-
Nuevas investigaciones han descubierto que los niños son especialmente vulnerables a niveles incluso leves de contaminación.
-
Incrementos relativamente pequeños en la contaminación del aire están relacionados con un incremento significativo en problemas psiquiátricos.
Regeneración, 14 de junio de 2016.- Un nuevo estudio ha encontrado vínculos entre la contaminación del aire y el incremento de enfermedades mentales en niños.
El estudio encontró que incrementos relativamente pequeños en la contaminación estaban asociados con un incremento significativo en problemas psiquiátricos tratados.
Es el primer estudio en encontrar este vínculo, pero es consistente con evidencia en aumento que prueba que la contaminación del aire puede afectar la salud mental y cognitiva y que que los niños son especialmente vulnerables a la baja calidad del aire.
La investigación publicada en el periódico BMJ Open, examinó la exposición a la contaminación de más de 500 mil menores de 18 años en Suecia y comparó esta información con registros de medicinas para tratar enfermedades mentales, desde sedantes hasta antisicóticos.
«Los resultados pueden significar que una menor concentración de contaminantes en el aire, causados principalmente por el tráfico, podría reducir desórdenes psiquiátricos en niños y adolescentes», dijo Anna Oudin de la Universidad Umeå y coordinadora del estudio. «Yo misma estaría muy preocupada si viviera en una zona altamente contaminada», agregó.
El profesor Frank Kelly, de King’s College, en Londres, dijo que la investigación es importante pues «demuestra, fundamentándose en evidencia existente, que los niños son particularmente sensibles a la pobre calidad del aire probablemente porque su forma de vivir aumenta las dosis de contaminación a la que están expuestos (son más activos) y sus órganos en desarrollo son más vulnerables».
Un aspecto impactante de este nuevo estudio es que, aunque Suecia tiene bajos niveles de contaminación, los investigadores todavía percibieron el vínculo. «Esto significa que otros países y ciudades tienen un desafío todavía más grande, pues tendrán que realizar mejoras significativas a la calidad del aire para que sea incluso más limpia que la de Suecia».
«Sabemos que la contaminación del aire puede entrar al cuerpo y cerebro y causar inflamación. Estudios en animales indican que la inflamación está asociada a una gama de desórdenes psiquiátricos».
Tambiénhan habido diversos estudios que encontraron asociaciones entre la contaminación del aire y desórdenes del espectro autista, así como problemas de aprendizaje y desarrollo en niños.
La publicación sueca concluye: «El impacto severo en la salud mental de los niños y adolescentes vinculado a la exposición a la contaminación del aire merece atención especial».
Traducido de The Guardian.