#Opinión: ‘Desescribir’, la curaduría del objeto poético

En la obra ‘Desescribir’, de Rodolfo Mata, se pone en juego una composición de ideas y propuestas, a través de las imágenes, que lo convierten en un libro de poesía difícil de entender.

En 'Desescribir', de Rodolfo Mata, se pone en juego una composición de ideas, a través de las imágenes, que lo convierten en poesía difícil de entender.
Fotos: Especiales

RegeneraciónMx, 03 de marzo de 2022.- Al abrir el nuevo libro de Rodolfo Mata, Desescribir (Ediciones del Lirio, 2021) se entra a una galería de imágenes dislocadas, si se me permite el término. El autor, un subversivo de la poesía visual, se propone redefinir el espacio que lo rodea, ya sea en el plano real o las imágenes emergidas de su computadora. Contrapone, aumenta, define, reconstruye, altera, responde, pregunta, todo mediante esa posición del observador, incluso el vouyer.

Dividido en 4 planos o salas de exhibición (Desescribir, Implante, Manuscribir y Sobreescribir), se pone en juego una composición de ideas y propuestas, desde la fotografía espontánea, la fotografía muy pensada, la imagen con texto, el meme, la irremediable influencia de los medios entre nosotros, la irremediable –también– cercanía que tenemos con el papel y el lápiz, las dicotomías se vuelven malabares en las manos de un autor dispuesto a intervenir su espacio, pues Rodolfo Mata es una suerte de curador de las cotidianidades.

Este no es un libro de poesía que sea fácil de entender, ni siquiera el mismo hecho de saber si lo que ocurre en las páginas es poético. Poco a poco el discurso del autor se encadena y va tomando forma, un avanzar orgánico y conceptual.

En 'Desescribir', de Rodolfo Mata, se pone en juego una composición de ideas, a través de las imágenes, que lo convierten en poesía difícil de entender.

La urdimbre entre los medios electrónicos y la creación verbal es el núcleo de este libro, las estaciones que se visitan y los espacios intervenidos son una provocación entre la palabra y la imagen, entre los textos escritos, las fotografías, entre los objetos verbales y lingüísticos y los objetos físicos, las alteraciones de la realidad o la misma realidad alterada.

No es la primera provocación como esta que hace el autor, pues ya había ideado algo similar con Silencio vacío, aunque con este libro gana en experimentación. Creo que Rodolfo Mata está logrando un estilo personal en cuanto a la poesía visual, sujetando y sometiendo al significado y al significante.

La comunión interna entre las páginas de este libro lo hacen muy equilibrado, la división propuesta por Rodolfo Mata avanza con trabas, y aunque no hay un inicio y un final, sí existe una posibilidad de inicio de desenlace, de composición terminada. Desescribir es un cuadro que a veces pasa de lo hermético a lo abierto. 

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