Una más del secretario antimonopólico

Además de evidenciar nuevamente su desconocimiento sobre el sistema educativo, Nuño refrenda el repudio y discriminación clasista que priva entre las autoridades educativas del país hacia las normales, las que son percibidas en la educación superior como las escuelas de pobres y para pobres.

 

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Por César Navarro, Investigador del Instituto Mora

En la guerra contra el magisterio y las escuelas formadoras de maestros, el titular de la SEP, no sólo ha amenazado, perseguido y despedido a miles de profesores, además, ha recurrido en forma permanente a la descalificación, la calumnia, y el embuste contra los profesores que sostienen la movilización y el paro magisterial. Carente de argumentos educativos, ha lanzado innovadores conceptos que vulneran y degradan la escuela pública. Así, en la reciente reunión con senadores, el secretario Aurelio Nuño, ufano y amenazador, afirmó que la reforma educativa acabará con el monopolio de las normales en la formación de maestros y que en adelante cualquiera que tenga un título de licenciatura podrá ser maestro, tras aprobar el examen de selección. La declaración del encargado de la SEP, por decir lo menos en términos corteses, resulta aberrante e injusta hacia estas instituciones públicas de educación a las que ahora se les califica de monopolio.

Además de evidenciar nuevamente su desconocimiento sobre el sistema educativo, Nuño refrenda el repudio y discriminación clasista que priva entre las autoridades educativas del país hacia las normales, las que son percibidas en la educación superior como las escuelas de pobres y para pobres.

La caracterización de Nuño sobre las normales está emparentada y ha sido utilizada en distintas épocas por grupos de cristeros y organizaciones conservadoras de la derecha, adversas al artículo tercero constitucional y al carácter público de la educación y que la han rechazado y combatido por constituir un monopolio bajo el control del Estado. Pero para su fortuna hoy han encontrado un heredero en el propio secretario de Educación. Bajo este catecismo teórico de Nuño, en el futuro cualquier subsistema público de educación, puede ser catalogado como monopolio y plantearse su desmantelamiento o remplazo por otras instituciones, preferentemente privadas, como en el caso del proyecto sobre las normales públicas.

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Sería deseable y de gran utilidad para el titular de SEP que se inscribiera en un curso de alguna normal –previo examen de ingreso–, para estudiar la historia de las escuelas normales que, jamás se han reivindicado a sí mismas como monopolio y mucho menos se ha planteado eso en los estudios, textos e investigaciones sobre el normalismo mexicano. Las normales disponen de una trayectoria centenaria y su multiplicación en el siglo XX se produjo al unísono con la expansión la escuela pública de educación básica que hizo posible el acceso educativo por vez primera a grandes segmentos de la población que hasta entonces permanecían marginados de la enseñanza. Fueron los maestros egresados de las normales y otros centros públicos de formación docente los principales constructores y pilares del sistema educativo mexicano, como lo siguen siendo hasta nuestros días. Pero con la actual reforma a los maestros y las normales públicas se les combate y persigue. ¿Conocerá el secretario el monopolio enclavado en la Normal Rural de Ayotzinapa?

Entre los argumentos también utilizados por Nuño para denostar a los dirigentes y maestros del movimiento magisterial en resistencia ha repetido una y otra vez que mediante su lucha pretenden retornar al corporativismo del pasado, recuperar antiguos privilegios y continuar con la herencia y venta de plazas. Pero el secretario Nuño se equivoca en ubicar el lugar en que tradicionalmente ha florecido el negocio de la venta de plazas docentes. Si se pone a indagar con seriedad, encontrará que esos negociantes lo han acompañado en múltiples ocasiones y son sus aliados en la imposición de la reforma educativa. Son vendedores confesos de plazas magisteriales y su antigua jefa lo reconoció públicamente al lado de Felipe Calderón (2008), al confirmar que los dirigentes del SNTE eran partícipes de esa práctica, pero que todo ello había sido a valores entendidos con los sucesivos gobiernos (del PAN y el PRI). Los verdaderos negociantes a los que se refiere Nuño son los actuales miembros de cúpula del SNTE; todos integrantes y sobrevivientes de la camada que alimentó y procreó Elba Esther.

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En este entorno de movilización magisterial y de los estudiantes de las normales se celebrará un congreso de las comunidades normalistas del país, convocado por la histórica y Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, a celebrarse en Jalapa del 22 al 24 de junio. El congreso pretende constituirse en un espacio incluyente de diálogo sobre el futuro del normalismo y la educación pública. Seguramente en esa reunión, los socios del monopolio discutirán sobre los retos y desafíos a enfrentar por las normales, justo cuando anuncia la SEP que pronto se lanzará la reforma del plan de estudios de las normales que, como de costumbre, lo conocerán los normalistas hasta después de que la SEP lo haya aprobado con exclusión de las comunidades de las escuelas normales.