Regeneración, 21 de enero de 2016.- Fumar marihuana durante la adolescencia podría no tener un impacto directo en el desarrollo cognitivo, aunque aquellos que usan el cannabis podrían encontrarse en mayor riesgo de ver afectada su inteligencia debido a una serie de otros factores relacionados con el ambiente. Esto según un par de estudios que han investigado el Coeficiente Intelectual de los adolescentes que utilizan la marihuana en comparación con aquel de sus congéneres que no utilizan esa sustancia, al tiempo que tomaron en cuenta otros factores que podrían contribuir a agudizar diferencias entre los dos grupos.
El primero de estos estudios apareció en el Diario de Psicofarmacología la semana pasada, y encontró en una muestra de 2,235 adolescentes, que los niveles del coeficiente intelectual fueron más bajos entre aquellos que habían fumado marihuana al menos unas 50 veces a la edad de 15 años. Sin embargo, sus resultados también revelaron niveles más altos de presencia de problemas de conducta en la infancia, síntomas depresivos, y uso de otras substancias –en particular de alcohol y cigarrillos-, entre los fumadores de cannabis, aumentando la posibilidad de que estos factores pudieran ser responsables de sus coeficientes intelectuales reducidos.
A través del análisis estadístico, los investigadores reportaron que el uso de la marihuana no podría ser usado para predecir bajos niveles de coeficiente intelectual en adolescentes, una vez que se conocen estas otras variables que se consideran en los análisis. Lo interesante es, sin embargo, que descubrieron que incluso después de excluir a aquellos que nunca habían probado la marihuana, los fumadores de tabaco mostraron un desempeño educacional más bajo, yendo más allá de dos grados en un dado sujeto académico. Ya que los consumidores del cannabis fueron 17 veces más propensos a fumar también tabaco, los autores de este estudio concluyeron que el uso del cigarro de tabaco podría ser un predictor más confiable de los coeficientes intelectuales reducidos del grupo.
Como una forma de explicar esto, se propone que aquellos que fuman tanto tabaco como marihuana podrían hacerlo debido a algún tipo de “adversidad social durante la adolescencia”, pasando posiblemente como desde problemas de comportamiento hasta ambientes familiares poco estables. Esto en cambio, podría tener un efecto negativo el desarrollo académico y en el nivel de coeficiente intelectual. Mientras esta idea ha sido respaldada por previas investigaciones, se trata sólo de una especulación ya que no existen aún datos que la respalden.
Mientras se llevaba a cabo esta investigación, un segundo estudio apareció en los Procedimientos de la Academia Nacional de ciencias, en el cual los investigadores examinaron los efectos de la marihuana en la inteligencia de gemelos, en donde uno de ellos presentaba un uso regular mientras que el otro no la consumía en lo absoluto.
Para conducir este estudio, los autores midieron el IQ de alrededor de 2,00o adolescentes gemelos viviendo en Los Ángeles y Minnesota, en un periodo de casi una década. Al igual que con el estudio previo, encontraron que aquellos que comenzaron a fumar marihuana durante este periodo tuvieron la tendencia a desarrollar niveles más bajos que los normales de inteligencia. Sin embargo, descubrieron que los gemelos que no usaban marihuana también tuvieron bajos niveles, indicando que este factor pudo haber sido determinado por un rango de factores de contexto como el ambiente familiar o la predisposición genética, en lugar de considerar al factor principal de los niveles bajos al uso de la marihuana.
Además, notaron que los participantes que se convirtieron en usuarios de marihuana durante el curso de este estudio también obtuvieron bajos niveles de coeficiente intelectual, que fueron registrados antes de sus años adolescentes, en un momento que aún no habían sido cercanos al cannabis. Subsecuentemente, los investigadores alegan que más bien, el nivel de bajo desarrollo de IQ no es producto del uso de la marihuana, sino que éste es producto de un grupo de factores que relacionan factores genéticos con entornos familiares adversos, que se consideran como causas detonantes del uso de la marihuana.
Finalmente, los autores de este estudio están dispuestos a señalar que su investigación difiere del resto de trabajos previos en el tema, ya que se trata de un trabajo longitudinal, en lugar de ser uno de naturaleza entre cruzada. En otras palabras, sigue el comportamiento y desarrollo de sujetos a lo largo de un extenso periodo de tiempo, en lugar de sólo observar a un grupo de participantes en un momento dado. Esta aproximación provee de datos más confiables ya que permite a los investigadores observar cómo un rango de factores puede impactar el desarrollo de un adolescente, habilitándolos a identificar las varias causas de sus coeficientes intelectuales reducidos en oposición a responsabilizar del todo al cannabis por ello.
(Fuente: IFL Science)