#Opinión: Los síes

Por JA Gutiérrez Falcón

RegeneraciónMx.- Para consolidar una democracia participativa en México dependemos de dos síes: el sí para enjuiciar a los expresidentes y el sí para que López Obrador permanezca en el poder. El Gobierno de México nos muestra cada día su voluntad política de hacer valer todos nuestros derechos, ahora nos toca ejercerlos.

Recordemos que al llegar a la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, AMLO se convirtió en el precursor de la democracia participativa en nuestro país, realizando cinco consultas públicas durante su mandato. En 2001 pidió la opinión del pueblo de la capital sobre dos temas: el horario de verano y el aumento del precio al boleto del Metro.

En el 2002, el tabasqueño llevó a cabo dos consultas más. La primera sobre la realización de los segundos pisos del Periférico, y la segunda para someter al voto popular su permanencia en el cargo. Dos años después, en 2004, impulsó una quinta y última consulta: le preguntó a la ciudadanía si seguía contando con su apoyo para seguir gobernando. Y obtuvo, claro, el respaldo del pueblo.

Los afanes democráticos de López Obrador son una constante y, bien podríamos decir, recorren una línea recta. El tiempo no ha mermado las líneas esenciales de su discurso. Desde entonces, hay una total congruencia entre sus palabras y los hechos.

En esta nueva etapa las cosas no son diferentes. Hace ya casi tres años, siendo presidente electo, , nos consultó ⎼del 25 al 28 de octubre de 2018⎼ sobre el destino del corrupto proyecto que pretendía construir sobre el Lago de Texcoco un aeropuerto. Un mes más tarde, las mexicanas y los mexicanos votamos a favor de los siguientes planes de gobierno:

Tren Maya.

Istmo Tehuantepec.

Refinería Dos Bocas.

Sembrar árboles frutales.

Pensión a adultos mayores.

Becas para jóvenes.

Becas a jóvenes de media superior.

Pensión a discapacitados.

Atención médica a toda la población.

Conectividad gratuita en todo el país.

Sin ser presidente en funciones, en ese momento AMLO ya daba señales claras de estar resuelto a mandar obedeciendo.

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Finalmente, al llegar a la presidencia de la república, el tabasqueño no tardó en realizar consultas entre los 68 Pueblos indígenas y la comunidad afromexicana para conocer sus hondas carencias y sus propuestas certeras. Por primera vez en la historia de nuestro país, la voz de los pueblos originarios se plasmó en el Plan Nacional de Desarrollo, y quienes antes eran los más olvidados, ahora gozan de una especial atención del Gobierno, y con un presupuesto más vigoroso. Prueba de ello es la construcción del nuevo acueducto para el pueblo Yaqui en Sonora, el cual tendrá una inversión de mil 800 millones de pesos y un costo anual de operación que ascenderá a 7.5 millones de pesos. Una muestra más es el nuevo trazo del gasoducto Tuxpan-Tula, el cual fue modificado de la ruta original sin importar el costo, debido a que la primera idea fue invadir un cerro sagrado de la comunidad de San Pablito, en el municipio de Pahuatlán, Puebla.

López Obrador siempre ha pedido la opinión del pueblo, aun cuando el resultado pudiera ser adverso a sus propios proyectos. Tal fue el caso de la consulta libre, previa e informada, a los pueblos originarios sobre la construcción del Tren Maya. Este ejercicio democrático se realizó en cinco etapas: actos previos, informativa, deliberativa, consultiva y seguimiento. En la etapa informativa se realizaron 15 asambleas en diversas regiones indígenas de los estados de Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. En estas reuniones, participaron 4 mil 869 personas, entre las cuales se encontraban autoridades comunitarias, municipales y agrarias. El lunes 16 de diciembre del 2019, la subsecretaria de Gobernación, Diana Álvarez, informó sobre los resultados obtenidos en las 268 mesas que fueron instaladas en 84 municipios de aquellas entidades federativas. La participación fue de 100 mil 940 personas. De este total de ciudadanos de origen indígena, el 92.3% votó a favor del Tren Maya.

Otra consulta importante en esta época de la 4T fue la que se realizó en Mexicali, Baja California, para ver saber si la gente avalaba o se oponía a la construcción de la planta cervecera Constellation Brands. Los habitantes de aquella ciudad expresaron su negativa, con el 74 por ciento de la votación. Es importante mencionar que esta obra se empezó en el sexenio de Enrique Peña Nieto, burlando diversos ordenamientos legales, en total complicidad con autoridades federales, estatales y municipales. Contra poderosos intereses económicos, y ante presiones de todo tipo, López Obrador hizo valer la voluntad de los mexicalenses.

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La consulta para llevar a juicio a los expresidentes ha sido menospreciada, cuando no vilipendiada, a través de los rancios medios de comunicación, así como por intelectuales orgánicos, plenamente identificados con el antiguo régimen de corrupción. Se argumenta de manera cínica que muchas de las irregularidades que pudieran haber cometido los exmandatarios ya están prescritas. Sin embargo, los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles. Además, dicha consulta se convertirá en un referente histórico, desde el primer segundo en que abran las casillas.

Más allá del resultado jurídico, la condena social a los 32 años de saqueo neoliberal irá acomodando las cosas en su lugar. El sí, para enjuiciar a los expresidentes, y el sí, para lograr que AMLO permanezca en el poder, serán el reflejo de la nueva Democracia participativa. La votación será catártica, y así podremos construir mejor, la Cuarta Transformación Nacional. Una nueva era donde tengamos el atrevimiento de tomar el poder en nuestras manos. Estamos muy cerca de mostrarle al mundo que la soberanía de México ahora sí reside en el pueblo.

* Abogado especialista en política internacional y sistemas de integración en el mundo, es autor del libro Por el bien de todos, primero los Indígenas.