Considero que todas estas acciones y reuniones deberían ir confluyendo en una corriente común, sobre la base de objetivos comunes. Que se debe perseguir un programa común y los modos de alcanzarlo.
El programa común debe incluir un freno tajante a los precios de combustibles y alimentos básicos, de transportes colectivos y de bienes necesarios. Debe incluir un aumento a los salarios y, en general, al ingreso de los sectores populares.
Debe incluir también el derecho de los sectores populares a una vivienda digna y el derecho a una educación gratuita lo más completa posible.
Es fundamental el derecho a la salud gratuita. Y todos estos derechos se deben basar en el gasto público, que debe provenir sobre todo de impuestos a los propietarios de más bienes y más riqueza.
Las empresas trasnacionales deben también pagar los impuestos debidos. No deben tener privilegios.
Estos son objetivos a lograr.
Este proceso puede incluir discusiones entre los organismos participantes.
Otro elemento es lo que debe ser el sector público, especialmente en las empresas principales.
Pemex debe volver a ser lo que fue a partir de la expropiación petrolera. Se requiere no sólo la producción de petróleo y gas natural, sino las refinerías y, en general, la transformación del petróleo y el gas. Y la producción de petróleo y el gas se debe aumentar nuevamente, con nuevas perforaciones en nuevas tierras y aguas, no en mayores profundidades con trasnacionales, sino en tierras y aguas conocidas.
La Comisión Federal de Electricidad debe generar la electricidad nuevamente y transmitirla, no entregar la industria a compañías extranjeras.
Se debe acabar con la gigantesca y carísima burocracia y volver a las empresas productivas, en éste y en otros sectores.
En el campo se deben respetar la propiedad campesina colectiva y la pequeña propiedad.