Por Pedro Miguel .
Viva el país que no se ha rendido.
Vivan sus playas públicas. Viva su mar soberano. Viva su atmósfera libre. Vivan las tierras que no serán convertidas en negocio aeroportuario.
Vivan los bosques que no ceden al golpe de la motosierra. Viva el filón de mineral defendido por sus legítimos dueños. Viva el río que absorbe la descarga tóxica y no envenena a los sedientos. Vivan los lagos cómplices de los pescadores.
Vivan los pescadores, los comuneros, los ejidatarios, que resisten los proyectos depredadores. Vivan quienes difunden las luchas contra el acueducto, la hidroeléctrica, el teleférico, el parque de diversiones, el campo de golf, la mina a cielo abierto, la supercarretera, la perforación destructiva, la construcción devastadora.
Vivan los caminos libres que comunican sin lucrar, las represas que iluminan sin destruir el entorno, las canteras que entregan su materia para construir escuelas y hospitales.
Vivan las cosechas sin transgénicos.
Vivan los campesinos que no sienten vergüenza de su condición. Vivan los trabajadores que no aspiran a ser potentados. Vivan las profesionistas que defienden la dignidad de su trabajo.
Vivan los burócratas que se consagran a servir a la sociedad antes que a sus jefes. Vivan los políticos que no traicionan a sus representados.
Vivan los barrios. Vivan las vecindades. Vivan los multifamiliares. Vivan los caseríos. Vivan los mercados. Vivan los centros de salud y los planteles escolares, los parques y las plazas públicas.
Viva la palabra verdadera. Viva el discurso que esclarece. Viva el libro que rescata la memoria. Vivan quienes difunden el antídoto de la verdad contra la intoxicación televisiva y la propaganda mentirosa. Viva la oración de la esperanza y la maldición pronunciada ante toda injusticia.
Vivan las indignadas, los escépticos, las que se organizan, los manifestantes, las que informan, quienes siguen buscando a sus desaparecidos, los que no olvidan a sus muertos, quienes no han matado a nadie, las que dan vida, los que le cierran los ojos al cadáver de un desconocido.
Vivan las que bordan en pañuelos los nombres de las víctimas, quienes se aferran a la vida aunque cada año pongan nuevas fotos en su altar de muertos.
Vivan los jubilados y las viudas a quienes les robaron la pensión; los asalariados a los que no les alcanza el salario; los causantes a los que el fisco les arrebata el ingreso; los productores sin mercado; los comerciantes que se quedaron sin clientela; los jóvenes que no tienen escuela; los pacientes sin cama; los campesinos despojados de sus tierras; los científicos sin laboratorio; los escritores sin computadora; los plomeros sin herramienta; las costureras sin tela; los cocineros sin comida; los pintores sin pintura; los obreros traicionados por sus dirigentes sindicales; los que son tratados como delincuentes porque combatieron a la delincuencia; los que no pierden la claridad aunque no tengan para pagar la luz.
Vivan las comunidades zapatistas. Vivan los yaquis que defienden el agua. Viva Temacapulín. Vivan los resistentes de Cholula. Viva Wirikuta. Viva San Salvador Atenco. Vivan las policías comunitarias. Vivan Las Patronas. Vivan los defensores de derechos humanos. Viva el SME. Vivan los trabajadores de Mexicana. Vivan los sindicatos universitarios.
Vivan las universidades y los hospitales públicos. Vivan los caminos públicos. Vivan los medios públicos.
Viva La Jornada en sus 30 años.
Viva la América Latina soberana que espera nuestro regreso a sus filas.
Viva Cuauhtémoc. Viva Gonzalo Guerrero. Viva fray Bartolomé de las Casas. Viva Francisco Tenamaztle. Viva Jacinto Canek. Viva Gaspar Yanga. Viva Gabriel Teporaca. Viva fray Servando Teresa de Mier. Viva Francisco Primo de Verdad. Viva Miguel Hidalgo. Viva Josefa Ortiz de Domínguez. Viva José María Morelos. Viva Leona Vicario. Viva Epigmenio González. Viva Francisco Xavier Mina. Viva Vicente Guerrero. Viva el Batallón de San Patricio. Viva Benito Juárez. Viva Guillermo Prieto. Viva Ignacio Zaragoza.
Viva José Santos Degollado. Viva Melchor Ocampo. Viva Mariano Escobedo. Viva Vicente Riva Palacio. Viva Ignacio Manuel Altamirano. Vivan Ricardo y Enrique Flores Magón. Viva Juana Belén. Viva Emiliano Zapata. Viva María Arias Bernal. Viva Aquiles Serdán. Viva Belisario Domínguez. Viva Francisco Villa. Viva Elisa Acuña. Viva Antonio Díaz Soto y Gama. Viva María Talavera. Viva Elisa Griensen. Viva Felipe Carrillo Puerto. Viva Lázaro Cárdenas. Viva Francisco J. Múgica. Viva Heriberto Jara. Viva Rubén Jaramillo.
Viva Benita Galeana. Viva Valentín Campa. Viva Demetrio Vallejo. Vivan Frida Kahlo y Diego Rivera. Viva José Revueltas. Viva Sergio Méndez Arceo. Viva Heberto Castillo. Viva Carlos Montemayor. Viva Carlos Monsiváis. Viva Bety Cariño. Viva Samuel Ruiz. Viva Carlos Fuentes. Viva Arnoldo Martínez Verdugo. Viva José María Pérez Gay. Viva Daniel Cazés. Viva José Emilio Pacheco. Viva Arnaldo Córdoba.
Vivan la imaginación y el amor. Vivan la dignidad y la honestidad. Vivan la congruencia y la persistencia. Viva la vida.
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