La disputa mercantil y mediática por El Financiero

Por Jenaro Villamil | Homozapping 

Fundado por Rogelio Cárdenas a finales de los años ochenta, El Financiero se convirtió en uno de los periódicos especializados de referencia en México y durante el sexenio de Carlos Salinas fue uno de los medios más informados y críticos frente al gobierno federal que emprendió todo tipo de tácticas para frenarlo.

elfinanciero

El Financiero sobrevivió al veto y al embate del salinismo, pero la crisis de 1995 y las secuelas de los años posteriores dejó a este periódico en una situación muy delicada. El fallecimiento de Rogelio Cárdenas Sarmiento, artífice de la expansión comercial, editorial y política del periódico, dejó a El Financiero en una situación delicada.

Durante casi una década, los reporteros y trabajadores de El Financiero padecieron la crisis del periódico. Se le retrasaron los pagos de salarios, se redujo la planta laboral, se contrajeron deudas fiscales importantes. A pesar de eso, el periódico siguió siendo un medio de referencia para los especialistas.

Pilar Estandía González Luna, viuda de Rogelio Cárdenas, estuvo al frente de esta agonía de El Financiero. Hubo múltiples intentos por adquirir el periódico de parte de empresarios y grupos periodísticos. Ninguno se había concretado hasta que hace año y medio el joven empresario Manuel Arroyo, propietario de la empresa Comtelsat, adquirió periódico.

Bajo la denominación de Grupo Multimedia Lauman, Manuel Arroyo “relanzó” El Financiero, sin los aires críticos de antes, pero con una acelerada modernización que incluyó su rediseño, la incorporación de nuevos directivos, un claro apoyo a la Secretaría de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray, y un convenio con la agencia financiera Bloomberg para incursionar en los contenidos televisivos especializados.

El Financiero parecía que dejaba los años amargos de las carencias económicas y se convertía en el “nuevo rico” de los medios en el sexenio de Peña Nieto. En sus páginas colaboran personajes como Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, y amigo personal de Arroyo.

El periódico también se metió de lleno a la guerra de telecomunicaciones cuando publicó un documento secreto que mencionaba el presunto compromiso de compra de Carlos Slim, el magnate de América Móvil, en Grupo Dish. El documento generó un nuevo capítulo de disputa, en medio de la reforma legal en el sector.

Arroyo y Comtelsat no ocultó su interés de participar como socio de algún grupo empresarial para adquirir alguna de las dos cadenas de televisión abierta digital que se pretenden licitar en este sexenio y que lleva ya un retraso de seis meses.

En esta situación se encontraba el nuevo El Financiero cuando la familia Cárdenas Estandía decidió interponer en junio pasado un juicio mercantil por el incumplimiento de las fechas de pagos de un adeudo total de 3 millones de dólares que los herederos de Rogelio Cárdenas negociaron pagar con Manuel Arroyo en 8 pagarés de 375 mil dólares.

La versión del abogado Jorge Gorraez representante de la familia Cárdenas Estandía, es la siguiente: Grupo Lauman saldó 4 de los 8 pagarés en 2013. El cuarto de ese año se retrasó de noviembre de 2013 a enero de 2014, con penalizaciones.

El pagaré del 14 de febrero de 2014 no se realizó y la familia decidió emprender el juicio mercantil, ante presuntas versiones de Manuel Arroyo de negarse a cumplir con lo pactado.

El 11 de julio, el juez 74 de lo Civil en el Distrito Federal ordenó el embargo de la marca El Financiero, de la agencia Finsat, para que Grupo Lauman pagara 1. 5 millones de dólares a la familia Cárdenas Estandía.

El embargo procedió en días pasados. El pasado miércoles 6 de agosto, en un desplegado, Grupo Lauman admitió que tiene adeudos con los herederos de El Financiero, que serán liquidadas, pero también interpuso un incidente jurídico contra el embargo provisional.

La Jornada publicó este viernes 8 de agosto una nota que cita a los abogados de Manuel Arroyo. Para la defensa de Grupo Lauman la actual demanda en su contra es “temeraria y carente de sustento jurídico” ya que si bien hubo un atraso en el cumplimiento de los pagarés, esto no representa la negativa de cumplir con las obligaciones.

El desenlace de este juicio mercantil aún no se conoce. En el contexto de la reforma de telecomunicaciones y de los grupos que disputan su influencia en los medios impresos, el caso de El Financiero tiene aún más vericuetos y enredos político-empresariales.