San Gregorio Atlapulco no tiene agua ni apoyos para reconstrucción a un mes del sismo

En San Gregorio, los habitantes esperan que la sociedad no se olvide de ellos, pues el sismo también los devastó. 

Regeneración, 19 de octubre de 2017.- En San Gregorio Atlapulco, la vida de los vecinos no volvió a ser igual después del sismo de hace un mes.

La iglesia sigue cerrada, el sismo hizo que colapsara el campanario y desde entonces ya nadie oye el repicar.  

Una barda cayó en la calle Insurgentes y enterró a comerciantes y clientes, como el caso de María Francisca, de 64 años, quien vendía hierbas secas y aunque siempre ponía su puesto en el extremo de la barda, el 19 de septiembre lo colocó más al centro.

La casa de otro hombre, Homero Torres, justo frente a la iglesia, se desplomó.

“Fue un solo golpe, como una explosión, sólo un golpe fue lo que hizo todo esto”, dijo Torres en entrevista con Animal Político.

Apenas el pasado 19 de octubre, el Director Responsable de Obra revisó el inmueble y confirmó que la casa será demolida.

Aunque Homero, de 55 años, es profesor de secundaria, su sueldo no le alcanza para reconstruir su único patrimonio, el que construyó durante años y perdió en segundos. Homero duda sobre la ayuda prometida por el gobierno.

 “Ojalá que la ayuda con el gobierno se haga factible y nos beneficie, que nos convenga”, dijo.

En el pueblo los polines son parte de las calles y las losas caídas recuerdan lo que pasó hace un mes.

Varias viviendas tienen letreros en las puertas con códigos de barras y número de identificación, como símbolo de la comprobación de la Secretaría de Desarrollo Urbano de que “la vivienda ha sido censada y los apoyos para la reconstrucción de esta vivienda estarán sujetos a los lineamientos de las reglas de operación del Fonden”.

Pero no todas las casas fueron censadas del mismo modo, pues en el caso de María, de 92 años, Protección Civil le dijo que no tiene mayor afectación, aunque se ve una grieta en la pared exterior y la Sedatu también fue a censar, solo le pegaron un papel en la puerta y no le dijeron nada de apoyos.

La casa de Felipe de Jesús ni siquiera fue contabilizada por la Secretaría encabezada por Rosario Robles. Nadie le ha comentado nada de apoyos para la reconstrucción, nadie se ha acercado, aunque perdió todo.

Además, en San Gregorio Atlapulco, uno de los 14 pueblos originarios de Xochimilco, también falta el agua.

Desde el sismo, los pobladores han tenido que comprar pipas de agua que cuestan 600 pesos.

Jacinta, dijo a Animal Político que “a veces hasta nos andamos peleando porque no alcanza para todos y todos queremos”.

En San Gregorio, los habitantes esperan que no se olviden que la desgracia, también los invadió.

 

Con información de Animal Político