Más allá de reconocer sus fallas y tomar las críticas como una oportunidad de mejorar, el gobernador Enrique Alfaro se ofende y responde con rabietas.
Por Melissa Cornejo
RegeneraciónMx, 26 de octubre de 2022.- En los últimos años Jalisco se ha convertido en sinónimo de violencia y tragedia, es por eso que a casi nadie sorprendieron las declaraciones del secretario de Gobernación, Adán Augusto, en días pasados, cuando dijo que al pensar en baños de sangre, piensa en Jalisco. Y donde digo “casi”, sólo cabe un nombre: Enrique Alfaro, pues fiel a su personaje soberbio, respondió con una rabieta y estadísticas que no se sostienen por ningún lado.
Para empezar, resulta muy poco inteligente que el gobernador tome esas críticas de forma personal. Donde él ve un ataque, los jaliscienses vemos una oportunidad de enmendar el camino. Sin embargo, el gobernador carece de algo fundamental: la humildad para solicitar ayuda del Gobierno Federal y reconocer que la situación se le salió de las manos. Para él siempre será más importante su imagen que la vida y la tranquilidad de los ciudadanos que viven en la entidad que él dice gobernar.
Sin embargo, en absoluto contraste con sus videos dignos de un “talk show”, en los que asegura que Jalisco va de maravilla, resulta muy certero el señalamiento que hace Adán Augusto: es hipócrita que las autoridades estatales pidieran el apoyo de las Fuerzas Armadas para mantener la seguridad pública, y por el contrario no apoyaran la aprobación a la reforma constitucional para que el Ejército y la Armada participen en actividades de seguridad pública hasta el año 2028. ¿Si no hay violencia, si no corren ríos de sangre por las calles del estado, por qué solicitar el apoyo de la Guardia Nacional sólo cuando la situación se le escapa?
No se le reprocha que pida ayuda, se le reprocha que por vanidad siga en estado de negación aún cuando todos los días se registran balaceras y atentados en Jalisco. Se le reprocha que insulte la inteligencia de la gente que votó por él, pretendiendo disfrazar sus cifras. Se le reprocha que ni la peor crisis en materia de seguridad encienda focos de alerta y decida velar por la seguridad de la entidad.
Para terminar, recurro a un lenguaje que el gobernador podrá asimilar y cito sus palabras del 15 de abril de 2018: “señor gobernador, los jaliscienses le exigimos seguridad y resultados. Jalisco no puede seguir por este camino, en materia de seguridad y procuración de justicia, su gobierno ha sido un rotundo fracaso. Si no puede, deje su cargo”.