#Opinión: La crisis del «neocolonialismo verde»

Por José Manuel Fuentes

RegeneraciónMx. – La reciente crisis energética a nivel mundial, debida por la precipitada transición a la energía verde, provocó que la mayoría de los países tuvieran que recurrir (de nuevo) al carbón y al gas.  Aunque los globalistas-neoliberales intentaron satanizar las energías fósiles, para fortalecer su agenda verde, no les salió la jugada como esperaban.

La pregunta que nos debemos hacer es: ¿por qué se originó esta crisis energética? La respuesta es sencilla, se debe a que varios países aceleraron la transición a las “energías verdes”, sin embargo, el clima no jugó a su favor porque las energías solar y eólica son intermitentes.

Por otro lado, la revista The Economist, vocera de la élite global, reconoce que existen “graves problemas con la transición a la energía limpia”, de igual manera, considera que uno de los problemas es el poder geopolítico-petrolero de Rusia.

Algunos expertos (internacionales) señalan que esta crisis energética, sin exagerar, puede ser “comparable al embargo petrolero de la década de 1970.  Asimismo, esta crisis alcanzó a los productos de metales, lo cual provocó que frenaran su producción. Por ejemplo, la producción (mundial) de acero crudo disminuyó 144.4 millones de toneladas métricas, según la asociación Mundial de Acero. Toda esta crisis provocó el alza de los precios de petróleo y gas, por ejemplo, el crudo Brent está en $84 por barril, por otro lado, el gas natural aumentó más del 500%.

Por su lado, Joe Biden, durante la cumbre del G2O (en Italia) pidió a los miembros que aumentaran la producción de petróleo, lo cual me llamó la atención ya que faltaba poco para la cumbre de la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), en donde los líderes mundiales reafirman “la lucha contra el cambio climático.”

Joe Biden ha promovido, de forma hipócrita, la transición a la energía verde, pero se le olvida que durante la administración Obama (en la cual fue vicepresidente) promovió la “revolución del gas esquito”, en la cual se practicaba (y sigue practicándose) la contaminante “fracturación hidráulica”. Como falló esa “revolución energética, ahora están optando por la verde para dar un golpe (geo)estratégico a China y Rusia.

En efecto, los globalistas-neoliberales pretenden dominar al mundo a través de las “energías renovables.” Tal vez se pregunten: ¿Cómo lo podrían lograr? Volteando los papeles. Los neoliberales quieren hacernos responsables del cambio climático, cuando ellos lo provocaron a través de sus depredadoras empresas.

Por su parte, la reforma eléctrica de la 4T, con tintes nacionalistas, llega en una coyuntura geoenergética caótica, la cual se puede usar a favor para México. ¿Cómo? Buscando la autosuficiencia energética. Es momento, como ustedes saben, que México diversifique su forma de abastecer de energía al país, es decir, utilizar energías fósiles y renovables.

Ahora bien, la patética “oposición” (mexicana) argumenta que la reforma eléctrica del gobierno de la 4T “no abona” a la transición a las energías renovables, lo cual es una mentira. Argumentaré por qué lo es: esta reforma eléctrica le da prioridad a las hidroeléctricas y, al mismo tiempo, el gobierno ha dejado claro que modernizará 14 hidroeléctricas del país, lo cual duplicará la producción de energía limpia.

Pero la “oposición” (mexicana) defiende la energía solar y eólica porque es donde está el (jugoso) negocio para las empresas extranjeras como Repsol y Iberdrola, en donde algunos exfuncionarios (como Felipe Calderón) participaron como asesores. ¿Esas empresas no se les hace conocidas? Estas empresas junto con Naturgy y Endesa conforman los gigantes energéticos que controlan el mercado energético español que, por cierto, España (país admirado por la oposición) está viviendo un aumento de la tarifa de la luz. Según Europa Express (agencia de noticias española), el precio de la luz se disparó a un (nuevo) récord de 228.59 euros. ¡228.59 euros!

Es fundamental dejar claro al lector, que el sector energético de nuestro país es una cuestión de seguridad nacional, cuyo concepto posee un peso relevante para las potencias geoenergéticas (EU/Rusia/China/India).

En síntesis, se necesita estar ciego para no reconocer que México debe defender su soberanía energética y no caer en la trampa del “neocolonialismo verde” impulsado por Estados Unidos y la élite globalista.

 

Estudiante de arquitectura y autor de más de un centenar de artículos de análisis geopolítico.   Sígueme en Twitter: @JoseyyyJose