El politólogo opina que Trump es un hombre muy hábil para engañar, pero no le da gran crédito a sus declaraciones y desplantes, las cuales sólo tienen el propósito de colocarlo en el centro de la atención de sus seguidores.
Regeneración, 20 de noviembre de 2017.- La tarde del domingo, Noam Chomsky fue cuestionado sobre qué se le venía a la mente cuando oía la palabra México, a lo que el escritor respondió: “muy lejos de dios y muy cerca de Estados Unidos”.
Además, Chomsky criticó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), pues los campesinos mexicanos nunca llegarán a competir con la agroindustria de Estados Unidos, porque ésta recibe enormes subsidios de su gobierno, aseveró.
Respecto a Donald Trump, el politólogo, dijo que es un hombre muy hábil para engañar, pero no le da gran crédito a sus declaraciones y desplantes, las cuales sólo tienen el propósito de colocarlo en el centro de la atención de sus seguidores, que equivalen a un tercio de los votantes estadounidenses quienes son muy conservadores y lo ven “como su dios”.
Estas declaraciones se dieron en el marco de una entrevista a Chomsky por parte del físico Lawrence Krauss y Andrés Roemer, quien es el curador del evento de la Ciudad de las Ideas . Los temas fueron: los riesgos ocasionados por calentamiento global, la crisis migratoria, la mentira del libre mercado, el gobierno de Trump y la evolución humana, así lo detalla La Jornada.
Sobre el libre mercado, el especialista afirmó que actualmente se puede hablar de un “semi mercado”, pues las empresas no compiten por sus propios medios, en vez de ello son alimentadas con subsidios.
Acuerdos como el TLCAN no representan ningún beneficio para la población de los países que participan en ellos, sino para las compañías, pues cabilderos e inversores son quienes elaboran las cláusulas y claramente solo ven por sus intereses, incluso consideran la suerte de la sociedad como “externalidades”, aseguró Chomsky.
En cuanto al calentamiento global explicó que es responsabilidad de las transnacionales y el cambio en las temperaturas traerá como consecuencias peligros hasta ahora desconocidos para la humanidad. Prueba de ello, afirmó, es el derretimiento de permafrost, que solía liberar bacterias prehistóricas y no se tienen otra forma de combatirlas.
También habló de las emergencias que se padecen en lugares como Bangladesh o el Congo, lo cuales son consecuencia de la explotación irracional de los recursos naturales por parte de las corporaciones trasnacionales.