Las condiciones en las que las jugadoras de futbol soccer empezaron la Liga Mx pone en evidencia la brecha laboral entre hombres y mujeres.
Por Fabiola Rocha
Regeneración, 30 de julio de 2017.- Es histórico sin duda que este fin de semana haya empezado la Liga Mx de futbol soccer femenil en México, pero es una pena que empezara con condiciones francamente denigrantes.
El pasado 24 de julio, se difundieron algunas de las condiciones que las jugadoras profesionales tenían que aceptar para poder llegar a disputar el torneo.
En Balance de la Jornada, la periodista Marlene Santos Alejo, indicó que los “federativos, con Decio de María a la cabeza, actúan con doble moral. Hacia afuera se visten de paladines antihomofobia, hacia el interior no quieren lesbianas y han dado claras las instrucciones a los 16 equipos femeniles -filiales de los clubes del máximo circuito, excepto los poblanos- para ocultar cualquier caso de homosexualidad”.
De acuerdo con el testimonio de una de las jugadoras de la Liga, quien solicitó el anonimato, no se acepta el lesbianismo o cualquier actitud cariñosa hacia compañeras dentro o fuera del campo.
Pero eso no es todo, pues en caso de quedar embarazadas, será anulado su contrato, y no tendrán derecho a prestaciones; lo que podría explicar “porqué rechazaron traer extranjeras”, apunta la periodista.
“La prohibición de embarazo viene en el formato que envía la federación a los equipos y que todas deben firmar”, dijo la jugadora.
“Hasta la saciedad han recibido la recomendación de no tener actitudes públicas de ‘excesivo afecto. Tampoco deben mostrarse demasiado masculinas; es decir, guerreras en la cancha, totalmente femeninas afuera… ¡Nos quieren de otra galaxia!’”, reportó La Jornada.
Por si fuera poco, los sueldos de las jugadoras serán de 2 mil 500 pesos mensuales, cifra fijada como tope salarial.
La Federación contestó dichas acusaciones aclarando que en ningún lugar del contrato se indican las preferencias sexuales como causales para despido y que el embarazo no es un motivo para desentenderse de las responsabilidades de un Club, sin embargo, la jugadora aclaró que es un formato externo el que se debe firmar para comprometerse a estas condiciones.
Mientras tanto y pese al gran logro que significa la aparición de la Liga femenil, las féminas juegan en sedes alternas, de segunda, generalmente en los campos de entrenamiento de sus clubes y el ofensivo salario de 2 mil 500 pesos mensuales que se señala en el artículo y que la Federación no aclaró, significará que se enfrentarán a condiciones precarias de trabajo, haciendo más evidente la brecha de género.
Para que estas mujeres logren sus sueños de jugar profesionalmente en México, tuvieron que esperar a que la Federación Mexicana de Futbol, dirigida por varones, decidiera que era «viable» y resolviera su creación, pero hacerlo en con estas imposiciones discriminatorias le quita el mérito.
Si en este caso vistoso no ha motivado la intervención de las autoridades, comisiones de equidad de género, Comisión de Derechos Humanos; e incluso de los jugadores de futbol en apoyo a sus compañeras, ¿qué podemos esperar de otras áreas en las que la discriminación de género ni siquiera se verbaliza?
En el primer fin de semana de la liga femenil de futbol, Liga Mx, más de 13 mil personas asistieron al campo para ver empezar la historia de una liga profesional de clubes en México.
Vía La Jornada.