En el conjunto de edificios llamados Osa Mayor, la situación es más dramática. Luego de varias revisiones, la Secretaría de Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México decidió que el edificio no era seguro de su piso cuatro en adelante.
Regeneración, 9 de septiembre de 2017.- El conjunto de edificios Morelos, formados por cinco grupos, cada uno con dos inmuebles. De estos, tres mostraron algún tipo de afectación: Centauro, Osa Mayor y Pegasso. Los dos últimos han sido los que desde hace 32 años han sufrido cada vez más deterioro.
De acuerdo con testimonios de los inquilinos, el edificio crujía y a Federico, habitante del piso 14 del edificio Centauro, en la Colonia Doctores, le corrían por la mente las imágenes que ha visto cada que hay un terremoto importante desde 1985.
Él observó como el edificio, aplanado de yeso desprendiéndose y estrellándose en el suelo,los barandales agitándose, y las láminas que cubren la separación con el edificio contiguo batiéndose como hojas de papel aluminio.
A Federico, un hombre ya en la tercera edad, se le sumó una anécdota más. La losa de la cocina le cayó sobre la cabeza.
«Todo se revolvió, todo saltó por todas partes. A mí me cayeron pedazos de la losa en la cabeza», expuso el inquilino.
Otro habitante, Ernesto quien vive en el piso 13 del Centauro y estudia ingeniería, narra que los inmuebles no tienen daño estructural pese a que las paredes tienen aplanados caídos, ladrillos de su recubrimiento desprendidos, escaleras derruidas, y una acentuada separación entre los edificios que da cuenta de su desplome paulatino.
Pero cabe destacar que en los pisos superiores esta separación es de casi un metro.
«Yo me sujeté de la pared. Conozco el edificio, no me puse nervioso, sólo veía como todo se caía alrededor», dijo Ernesto.
Pero en el conjunto de edificios llamados Osa Mayor, la situación es más dramática. Luego de varias revisiones, a Secretaría de Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México decidió que el edificio no era seguro de su piso cuatro en adelante.
Por esta razón sólo se permitió el ingreso de inquilinos, bajo su propio riesgo, para recoger las pertenencias que consideraran necesarias, pues su desalojo es inminente.
Los edificios fueron revisados a lo largo del día por Protección Civil de la Delegación Cuauhtémoc, de la Secretaría de Protección Civil, por el Instituto para la seguridad de las construcciones, en tanto que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) ofreció ayuda para albergar a los inquilinos que así lo consideren necesario.
«En lo que ustedes escuchan a la autoridad, y después del ofrecimiento de la Sedeso que viene a ver qué albergue, qué lugar y a dónde podrían ir los vecinos una vez que el Instituto para la Seguridad de Las Construcciones determine cuál es el daño estructural», informó la directora de Protección Civil de la Delegación Cuauhtémoc, Cintya Murrieta.
Jaqueline Carmona, la administradora del Osa Mayor, dice cada edificio cuenta con 56 departamentos y cada uno tiene el promedio tres inquilinos. Eso da una estimación de al menos 112 departamentos en riesgo de ser desalojado ante el posible colapso de los inmuebles, y unas 330 personas afectadas.
Los vecinos indicaron que, durante la anterior administración delegacional, encabezada por Alejandro Fernández, se realizó un peritaje a los edificios por parte del Colegio de Ingenieros, quienes hicieron saber sobre la fragilidad de los inmuebles.
Pero este estudio no fue utilizado por autoridades o vecinos para gestionar el reforzamiento del inmueble y sólo se le aplicó pintura, se resanó y se cubrieron las aperturas entre los inmuebles con láminas.
Durante el día, los inquilinos sacaron parte de sus pertenencias para poder pasar los próximos días en otras ubicaciones.
«La Sedeso ya ofreció un albergue, nosotros podemos poner un deportivo y una dirección territorial para albergar a la gente que lo requiera», explicó Murrieta.
En el edificio Pegasso, a una cuadra de distancia, una cenefa estuvo suspendida durante buena parte del día. El Heroico Cuerpo de Bomberos, acudió al llamado de ayuda de los vecinos y con una grúa telescópica echaron abajo la estructura prefabricada.
El Pegasso no presentaba mayores afectaciones.
Hasta la noche de ayer, los vecinos y autoridades capitalinas seguían a la espera de que el Instituto parala seguridad de las construcciones emitiera un dictamen sobre el estado de los edificios.
Con información de: Excélsior