“Las desapariciones forzadas nunca se detuvieron, ni con el fin de la Guerra Sucia”

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Se cumplen 41 años de la desaparición forzada de la familia Guzmán Cruz.

Regeneración, 21 de julio 2015. (Sididh) Con un reconocimiento a la lucha de la familia Guzmán Cruz por lograr justicia y esclarecer el paradero de cinco de sus integrantes víctimas de desaparición forzada hace 41 años, representantes de comunidades indígenas, defensores de derechos humanos y activistas sociales y sindicales se dieron cita en Tarejero, Michoacán, para realizar una conmemoración. En ella denunciaron que las desapariciones forzadas no se detuvieron con el fin de la llamada Guerra Sucia, ni se castigó a los responsables.

La de la familia Guzmán Cruz es el primer referente de desaparición forzada en el estado de Michoacán. Entre los años de 1974 y 1976 cinco miembros de esa familia (el padre y cuatro hijos), fueron detenidos y desaparecidos por miembros de la Brigada Blanca, órgano político perteneciente a la extinta Dirección Federal de Seguridad. Amafer Guzmán Cruz fue detenido en la ciudad de Morelia, Michoacán; Armando Guzmán Cruz en Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México; José de Jesús Guzmán Jiménez (el padre) y Solón Adenauer Guzmán Cruz (17 años) fueron detenidos en Tarejero y Venustiano Guzmán Cruz (17 años) en Acapulco, Guerrero. Hasta la fecha no se sabe el paradero de ninguno de ellos.

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Ante la indiferencia de las autoridades nacionales, en octubre de 2006, los familiares enviaron una petición a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que admitiera el caso. Cinco años después, en 2011, la CIDH trasladó la petición inicial al Estado mexicano, el cual tras solicitar prórrogas la contestó de forma vaga e incompleta en agosto de 2012.

La lucha por lograr justicia, reconocieron los presentes en el acto, fue iniciada por doña Salud, quien además de pelear por recuperar a sus seres queridos, debió sacar adelante al resto de su familia, indicó Laura Orozco, de la Fundación Diego Lucero.

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A 41 años, “se sigue reclamando justicia y se sigue encontrando cerrazón y autoritarismo”, denunció un representante sindical.

La fuerza de la denuncia que hoy está ante la CIDH viene de la larga lucha de la familia y de una comunidad agrupada alrededor de la exigencia de justicia, valoró Stephanie Brewer, del Centro Prodh.

En medio de cántico purhépechas, comida y honores cívicos, la celebració nprometió encontrarse de nuevo el siguiente año.