Minera Fortuna Silver Mies, contamina Río del Coyote en Magdalena Ocotlán, Oaxaca
Contaminación del proyecto minero “San José” no respeta límites territoriales de ejidos y comunidades
Regeneración, 10 de octubre del 2018. Presa de Jales de Minera Cuzcatlán sufrieron un derrame por las lluvias registradas el domingo 7 de Octubre,contaminando el agua del Rio del Coyote en el territorio colindante de Magdalena Ocotlán, Oaxaca.
Minera Cuzcatlán S.A. de C.V es filial de Fortuna Silver Mines, que opera el Proyecto Minero “San José” en etapa de producción comercial desde 2011.
Las autoridades agrarias, municipales y pobladores de Magdalena Ocotlán, denunciaron que:
«La mañana del 8 de Octubre nos percatamos que el afluente del Río del Coyote, presentaba una corriente de agua “color blanca” que proviene de la parte alta de San José del Progreso, donde se encuentra ubicada la presa de jales (deshechos mineros)».
Explicaron que dicho afluente desemboca en el paraje conocido como “La Ciénega” en Magdalena Ocotlán.
En dicho lugar se encuentra un retén de agua que sirve para pastoreo de animales.
Indicaron que además hay pozos que abastecen de agua potable a la comunidad.
«En este paraje se desprende una corriente del Río del Coyote que circula hacia otras comunidades como San Matías Chilazoa, San Pedro Apóstol, San Felipe Apóstol, Tejas de Morelos», indicaron.
Las autoridades municipales y agrarias de Magdalena Ocotlán afirmaron «que nunca antes en este río se había registrado algo así».
Esta agua blanca ha contaminado los principales afluentes de agua con los que la comunidad cuenta.
Hemos recogido muestras y tomado fotografías que presentamos ante PROFEPA para que se haga una investigación sobre este hecho; señalaron las autoridades de comunitarias.
Las autoridades agrarias, municipales así como ciudadanos de Magdalena Ocotlán, exigieron:
» A las autoridades competentes, en particular a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) se constituyan en el lugar de los hechos para verificar la situación que denunciamos».
Pidieron se establezcan medidas de restauración y prevención.
Entre sus exigencias están se apliquen «las sanciones correspondientes a la empresa minera».
La comunidad de Magdalena Ocotlán exigieron, además:
«La cancelación inmediata del proyecto “San José” de la empresa Minera Cuzcatlán S.A. de C.V filial de Fortuna Silver Mines por representar un peligro para nuestro territorio».
Externaron que es «urgente que las comunidades vecinas se organicen para evitar el uso de esta agua para actividades de agricultura o pastoreo de ganado».
A la empresa minera Cuzcatlán S.A. de C.V. exigieron:
«Brinde un informe sobre esta situación y el estado que guarda la presa de jales de su proyecto minero “San José”.
Al Gobierno Federal exigieron:
«No emitir más concesiones mineras sobre los territorios de ejidos y comunidades, por representar afectaciones ambientales y riesgos irreparables para la población».
Finalmente externaron la consigna «Sí a la Vida, No a la Minería».
Usos, abusos y contaminación del agua en México: Industria y minería (I)
18 AGOSTO 2017
Redacción: Agua.org.mx
Medios nacionales e internacionales publicaron reportajes sobre el derrame de residuos tóxicos en el río Sonora[1], considerado el peor desastre ambiental provocado por la industria minera en México.
Pasaron tres años desde ese evento para que los pobladores afectados ganaran por fin un juicio de amparo, que promovieron al demostrar que dos pozos de la región, presentan concentraciones de arsénico y manganeso, en niveles nocivos para los humanos; han demandado a las instituciones de salud estatal y federales, por haber desatendido su derecho a la salud.
Este caso ha inspirado el presente escrito; la calidad del agua determina su aptitud para el consumo y las actividades humanas, y la permanencia de los procesos y funciones de los ecosistemas.
La contaminación es un tema que se aborda tanto desde la perspectiva ambiental, como de salud humana, pasando por la dimensión productivo-económica de la sociedad.
El derrame que nos ocupa se considera contaminación química y el sector industrial es el principal responsable de esta contaminación en el mundo.
El agua es fundamental en los procesos industriales de producción, ya sea como vehículo energético, de transporte, disolvente, en operaciones de lavado, como disipador de calor, etcétera.
Esto hace de la contaminación industrial la más diversa.
No obstante, su impacto está más relacionado con las descargas de agua residual industrial, que con la cantidad de agua que utilizan.
De hecho, estas descargas generan 340 por ciento más contaminación que las municipales[2].
Si a esto agregamos que hacia el 2050 el sector industrial será el que más incrementará su demanda de agua[3] —hasta 400 por ciento más, en comparación con el 130 por ciento del incremento para uso doméstico—, se vuelve imprescindible considerar la contaminación, particularmente las descargas de aguas residuales industriales, como aspecto prioritario en la gestión del agua, sobre todo en el marco del derecho humano al agua y al saneamiento, y a un medio ambiente sano.
El asunto es que en nuestro país las descargas comúnmente no se tratan; el 70 por ciento de los residuos industriales son vertidos sin ningún tratamiento, siendo las que más incumplen las normas oficiales.
El uso industrial
En México la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es la autoridad encargada de administrar el uso del agua a través de la emisión de concesiones y permisos de descarga, a diversos sectores o grupos de usuarios.
Asimismo es responsable del Registro Público de Derechos de Agua (Repda); que es la base de datos en la que se publica toda la información sobre estas autorizaciones —titular de la concesión o permiso, volumen de agua autorizado, ubicación del aprovechamiento o descarga, entre otros datos—.
En el 2015 el uso agrícola del agua representó el 76.3 por ciento del volumen total autorizado; del agua restante, el uso industrial, que considera la minería, la construcción y la manufactura, ocupó el 13 por ciento, algo más de dos billones de litros[4].
Adicionalmente la Conagua incluye el uso agroindustrial, de servicios y de comercio, en un sólo rubro denominado industria auto-abastecida [5], que en los últimos diez años incrementó su demanda en 27 por ciento, más del doble que cualquier otro uso[6].
Algunos puntos importantes respecto a las dificultades de conocer con certeza las dimensiones de la contaminación industrial en México:
- Del total de títulos de aprovechamiento para el uso público y la industria autoabastecida, en el Repda el 15 por ciento —poco más de 30 mil títulos— no presenta información sobre el volumen concesionado[7].
- Comúnmente las industrias ubicadas en zonas urbanas vierten sus desechos al sistema de drenaje público, esto obliga a considerar el uso público y el de industria autoabastecida juntos y complica la identificación del volumen de contaminantes que genera en este sector.
- El 7.3 por ciento del total del volumen concesionado para todos los usos, está geográficamente mal referenciado, —las coordenadas del registro están fuera de los límites continentales del país—.
- La falta de monitoreo y verificación han ocasionado que los registros estén desactualizados, omitiendo cambios de uso en las extracciones del agua; en 2014 tres de cada diez litros que se extrajeron en zonas urbanas estaban clasificados como uso “agrícola”, esto es importante, si bien las tarifas difieren de una entidad a otra, el uso agrícola siempre tiene una tarifa preferencial.
Adicionalmente la información pública desagregada respecto a la industria minera es prácticamente inexistente. El acceso a datos sobre el volumen de minerales que extrae cada empresa, el monto de las regalías que pagan por esto, o los estudios de geoquímica de sedimentos, están reservados o a la venta. De esta forma quienes conocen está información son los empresarios, y no los dueños de la tierra y la sociedad en general[8].
Lo que sí sabemos es que la industria minera en México ocupa 436 millones 643 mil m3 al año, esto es el agua para abastecer anualmente a 3 millones 229 personas; de este volumen la mayor parte se extrae en Sonora —aproximadamente 25 por ciento—, que junto con Zacatecas y Michoacán, extraen la mitad del agua destinada a la minería.