta la duda el porque (sic) en las auditorías anteriores que se realizaron a otras administraciones no se percato (sic) de tales manejos”.

 

Vía El Universal