Año prodigioso de 1999. El cine de American Beauty y Episodio 1

Cine que mostró grandes obras. Hace dos décadas dio al público obras que siguen siendo memorables. Quién no recuerda Toy Story 2 u Ojos bien cerrados

La falsedad de un mundo suburbano norteamericano es retratada en Belleza americana

Regeneración, 23 de julio de 2019. Fue el último año de la década de los 90, el del pistoletazo de salida del euro como moneda común.

También el año de Britney Spears y su “Baby One More Time”.

En el cine, 1999 fue una especie de milagro en el que las obras maestras se multiplicaron y algunos cineastas dieron su primer golpe de gracia.

Recordarlas es volver a traer grandes momentos, pero también despertar unas ganas enormes de volver a verlas.
  1. American Beauty 

Hasta el mismísimo Steven Spielberg (productor de la cinta a través de Dreamworks) se rindió ante esta opera prima de Sam Mendes.

Se trata de un retrato inmisericorde de la clase media norteamericana que no dejaba títere con cabeza.

Narrada por un muerto (ese Kevin Spacey de mediana edad, frustrado y dispuesto a reventar su estilo de vida), la película cuenta la epifanía de varios personajes.

Cada uno de ellos experimenta la falsedad de un Estados Unidos suburbano.

Su redención tiene que ver con el asesinato del protagonista, un crimen del que todos podían ser culpables.

La poesía de sus imágenes, la banda sonora de Thomas Newman y la maestría de todos los actores (de Annette Bening a Thora Birch) la convirtieron en un clásico.

La cinta se llevó cinco premios Oscar, incluido el de Mejor Película.

  1. El club de la lucha 

La novela de Chuck Palahniuk hablaba de un protagonista sin nombre que lucha contra el consumismo y los estereotipos de la masculinidad norteamericana.

Su encuentro con alguien incendiario que le introduce en un peculiar club de la lucha le hará replanteárselo todo.

Cuando ese escrito y esos personajes pasaron al cine con las caras de Brad Pitt y Edward Norton fue pasto de la polémica.

Algunos (entre ellos los periodistas que recibieron objetos promocionales como falsas cartas amenazantes) la consideraron una cinta fascista.

Otros (los que más) una nueva muestra del talento visual y narrativo de un Fincher que consiguió, probablemente, su mejor película.

Que su final (con esas simbólicas torres cayendo) o su irreverencia pre 11-S sean impensables hoy en día hacen a “El club de la lucha” aún más especial.

  1. Matrix 

Con referencias a la “Alicia” de Lewis Carroll, efectos especiales punteros (esa cámara lenta ‘bullet time’ que ha creado escuela) y filosofía “fin de siglo”, “Matrix” relanzó (por poco tiempo) la moribunda carrera de Keanu Reeves.

También se convirtió en uno de los grandes paradigmas de la ciencia ficción gracias a una originalidad a prueba de bombas.

Aunque originó dos secuelas que no estaban a la altura del original, se puede decir que la ‘ida de olla’ de las Wachowski cambió el género para siempre.

  1. El sexto sentido

La película de terror que consagró al controvertido Shyamalan fue esta historia sobre aquel niño que veía muertos.

Así se lo confesaba a un taciturno Bruce Willis.

Todo en ‘El sexto sentido’ rezuma arte: desde el uso metafórico del rojo a los elaborados sustos (un manejo prodigioso del sonido y el fuera de campo).

Lo mismo que la profunda soledad de los personajes.

El giro final, uno de los más comentados de la historia del cine, acrecentó el prestigio de esta cinta que tiene una característica especial.

Fue la única de ese año que ha sido incluida en la lista de los 100 títulos más influyentes del cine norteamericano elaborada por el American Film Institute.

El debate acerca de si la carrera posterior de Shyamalan ha estado o no a la altura de “El sexto sentido” ya es harina de otro costal.

  1. La Milla Verde 

La historia de la amistad de un negro gigantón a punto de ser ejecutado y su carcelero, ideada por Stephen King, fue la heredera natural de “Cadena Perpetua”.

Ciertamente, lo tenía todo para serlo: una prisión, una estrella (Tom Hanks), la base de un relato sentimental de King (aquí mezclado con lo sobrenatural).

Y especialmente el mismo director que su predecesora. El éxito acompañó desde el principio a esta cinta ambientada en los años más oscuros de la Gran Depresión norteamericana.

La cinta proporcionó una nominación al Oscar al enorme (y no solo por su tamaño) Michael Clarke Dunkan. Su prematuro fallecimiento aún duele.

  1. Todo sobre mi madre 

Nuestro Pedro (inolvidable aquel grito de Penélope Cruz cuando le entregó el Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa) triunfó en todo el mundo.

Y esto gracias a esta cinta de mujeres que hacía referencia al título original de Eva al desnudo (All about Eve).

Sólo un genio como él podía mezclar a una monja con sida con un transexual, la donación de órganos con Tennesse Williams.

También el humor de Antonia Sanjuán con el dolor de una madre que ha perdido a su hijo.

La cinta arrasó gracias a un puñado de actrices extraordinarias (de Cecilia Roth a Penélope Cruz pasando por Candela Peña o Marisa Paredes).

Al día de hoy, muchos la siguen considerando la obra maestra del manchego.

  1. Election (Alexander Payne)

La irreverencia de Alexander Payne, referente indiscutible del indie norteamericano de los últimos años, alcanzó sus más altas cotas en esta historia.

Aquí  brilló Reese Witherspoon. La estrella, la alumna arribista que confronta con un profesor (y pobre diablo) con el rostro de Matthew Broderick.

El sistema político estadounidense fue reflejado en una película que apuntaló la carrera de Payne y demostró que Witherspoon era mucho más que una actriz de comedia facilona.

  1. Crueles Intenciones (Roger Kumble)

Aunque parezca mentira, los 90 pusieron de moda las adaptaciones literarias en forma de cine teen.

Tras el enorme éxito de Clueless, a un estudio se le ocurrió la genial idea de llevar a la pantalla Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos.

La película llevaba los rostros de Ryan Phillippe, Reese Witherspoon y una malvada Sarah Michelle Gellar.

El erotismo de andar por casa y el aire ‘camp’ de la película la han convertido en un título de culto.

  1. Las normas de la casa de la sidra 

La historia de un orfanato comandado por Michael Caine y la frase “Buenos días, príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra” habrían bastado para conducir esta película hacia la gloria.

Pero Las normas de la casa de la sidra daba para mucho más.

A través del angelical Homer, encarnado por un carismático Tobey Maguire vivimos el amor (de la mano de Charlize Theron).

También tocamos temas delicados como el incesto o el aborto abordados desde una perspectiva sensible y certera.

Pese a la calidad de la película de Hallstrom, hubo ciertas asociaciones que no le perdonaron no condenar el aborto.

También se plantaron en el Shrine Auditorium (donde entonces aún se celebraban los Oscars) para protestar ante la Academia de Hollywood.

  1. Magnolia 

Una serie de personajes que conviven en el californiano Valle de San Fernando muestran sus vidas a través de historias paralelas que desembocan en un clímax común.

La estructura laberíntica de Magnolia, además de la grandeza de sus personajes y sus actores han hecho que muchos la vean como la obra cumbre de Thomas Anderson.

Hay quien considera que Anderson es el nuevo niño bonito de un cine norteamericano que necesitaba más autores como él.

  1. Notting Hill 

Los turistas que cada año visitan el londinense Notting Hill nunca se olvidan de buscar la librería o la famosa puerta (aquellos que la hayan visto ya sabrán).

Esa que aparece en esta comedia romántica sobre una estrella cansada de serlo y el hombre corriente que se enamora de ella.

Dos popes del género, Julia Roberts y Hugh Grant, unieron fuerzas en una película que ha hecho las delicias de, al menos, dos generaciones.

Un pastel cinematográfico que nos ha hecho creer que el amor interestelar (entre celebrity y anónimo, entiéndase) aún es posible.

Bonita mentira que nos creemos cada vez que volvemos a Notting Hill.

  1. Toy Story 2

Woody y un Buzz Lightyear duplicado  volvieron cuatro años después de revolucionar el cine de animación.

La primera cinta hecha completamente por ordenador tuvo una secuela a la altura que incorporó nuevos personajes.

También demostró que los juguetes ideados por Pixar aún tenían mucho que decir. Recién estrenada la cuarta entrega, recordar ‘Toy Story 2’ es más necesario que nunca.

  1. ‘Star Wars Episodio 1: La amenaza fantasma’

Tras años de espera, los fans de la saga galáctica pudieron ver la primera de tres precuelas cuya calidad se sigue discutiendo a día de hoy.

Los orígenes de Dark Vader, un pequeño “rebelde” llamado Anakin Skywalker, fueron la excusa perfecta para devolver ‘Star Wars’ al público de los años 90.

Homenajes a la carrera de cuádrigas de “Ben-Hur”, efectos especiales de infarto y aquel repelente Jar Jar Binks son algunos de los elementos de este taquillazo.

Sin embargo, pese a su éxito, no logró su principal objetivo: hundir la taquilla de “Titanic”.

  1. ‘Eyes Wide Shut’

El testamento cinematográfico de Kubrick nos regaló uno de los análisis más certeros de la crisis matrimonial.

También la posibilidad de ver desnudos (en cuerpo y alma) a Tom Cruise y Nicole Kidman antes de que su propio matrimonio se fuese a la porra.

Basada en el “Relato Soñado” de Arthur Schnitzler, el poder de sus imágenes (aquella famosa y coreografiada orgía) y sus múltiples lecturas la convierten en una joya.

Las historias sobre su complicado rodaje forman parte de una leyenda que no ha hecho sino crecer a lo largo de estas dos décadas.

Lo evidente es que, antes de morir, Kubrick filmó las Navidades más perversas y sugerentes de la historia del cine reciente.

  1. Una historia verdadera

Cuando los fans de David Lynch vieron esta historia se quedaron perplejos.

Esta película sobre un anciano que recorre millas y millas en un cortacésped con el objetivo de reencontrarse con su hermano los sorprendió.

¿Dónde estaba en surrealismo de Twin Peaks o Carretera Perdida? La interpretación de Richard Farnsworth y la poesía de sus imágenes despejaron cualquier duda:

‘Una historia verdadera’ es una de las grandes películas de su director, una elegíaca road movie capaz de conmover a cualquiera que haya vivido el dolor del arrepentimiento.

  1. Las vírgenes suicidas

La hija del gran Francis Ford Coppola se estrenó como directora con la historia de unas jovencitas que crecen en un ambiente opresor.

Es ambiente de hecho contrasta con la libertina Norteamérica de los 70.

El talento de Sofia para unir música e imágenes, para hablar de la insatisfacción de las jóvenes de buena familia sería vitoreado por la crítica del mundo.

Después llegarían Lost in Translation, María Antonieta o Somewhere, películas que seguirían alimentando una filmografía irregular pero apasionante.

Los más estetas siempre agradecerán la existencia de Sofia Coppola, creadora de una personalísima poesía visual que la ha situado en el Olimpo.

A estas alturas, lo de menos es su famoso apellido.

  1. El talento de Mr. Ripley

Tras el éxito de El paciente inglés, Minghella abordó la adaptación de una novela de Patricia Highsmith sin olvidar sus connotaciones gays.

Un Matt Damon en el papel de su vida, un Jude Law más sexy que nunca y una Gwyneth Paltrow de belleza angelical fueron los protagonistas.

Unas vacaciones europeas se convertían en una intriga criminal. Mentiroso compulsivo, atractivo y frágil, el Ripley encarnado por Damon es mucho más veraz.

Más veraz y cercano que el que interpretó Alain Delon en la también excelente A pleno sol, primera adaptación de la famosa obra de Highstmith.

  1. El proyecto de la bruja de Blair

Todo empezó con una original publicidad lanzada en una primigenia Internet.

Al parecer, se había encontrado el vídeo de varios jóvenes que habían desaparecido en las profundidades de un bosque mientras investigaban las leyendas de una bruja.

Gran parte del público creyó que la historia era real, pero se trataba de una lucrativa mentira.

El ingenioso mecanismo de dos jóvenes directores para vender una película grabada en video que originó docenas de copias.

Terrorífica en el buen sentido de la palabra “El proyecto de la bruja de Blair” se convirtió en la cinta más rentable de la historia del cine norteamericano.

Las películas de terror en las que unos jóvenes se graban a sí mismos se han convertido en algo tan común como los vídeos de YouTube.

Veinte años después, es evidente que Myrick y Sánchez se adelantaron a su tiempo.

  1. Cómo ser John Malkovich

La película con la que debutaron Spike Jonze (en calidad de director) y Charlie Kauffman (como guionista) fue un regalo para los amantes del cine más vanguardista.

Un túnel secreto transporta al que lo recorre a la mente del actor John Malkovich.

Poco a poco, la existencia de ese pasadizo se le irá de las manos al protagonista, un ‘loser’ que encarna los conflictos de personalidad de manera brillante.

Tan brillante como la pluma de Kauffman, que acabó ganando un Oscar por ‘Olvídate de mí’ y demostró que los guionistas aún pueden (y deben) innovar.

  1. Sleepy Hollow

El famoso cuento de Washington Irving sirvió a Tim Burton para homenajear las viejas películas de la Hammer.

De paso le regaló a Johnny Depp otro de sus grandes personajes.

Aunque el Ichabod Crane original tiene poco que ver con el interpretado por el actor, ‘Sleepy Hollow’ convierte al personaje en símbolo de lucha entre razón y fantasía.

La impecable atmósfera visual, la música sobresaliente de Danny Elfman y un guión muy bien estructurado hicieron de ‘Sleepy Hollow’ una de las últimas grandes películas de Burton.

  1. El Dilema

Empresas tabacaleras y sucias estrategias para llegar al consumidor.

La despiadada historia de una investigación que sorprende a la opinión pública y que encarnan dos personajes frente a frente: los de Al Pacino y Russel Crowe.

La maestría visual y narrativa de Michael Mann puesta al servicio de un thriller que fue calificado de obra maestra desde el momento de su estreno.

22 Tres Reyes 

Años antes de que O.Russell se convirtiese en el niño mimado de los Oscar filmó esta aventura.

Se trata de unos soldados que, en plena guerra de Irak, deciden buscar un tesoro. Sin embargo, su contacto con el pueblo iraquí acabará cambiándoles por completo.

Una sátira divertida y emotiva que nada tiene que envidiar a viejos films de aventuras que también iban mucho más allá de su simple premisa.

Una película que, además, nos regaló al mejor George Clooney posible: el más guapo y el más comprometido.