Decálogo para enfrentar la crisis ambiental y fomentar el amor a la naturaleza

AMLO en el foro de medio ambiente

Si en algo se ha avanzado en los últimos tiempos, es en la creación de una conciencia ecológica que, con excepción de las comunidades indígenas, no existía en la población mestiza de México.

Es indudable que nuestros hijos tuvieron una mayor educación ecológica que nosotros. No obstante, este gran avance atribuido a la sociedad civil, a la globalidad de los medios de comunicación, a la educación formal e inclusive a buenas iniciativas de los gobiernos, todavía hace falta desarrollar más esa conciencia ecológica y convertirla en una poderosa voluntad colectiva que frene la degradación progresiva del territorio y del medio ambiente.

Sólo así, con el apoyo de la sociedad, con la fuerza de la opinión pública, se podrá enfrentar a quienes, movidos por el afán de lucro, apuestan a la depredación sin tomar en cuenta el daño ecológico y social que provocan.

México es uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales y  diversidad biológica, y sin embargo, hay crisis ecológica    porque el modelo económico dominante no tiene entre sus propósitos  el cuidado y la conservación del medio ambiente.

 
Por ejemplo, la política energética se basa en la extracción irracional del petróleo que provoca contaminación y quema de gas a la atmósfera, sin considerar que se trata de un recurso no renovable y sin hacer nada para evitar su desperdicio y buscar la generación de combustibles con recursos renovables.
 
Lo mismo se puede decir de la explotación minera que destruye el territorio, contaminan los mantos friáticos y enferman a la gente. De la desaparición de manglares para la actividad turística o del relleno de zonas bajas para la construcción de vivienda, entre otros casos.
 
En todo esto, aunque existen leyes y reglamentos siempre predomina el influyentismo y la corrupción. El gobierno no sólo incumple con su deber de cuidar la flora, la fauna y el agua, sino que por lo general se convierte en cómplice de quienes violan normas ambientales y de protección de recursos naturales.
 
Amlo ambientePara enfrentar esta crisis y fomentar el amor a la naturaleza propongo puntualmente lo siguiente:
 
1.    La política del gobierno en todos sus ámbitos tomará en cuenta la preservación y restauración del medio ambiente y los recursos naturales. En particular se promoverá la articulación de las políticas agrarias y agropecuarias con las forestales y ambientales.
 
2.    No se autorizará ningún proyecto económico, comercial o turístico que afecte el medio ambiente.
 
3.    No habrá influyentismo ni corrupción en el otorgamiento de permisos, licencias o autorizaciones de impacto ambiental.
 
4.    Se promoverán diferentes políticas y acciones para detener el deterioro del medio ambiente y promover la restauración y conservación de los recursos naturales. Se cuidará y fomentará la flora y la fauna nativa, dando atención especial a las especies que están en vías de extinción, tomando como ejemplo la política que se aplicó para la conservación de la tortuga marina.
 
5.    A las empresas canadienses que dominan en la rama de la minería nacional, se les exigirá que cumplan con las normas de protección del medio ambiente al igual como están obligadas a hacerlo en su país
 
6.    Se hará valer el derecho al agua. Se promoverán las obras de infraestructura y uso eficiente que hagan realidad este derecho.
 
7.    Los pueblos indígenas contarán con presupuesto suficiente para financiar la política de combate a la pobreza, orientada al desarrollo integral, de manejo de sus recursos naturales y la participación comunitaria.
 
8.    Se explotará el petróleo y el gas con criterios de sustentabilidad y de preservación del medio ambiente. No dominará la euforia por vender cada vez más petróleo crudo al extranjero con el agotamiento prematuro de los yacimientos y la quema de gas a la atmósfera.
 
9.    Habrá un programa nacional de transición energética para disminuir, de inmediato, la dependencia de combustibles fósiles y de recursos no renovables.
 
10.    Se sembrarán un millón de hectáreas de árboles para generar empleos y enfrentar el grave problema de deterioro ambiental provocado por la deforestación de las selvas tropicales en Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quinta Roo.
 
Amigas y amigos:
 
La República Amorosa que postulamos y queremos hacer realidad tiene tres ejes principales: la honestidad, la justicia y el amor. Y en esto último, el amor a la naturaleza es parte fundamental. En la cartilla moral de Alfonso Reyes escrita en los años cuarenta decía:
 
"A algunos hasta parecerá extraño que se haga entrar en la moral el respeto a los reinos mineral, vegetal y animal. Pero debe recordarse que estos reinos constituyen la morada humana, el escenario de nuestra vida.
 
El gran poeta mexicano Enrique González Martínez dice: … Y quitarás, piadoso, tu sandalia, para no herir las piedras del camino.
No hay que tomarlo, naturalmente, al pie de la letra. Sólo ha querido decir que procuremos pensar en serio y con intención amorosa, animados siempre del deseo de no hacer daño, en cuantas cosas nos rodean y acompañan en la existencia, así sean tan humildes como las piedras.
 
Dante, uno de los mayores poetas de la humanidad, supone que, al romper la rama de un árbol, el tronco le reclama y le grita: «¿Por qué me rompes?» Este símbolo nos ayuda a entender cómo el hombre de conciencia moral plenamente cultivada siente horror por las mutilaciones y los destrozos.
 
En verdad, el espíritu de maldad asoma ya cuando, por gusto, enturbiamos un depósito de agua clara que hay en el campo; o cuando arrancamos ramas de los árboles por sólo ejercitar las fuerzas; o cuando matamos animales sin necesidad y fuera de los casos en que nos sirven de alimento; o cuando torturamos por crueldad a los animales domésticos, o bien, nos negamos a adoptar prácticas que los alivien un poco en su trabajo.
 
Este respeto al mundo natural que habitamos, a las cosas de la tierra, va creando en nuestro espíritu un hábito de contemplación amorosa que contribuye mucho a nuestra felicidad y que, de paso, desarrolla nuestro espíritu de observación y nuestra inteligencia.
Pero no debemos quedarnos con los ojos fijos en la tierra. También debemos levantarlos a los espacios celestes. Debemos interesarnos por el cielo que nos cubre, su régimen de nubes, lluvias y vientos, sus estrellas nocturnas.
 
Cuando un hombre que vive en un jardín ignora los nombres de sus plantas y sus árboles, sentimos que hay en él algo de salvaje; que no se ha preocupado de labrar la estatua moral que tiene el deber de sacar de sí mismo. Igual diremos del que ignora las estrellas de su cielo y los nombres de sus constelaciones.
 
El amor a la morada humana es una garantía moral, es una prenda de que la persona ha alcanzado un apreciable nivel del bien: aquel en que se confunden el bien y la belleza, la obediencia al mandamiento moral y el deleite en la contemplación estética. Este punto es el más alto que puede alcanzar, en el mundo, el ser humano.
 
En eso creemos y nos comprometemos hacer valer este precepto. Tengan confianza que vamos a cumplir con todos nuestros compromisos, además de nuestras convicciones y principios tenemos algo que no poseen nuestros adversarios, somos libres, no estamos subordinados a grupos de intereses creados y siempre pondremos por delante el bienestar y la felicidad del pueblo.
 
La Paz, Baja California Sur 6 de febrero de 2012

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