Aguilar Camín, pensamiento fashion de la onda neoliberal

Decálogo periodístico de Héctor Aguilar Camín (I), columna “Día a día”: Contra atención a pobreza y por continuar la guerra de narco de Felipe Calderón

Aguilar Camín quiere guerra
Aguilar Camín quiere guerra

Regeneración, 17 de junio del 2020. El artículo devela la carencia de oficio de Aguilar Camín y sobre todo su apoyo a que continúen los privilegios y la guerra contra el narco iniciada por Felipe Calderón.

Suave matria

Decálogo periodístico de Héctor Aguilar Camín (parte I).

Por Beatriz Aldaco* / Suave Matria

(Basado en su columna “Día a día”, diario del pensamiento fashion de la onda neoliberal).

1.- Negarás las causas históricas de los acontecimientos.

Omite lo indiscutible: que las políticas de los gobiernos de la república anteriores, como toda acción histórica, tienen consecuencias de mediano y largo plazo en la vida del país.Establece falsas deducciones mediante estas premisas:

Premisa 1: “Hemos tenido (sic) mucho tiempo la explicación de que la violencia se disparó en nuestro país cuando el gobierno decidió declararle la guerra al narcotráfico, al crimen organizado en general”.

Premisa 2: “… pero es una pieza cada vez menos explicativa de lo que sucede. Porque hoy es claro que el gobierno federal no responde a la violencia criminal con la violencia del Estado” (…) y sin embargo “la violencia homicida rompe récords cada mes” (…).

Conclusión: “la suspensión de la guerra contra el crimen” está pagando más malos dividendos que el combate al crimen como se realizaba antes. Entonces no sirven de nada las estrategias de pacificación del país.

Manifiéstate, pues, como quien piensa que la historia se corta de tajo, que no existen los procesos que van transformando los fenómenos, que las consecuencias de los actos pasados desaparecen de la escena histórica como por obra de un mesías.

De primaria

Niega, no obstante tu trayectoria como historiador (¡!), esta verdad elemental extraída de un libro de primaria: “las causas son hechos o procesos que originan el acontecimiento del período histórico que se estudia”, y en su lugar da a entender que la violencia actual no tiene nada que ver con los hechos del pasado sino con alguna causa misteriosa nacida el 1 de diciembre de 2018.

Haz aparecer como inútil que el gobierno actual haya decidido no utilizar la violencia de Estado contra el crimen organizado.

Por supuesto, omite que la nueva estrategia ha evitado asesinatos como el de 17 estudiantes que celebraban una fiesta el 31 de enero de 2010 en Ciudad Juárez, Chihuahua, masacres como la de Ayotzinapa y la que se impidió cuando se decidió soltar al hijo del Chapo en Culiacán.

Evita, por supuesto, dar cifras comparativas concretas sobre el comportamiento de la violencia en el país según las particulares condiciones políticas, económicas o de crisis pandémicas de cada período para fundamentar tus aseveraciones, como lo haría cualquier periodista que se considere medianamente riguroso.

2.- Banalizarás la pobreza y las políticas para combatirla.

Elegirás el controvertido apelativo “pobrista*” para referirte al amplio segmento de la población mexicana que no puede satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas, como alimentación, vivienda y educación.

Le endilgarás al presidente los prejuicios que te llevaron a utilizar el membrete. Dirás que el “igualitarismo obradorista” dibuja una especie de “utopía pobrista, una república exclusiva de los pobres”, como si no supieras que el objetivo de este gobierno es precisamente coadyuvar a que los pobres salgan del círculo de limitaciones al que los arrojaron las administraciones pasadas.

Pretenderás hacer creer que según el presidente los pobres sólo necesitan lo indispensable para vivir, que no necesitan ingenieros ni arquitectos, ni periodistas ni informadores, ni expertos, ni mediciones del PIB ni crecimiento, sino desarrollo (sic), atención (sic)“y que el gobierno los incluya en su reparto del presupuesto” (al escribir esto no podrás evitar soltar una lágrima de nostalgia).

Tus dedos te llevarán a teclear con ironía sobre esa gente para la que “no es gran ciencia sacar petróleo del subsuelo, pues basta hacer un hoyo y meter un popote”.

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No satisfecho, rematarás: “Nada crecerá tanto con la crisis como las clientelas de esa república. La crisis económica que viene puede venirle, efectivamente, como anillo al dedo al gobierno. Será una fábrica de pobres”.

Dosis de crítica

No te habrá importado ratificar lo que ha estado al descubierto para quienes han sido capaces de leerte con una mínima dosis de crítica:

– Que no toleras que se priorice el apoyo a los pobres;

– Que te resistes a aceptar que no se apoye como antes a empresarios (mexicanos y extranjeros) con la adjudicación de contratos a discreción y condonación de impuestos;

– Que estás muy molesto porque ciertos periodistas ya no reciben tajada del gobierno en turno con tal de que no denuncien las porquerías cometidas bajo el resguardo del poder.Podrías haberte abstenido de nombrar a los periodistas en tu lista de “prioridades” a favor de los pobres -nada más forzado y absurdo-, pero te fue imposible;

Que tu total ausencia de empatía y solidaridad te impide pensar que toda esa gente a la que conglutinas en el sello de“república pobrista”, primero tiene que contar con recursos para comer, un techo dónde vivir y acceso a servicios básicos, ya ni hablemos de educación, para que lo que hacen los ingenieros, los arquitectos, los periodistas (¡!), los expertos (sic), los técnicos, los economistas, les sea útil.

– Que si fuera verdad que al presidente le interesan los pobres como clientela, no estaría destinando la cantidad de recursos económicos que tanto les indigna a algunos para sacarlos de su situación.

Que sabes muy bien que la autoría de la “fábrica de pobres” que ahora pretendes endilgar a AMLO, corresponde a los gobiernos pasados.

3.- Sembrarás el miedo planteando escenarios catastróficos.

Procura que tus proyecciones del futuro del país sean lo más devastadoras posible, de esa manera contribuirás a infundir el miedo que la sociedad necesita para rechazar al nuevo gobierno.

Así, plantea, con gozoso frotamiento de manos, un panorama como el siguiente sin que te importe herir las susceptibilidades y los sentimientos de nadie, la fragilidad de miles que no pueden lidiar con las condiciones presentes, ya no digamos con las que les auguras:

“Nada cuesta imaginar el siguiente escenario: La recesión económica del 2020 arrasa empleos formales, negocios viables, adelgaza a la clase media, hace pasar la línea de la pobreza hacia abajo, a 10 o 12 millones de personas. La economía se encoge, se contrae la inversión privada; la extranjera desaparece virtualmente, la nacional se esconde en espera de mejores tiempos o quiebra sin más, en la mortandad de pequeñas y medianas empresas que sucede a la pandemia sanitaria. Millones de mexicanos quedan a la intemperie, sin trabajo, sin ingresos, sin seguro de desempleo ni protección social. En el campo yermo de inversiones y de oportunidades, queda sin embargo un actor que puede fortalecerse económicamente, en lugar de seguir la deriva de su sociedad. Ese actor es el gobierno federal”.

Reta entonces al presidente a que solicite el préstamo al que se ha resistido para no endeudar más al país como lo hicieron los gobiernos pasados; utiliza tu notable inclinación por el dinero mencionando, no sin cierto regodeo al pulsar las cifras, la línea de crédito que el gobierno tiene abierta con el Fondo Monetario Internacional por 60 mil millones de dólares y el trato por otros 60 mil millones con la Reserva Federal estadunidense.

Exhórtalo a que se endeude “sin escándalo de nadie, 3 o 4 puntos del PIB”; especula sobre cuánto habrá de subejercicio presupuestal en las cuentas del gobierno; no olvides mencionar los 150 mil millones del fondo de estabilización “que le dejaron los neoliberales”, que no te importe que se perciba en tus cálculos un tufo de morbo y un ligero aire de codicia.

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¿Y todo para qué? Para intentar asentar en el imaginario que AMLO será el culpable de la devastación económica que anhelas, pues se niega a pedir prestado dinero.

4.- Pronosticarás debacles tergiversando las definiciones que el otro dé sus conceptos.

En tu incesante cometido de falsear la realidad, usarás tus propias acepciones (así sean sacadas “de librito”)de los términos, desentendiéndote de las que el emisor ha tenido el cuidado de precisar. Sobre las falacias resultantes bordarás tus comentarios, y de esa manera podrás sacar conclusiones descabelladas sobre la situación presente, por ejemplo:

“La polarización que exige el Presidente para el México de hoy, el fin de las ‘medias tintas’ entre ‘liberales’ y ‘conservadores’ desató en nuestro siglo XIX las guerras de Reforma y de Intervención (1857-1867), unas de las más sangrientas y destructivas de nuestra historia”.

“Cada vez que el pueblo mexicano ha dejado atrás las ‘medias tintas’, como sugiere el Presidente que hay que hacer ahora, cada vez que se ha definido y polarizado en serio, le ha ido como en feria”.

Omite que a lo que se ha referido el presidente cuando últimamente ha utilizado esos términos, es a lo siguiente:

“… o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país. (…) Se está por la honestidad y por limpiar a México de corrupción o se apuesta a que se mantengan los privilegios de unos cuantos a costa del sometimiento y del empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos. Es tiempo de definiciones”.

Pero jáctate de haber intentado inocular en tus lectores la idea de que después de una invitación a definirse como la que ha hecho el presidente, vienen la debacle y las confrontaciones más “sangrientas y destructivas”.

5.- Fingirás mala memoria histórica para sustentar falsedades.

Para condenarlo con mayor vigor, haz aparecer como inédito un suceso actual que, al contrario, tiene variados y bien localizados antecedentes en la historia de México. Así, deja ir la siguiente aseveración en referencia al conflicto entre el gobernador de Jalisco y el presidente de la república:

“No recuerdo en México enfrentamientos públicos de Presidentes de la República con gobernadores de los estados. El peso de los primeros persuadió siempre a los segundos de llevar la fiesta en paz”.

Finge que no recuerdas (porque parece inconcebible que no lo sepas):

– Cuando el gobernador de Coahuila Venustiano Carranza se enfrentó al presidente Victoriano Huerta (1913);

– Cuando el gobernador Adolfo de la Huerta se rebeló contra el presidente Carranza, lo que desembocó en el Plan de Agua Prieta (1920);

– Cuando el gobernador de Coahuila Ignacio Cepeda Dávila de enfrentó al presidente Miguel Alemán (1946-1947);

– Cuando sin tomar en cuenta la posición del gobernador Samuel Ocaña de no ser sucedido por un candidato del centro del país, el presidente Miguel de la Madrid impuso a Rodolfo Félix Valdés alegando que «Sonora está muy bien en el terreno económico pero no en el político. El gobernador Samuel Ocaña no tiene el consenso de la comunidad: desconfían de él y de su gente» (libro Cambio de Rumbo de RFV). (1984).

Fuentes según el orden de los apartados:

1.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/nuestra-violencia, 12 de junio de 2020.
2.-https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/utopia-de-la-republica-pobrista 18 de mayo de 2020.
3.-https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/utopia-de-la-republica-pobrista-3 20 de mayo de 2020.
4.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/hacia-juarez-y-de-regreso 10 de junio de 2020.
5.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/amlo-y-alfaro-hacia-2021 8 de junio de 2020.

Beatriz Aldaco/ Analista política: Columna Suave Matria