Celebró senadora perredista ligada a Los Templarios boda por todo lo alto

La senadora Iris Vianey no reparó en gasto en su boda con el empresario mexicano José Luis Salinas, dueño de una marca de tequila.

 

Regeneración, 18 de septiembre de 2017.- La boda de Iris Vianey Mendoza, senadora del PRD no desilusionó a nadie, entre lujos y cobijada por las paredes del Colegio de las Vizcaínas, el evento fue, como se preveía, uno de los más concurridos por la élite política, empezando por el padrino de velación, Miguel Ángel Osorio Chong.

El pasado 14 de septiembre, en una ceremonia dentro del recinto histórico, la pareja conformada por la senadora (ligada con los Caballeros Templarios luego de ser fotografiada con la hija del líder de la corporación, Melissa Plancarte) y el empresario, José Luis Salinas, dueño de la marca de tequila Don Ramón, encabezaron la celebración en la que hubo 500 invitados.

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Otros padrinos de la boda fueron el priista Omar Fayad y Victoria Ruffo, de lazo; y Raúl Cervantes Andrade, actual procurador y quien no acudió a la boda, pero mandó las arras. 

La fiesta fue amenizada por prestigiosos grupos musicales como Los Ángeles Azules, El Chapo de Sinaloa, Los Cadetes de Linares, Mariano Barca y Dulce. Nada más los Ángeles, cobran entre 300 y 400 mil pesos por presentación, mientras el Chapo de Sinaloa se cotiza en más de 600 mil pesos.

El evento tuvo dos menús a disposición, uno de ellos servido con filete de res en salsa cremosa de echalotte satinada con porcini y atado de espárragos; y pescado en salsa de mantequilla negra, piñón, albaca y tarta de jitomate.

 Además, la barra tuvo más de 20 diferentes botellas a disposición, entre ellas Buchannan’s, Johny Walker etiqueta negra, Lancelot Imperial, Tequila Don Ramón, entre otros.

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Realmente la senadora de 35 años y su ahora esposo no repararon en gastos; cuidaron que cada detalle fuera de lujo, como el vestido, ramo y maquillaje, hechos por los diseñadores Salvador Miranda y Esmeralda Beltrán, respectivamente; además del estilista Roberto Arreola.

El fastuoso bodorrio terminó con la repartición de las famosas pantuflas grabadas con los nombres de los novios.

Vía Cuna de Grillos

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