El desarrollo del país, crecerá en la medida que la democratización de la educación se extienda por todos los rincones de nuestro país.
Por Javier Lozano*
Regeneración, 11 de julio del 2019. Las toma de acuerdos y decisiones en política educativa son el matiz del extenso itinerario de carencias y necesidades que se generan en nuestro sistema educativo Nacional.
Para la implementación de una política educativa, fue necesario concientizar los cambios de forma y de fondo que requerían los distintos ambientes educativos; no obstante, se tuvo que realizar un estudio profundo y un debate abierto que permitiera el incipiente cambio transformador a través de modelos que den un giro al paradigma instruccional.
Los cambios al artículo 3° constitucional precisaban una transición que ofreciera a todos los niños y adolescentes desde preescolar, primaria, secundaria, educación media superior y superior, un perfil constituido en una política moderna para transformar el enfoque que brinde las múltiples posibilidades a posteriori de formar personas capaces de analizar, crear, reflexionar, criticar y proponer, pero también de tener la inserción al mundo de las oportunidades laborales.
Esta premisa, dio la pauta a elaborar cambios sustanciales que no soslayaran la importancia de penetrar en todos los ambientes socioculturales la educación en todos los niveles; de esta forma, se abroga la reforma educativa del 2013, que fue tan cuestionada por pretender convertir la imposición de mecanismos a través de las consideraciones de organismos internacionales como la OCDE; esto establecía un mosaico de perplejidad que priorizaban la calificación y descalifican sobre todos de los docentes a través de las evaluaciones, constituyéndose en mecanismos de control.
En mayo de este año, se abre la barrera que había sesgado un camino irracional, sobre todo a la clase trabajadora, a través de un enfoque y las políticas neoliberales que pretendían un esquema “modernizador”.
En este sentido, se publica en el diario oficial de la federación los cambios emitidos que ponderan: el fortalecimiento a las instituciones públicas, como uno de los principales epicentros, cuya cobertura debe ser universal hasta el nivel superior, sobre todo con elementos de inclusión, gratuidad y una orientación laica.
Así mismo, responder que los materiales didácticos, la infraestructura educativa contribuyan a los fines ineludibles de los estudiantes.
Es evidente que las múltiples carencias y necesidades de los diversos sectores sociales y populares, convierten la preocupación de establecer las políticas educativas que den vialidad a la formación no solo educativa, sino formativa y axiológica; en este sentido, el papel del Estado crece en traducir la oxigenación de una estructura que garantice la escolarización hasta el nivel superior, a través de la proliferación de espacios que brinden la instrucción y la satisfacción de las demandas de forma integral.
Los sectores más desprotegidos y la inserción al mundo socioeducativo.
Es evidente a todas luces que la desigualdad social ha sido una concepción explicita en los diversos sectores de la sociedad, sobre todo en materia educativa y la distribución democratizadora de la educación en todos los rincones y a través de todas las modalidades.
Es por ello, que la desigualdad educativa se produce cuando las políticas educativas están mal implementadas, o simplemente existe una exclusión de los Estados quienes no encuentra los mecanismos y las herramientas para brindar los servicios universales; estas oportunidades de ingreso al sistema educativo deben ser para todos los niños y adolescentes sin distinción de etnias, contextos, culturas y religiones.
Igualar estas mismas oportunidades entre individuos de distintos estratos socioeconómicos es uno de los retos más importantes de este nuevo orden constitucional educativo sin que en incida en el semillero social, y alimentar la adquisición de habilidades para el aprendizaje entre la población, utilizando estrategias, técnicas, mecanismos y recursos que potencialicen las principales habilidades; entendiendo que esta parte, se orienta a través de distintos procesos de aprendizaje.
El beneficio que abre las principales brechas que existían, promoverá la responsabilidad social, moral, política y constitucional que tiene el Estado de brindar las condiciones necesarias para que millones de jóvenes encuentren la inserción al universo del conocimiento de la ciencia, pero de igual forma, del abanico de coyunturas laborales que ofrece ante la desigualdad educativa.
Sin duda, la responsabilidad a través de las modificaciones del artículo 3°, tiene una relación inherente a las actividades que ejercen para la desarrollo óptimo, tomando en cuenta que estas tienen como fin último formar ciudadanos con principios y responsabilidades, y con una sensibilidad para trasvasar a la resolución de los problemas que aquejan en su medio sociocultural a través de proyectos o programas que puntualicen el aterrizaje de propuestas de disminuyan los efectos negativos.
Definitivamente el mundo de las oportunidades educativas en toda nuestra mayúscula geografía nacional, rompe el paradigma y el estereotipo estigmatizado de ciertos sectores de la sociedad.
En Michoacán, uno de los más marginados en el rubro, la barreras de desigualdad que arrojo el INEGI en el 2015, muestra el promedio de años de escolaridad de 7.93, con una tendencia a la baja de los indicadores que son de 9.16 años.
De igual forma, los niños y adolescentes que quedan excluidos en nuestro Estado, es de 9.14 de 15 años en adelante, lo que logra conformar la enorme irregularidad educativa y de oportunidades que ha brindado nuestro territorio
Esto puede ser un parámetro para la incursión a los niveles medio superior y superior. Hoy en día, se visualiza una expansión de oferta escolar a través de programas de distintas modalidades, como el caso del Telebachillerato Michoacán, que ofrece una cobertura en la geografía rural, a más de 85 municipios de nuestro Estado.
Esto acompaña a mejora la estructura que resulten en oportunidades concretas para continuar una trayectoria escolar o acceder a empleos bien remunerados, o bien, lo preeminencia mencionada debido a condiciones estructurales como la marginación, el racismo y las debilidades en la operación interna de las escuelas que requieren infraestructura, equipo, planes de estudio y cobertura docente que abarque cada una de las áreas del conocimiento.
Desarrollo del país a través de la educación media superior y superior en México.
La reforma educativa consiste en teoría, en aterrizar los elementos que permitan comprender el impacto que ha tenido el proceso de la enseñanza y el aprendizaje de las distintas modalidades; es aquí, donde podemos encontrar la punta del iceberg para buscar las herramientas y los mecanismos que brinden las condiciones para optimizar el desarrollo del rubro educativo.
Siendo desde esta perspectiva, se puede establecer las coyunturas que las reformas deben asegurar y se toma en cuenta la identidad de las diversas modalidades.
Como consecuencia de la implementación de estas modalidades, se verán reflejadas la satisfacción de las demandas educativas que permitan la participación incluyente que de forma inexorable, permita construir escenarios productivos a través del campo de la enseñanza y la investigación.
Esto, facilitara las actividades y la incorporación que contribuya al incremento del desarrollo sociocultural, tomando en cuenta el potencial de la profesionalización para capacitada y resolver los retos que enfrentar los problemas que apuntalan, como la: pobreza, la desigualdad, el analfabetismo, la exclusión y la marginación social constituye el gran desafío de nuestro tiempo.
Según la UNESCO, se trata de producir una generación de reformas, orientadas, esta vez, a buscar un desarrollo más rápido y sustentable a través de inversiones en el desarrollo humano, con su doble efecto sobre la capacidad productiva y la equidad social.
Salta a la vista el papel que en este empeño ha de jugar la educación superior en la región; de allí que hablar de crisis en la educación superior es aludir directamente al resorte más sensible y poderoso del crecimiento y acceso al bienestar en una sociedad equitativa.
El desarrollo del país, crecerá en la medida que la democratización de la educación se extienda por todos los rincones de nuestro país; el acceso a la educación superior estará directamente relacionado con las herramientas brindadas por el Estado, que puedan tender puentes y coadyuvar las posibilidades de desarrollo de los adolescentes para la creación de capacidades multidisciplinarias, que inserten el rubro laboral y el acceso a la tecnología para la orientación de un mejora país a través del desenvolvimiento de un esquema integral.
La reforma educativa y la gratuidad hasta el nivel superior, establece la cobertura que fusiona la distribución equitativa del bien social que significa la educación y, esto corresponde a cierto grado de justicia educativa, ésta de hecho no equivale ni garantiza el acceso a la educación u otras dimensiones del derecho a la educación, como la calidad, la igualdad de oportunidades, la equidad, y el derecho de aprender.
El derecho a la educación, es un ineludible y tiene un efecto humano; por ello, las trasformaciones que subyacen en los cambios constitucionales, deben garantizar la gratuidad como un elemento que asegure a todos los jóvenes la incursión a los ambientes educativos a través de sus distintas modalidades.
Nos vemos pronto.
*Profesor de Nivel Superior desde hace 9 años. Originario de Morelia, Michoacán. Colaborador del seminario Presencia de Michoacan y los portales electrónicos Changonga.com y Metapolítica.