En la madrugada de hoy, se concluyó la elaboración de Constitución que integra 71 artículos y 40 transitorios.
Regeneración 31 de enero de 2017.– Esta madrugada, durante la última sesión ordinaria de la Asamblea Constituyente, se presentó la Constitución de la Ciudad de México, que contiene 71 artículos y 40 transitorios; algunos de ellos regresivos, criticó la constituyente Irma Sandoval.
Para la también investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, sobraban motivos para renunciar a la Asamblea Constituyente, pues se traicionó el mandado popular expresado en las urnas y se copiaron las formas anti-democráticas del «Pacto por México».
La legisladora escribió un texto llamado Carta de NO renuncia en la que indicó su inconformidad con el modelo que se utilizó para configurar la flamante Constitución, basado en «avalar los acuerdos tomados por la llamada ‘Mesa de consulta’ que delibera en total opacidad y responde a las órdenes de Miguel Ángel Mancera».
«El mecanismo no difiere mucho del aplicado por el ‘Pacto por México’ que tanta desgracia ha traído a México en los últimos años. De hecho, quienes mandan en la Asamblea Constituyente son muchos de los mismos personajes que han hundido al país con su complicidad y cercanía con Enrique Peña Nieto desde 2012. César Camacho Quiroz, Jesús Ortega, Ernesto Cordero, Armando Ríos Piter, Gabriel Quadri, Roberto Gil Zuarth, Dolores Padierna, Mariana Gómez del Campo y Fernando Lerdo de Tejada, entre otros, todos ocupan curules en la Asamblea Constituyente», escribió.
Así, recordó que la mera existencia de una Constitución no garantiza de por sí un avance, si es que este documento está mal redactado por políticos mafiosos e ignorantes bajo la influencia de los poderes fácticos; esto, más que avance, podría general un terrible retroceso para la ciudad, indicó.
Y cree que es un retroceso lo adjuntado el en artículo 12.C.5, en el que se habla del derecho a la protesta que no «afecte derechos de terceros».
«Es decir, el gobierno podrá prohibir las marchas o cualquier ocupación de espacios públicos amparado en la misma Carta Magna de la ciudad».
Además, indicó que en el artículo 10.A.1, la Constituyente quitó de un plumazo la responsabilidad del gobierno de la Ciudad con los derechos sociales para limitarlo «hasta el máximo de recursos públicos de que dispongan».
«De un plumazo se elimina cualquier exigibilidad ciudadana hacia el gobierno», escribió.
Por si fuera poco, el la propia Constitución se dibuja la privativación del agua, pues «El 17 de enero, la “Mesa de Consulta” subió extemporáneamente una reserva al artículo 14.F.3 que sutilmente eliminó la palabra “exclusivamente” en referencia a la gestión pública y sin fines de lucro del agua. Este mismo artículo define al agua como un “bien” en lugar de como un derecho humano fundamental y el artículo 21.B.4 deja fuera de la protección de la supuesta “no privatización” el servicio de saneamiento y tratamiento de las aguas residuales. Asimismo, se establece un nuevo ente gestor del agua de la ciudad con personalidad jurídica, autonomía técnica y de gestión y con patrimonio propio. Todo ello, por más que se diga lo contrario, abre la puerta para la franca privatización del agua en nuestra ciudad», sustentó la legisladora.
La legisladora indicó en esta carta que los motivos sobraban para renunciar, pero que hacerlo era dejar la cancha libre para que roben traicionen a gusto y que no iba a dejar la lucha pacífica e institucional por un México mejor.
Pese a todo esto, el proceso de la Constitución terminó, ahora lo que falta es que la Conferencia de Amonización revise que no haya inconstitucionalidades dentro del texto, pero es un procedimiento de forma.
Se espera que la Constitución de la Ciudad de México se promulgada el mismo 5 de febrero, como la Constitución de 1917.
Vía Aristegui Noticias y Milenio.