«Soy republicano hasta el hueso» enfatizó el presidente de Uruguay, Jose Mujica, tras explicar que por eso eligió vivir como la mayoria del pueblo, opto por la sobriedad que no es lo mismo que la pobreza.
Regeneración, 20 de octubre de 2014.-Jose Mujica señaló que esa forma de vida siempre la practicó y es lo que le permite ser coherente entre lo que dice y lo que hace. Entiende que, si bien eso no cambia el mundo, contribuye a mejorar «una pequeña partecita».
En su audición semanal por la emisora M24, el Presidente Mujica sostuvo que, «más allá de los fogonazos diarios y permanentes», cree que debe dedicarle tiempo a hablar de algunas cosas más profundas, «que son determinantes, que llevamos dentro y que en alguna medida nos empujan en la vida».
Dijo sentirse hondamente republicano, «hasta el hueso», un sistema que en la historia política de la humanidad vino a suscribir con fuerza la idea básica de que los seres humanos son todos iguales, que «nadie es más que nadie».
«Esto, que es muy elemental, se pierde frecuentemente en el pensamiento y en el sentido de la gente», aseguró.
«El republicanismo y con él la idea de la democracia participativa, con todas las críticas que puede merecer, establece en su credo básico no solo que nadie es más que nadie, sino que además las grandes decisiones básicas las toma la mayoría, que para nosotros componen un factor cuasi religioso en materia de definición», indicó.
«No debo apartarme demasiado de la forma mediana en que viven las grandes mayorías», que son las que definen republicanamente quiénes las representan, agregó Mujica, quien entiende que no se puede incurrir en el camino de vivir como la minoría económicamente privilegiada, «a la cual no cuestionamos en absoluto, ni cometemos el error de pensar que es mejor o peor».
De todas formas, insistió en que su forma de vida, sus valores, su manera de andar está pegado al término medio de cómo viven las grandes mayorías uruguayas.
«Nos hicieron fama de Presidente pobre, pero no lo acepto. No soy pobre. Para nosotros pobre es el que no tiene comunidad, y cuando vamos por la calle… ¡vaya que tenemos comunidad, amistad y cariño de muchísima gente! Jamás podremos decir que andamos solos por el mundo», observó.
Esa es una riqueza no material, que no se compra con plata, «por eso no somos pobres, sino que somos sobrios, con una sobriedad elegida y premeditada, que no empieza hoy, que no es de antes de ayer, que tiene varios años».
«Es una opción de vida: vivir con poco, con lo justo, con lo necesario para tener tiempo. Si tengo demasiado, pierdo mucho tiempo en atender esas cosas. (En cambio) si tengo lo justo, ando liviano de equipaje y me queda tiempo para hacer las cosas que me motivan», reflexionó.
Mujica dijo que otros pueden sentir motivación por otras cosas, «es el margen de libertad individual que nos queda en el planeta». Recordó a continuación que «la vida no se compra, que es casi un milagro». «Se nos va, hay que defenderla, quererla y procurar gastarla en lo que nos motiva, porque la felicidad posible es esa», insistió.
El Presidente considera que la conjunción de ideas entre lo republicano, la representación y la sobriedad para vivir compone un paquete que a lo largo del tiempo ha practicado y que tiene hondas raíces.
«Cuando llegamos al Parlamento (1995) establecimos por primera vez un criterio de hacer fuertes quites a nuestros sueldos para componer un fondo de servicio y dar crédito a gente humilde a la que nadie se lo daba para comprar un caballo o una maquinaria», repasó.
«Ese fondo funciona hasta hoy y se nutre del aporte obligatorio de nuestros legisladores. Es la misma expresión que aplicamos como Presidente», dijo.
Admitió que con estas cosas no se cambia el mundo, pero se contribuye a mejorar una partecita pequeña de él y «establece en los hechos un compromiso y una forma de vivir acorde con nuestro discurso, ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos; esto es la conjunción de estos años».