17 de septiembre de 2014.-Una vez, las mariposas monarca fueron vistas en forma habitual en todo el corazón de América del Norte. En México, donde invernan, los árboles individuales a menudo se cubren con miles de ellas. Pero disminuye el algodoncillo – única fuente del alimento para sus orugas que llevó a una disminución del 90% en el número de las monarca. Ahora, el Fish and Wildlife Service (USFWS) en EE.UU., está revisando una petición que otorgaría protección a las especies a través de la emblemática Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA).
La monarca (Danaus plexippus), es una de las grandes mariposas migradoras en el mundo, vuelan 4.800 kilómetros más de cuatro generaciones de crías, desde muy al norte, como Nueva Escocia, hasta los bosques de México donde invernan. Sin embargo, cada vez menos de ellas se congregan en México. Encuestas realizadas por científicos han seguido la pista en una marcada disminución total durante las últimas dos décadas.
“Estamos en riesgo de perder la belleza simbólica que ha sido parte de la infancia de cada generación de estadounidenses”, dijo Curry Tierra, un veterano científico para el Centro de Diversidad Biológica. “La caída del 90% en la población de la monarca, es una pérdida muy asombrosa que, en términos de población humana sería como perder a cada persona que vive en Estados Unidos, excepto los de Florida y Ohio”.
Los investigadores en gran parte atribuyen la disminución de la mariposa monarca, al incremento en la siembra de cultivos transgénicos Roundup-Ready, que permiten a los agricultores utilizar más herbicidas que matan a otras plantas en, y alrededor de sus campos. Una de estas víctimas es el algodoncillo, una planta que da su naturaleza venenosa a las mariposas monarcas; su espectacular coloración anaranjada anuncia esto a los posibles depredadores, y aquello es lo único que las orugas monarcas pueden comer.
“El generalizado descenso de mariposas monarcas, es impulsado por la masiva fumigación de herbicidas en cultivos genéticamente modificados que han eliminado prácticamente su hábitat en tierras de cultivo que dominan el paisaje del Medio Oeste”, dijo Bill Freese, un analista de políticas científicas del Centro de Seguridad Alimentaria.
Como resultado debido a la caída del algodoncillo, el número de mariposas monarca se desplomaron de un estimado de mil millones, a mediados de la década de 1990, a 35 millones en el invierno de 2013 a 2014. Mientras 35 millones puede sonar muchísimo, los científicos creen que la especie necesita un número elevado para sobrevivir; casi la mitad de todas las monarca son asesinadas cada año mientras invernan en México, debido a tormentas y depredadores que pueden soportar su veneno.
En respuesta al desplome de la mariposa monarca, organizaciones como el Centro para la Diversidad Biológica, Centro para la Seguridad Alimentaria y la Sociedad Xerces, presentaron una petición ante la USFWS en busca de protección para la especie, a través del Acta Especies en Peligro.
“Tenemos que tomar medidas inmediatas para proteger a la monarca para que no sea otro ejemplo trágico de una especie muy extendida eliminada porque falsamente asumimos que era muy común que se extinguiera”, dijo Sarina Jepsen, directora para especies en peligro de extinción en la Sociedad Xerces. “2014 marca el centésimo aniversario de extinción de la paloma migratoria, que una vez fue tan numerosa que nadie habría creído estaba en riesgo de extinción. La historia demuestra que no podemos permitirnos ser complacientes para salvar a la monarca”.
Las organizaciones peticionarias afirman que la monarca cumple con la definición de ESA, como especie amenazada, e instan a que USFWS la liste como tal. Al hacer esto, se le concedería más protecciones, tales como la designación de áreas críticas de hábitat. El siguiente paso en el proceso es un período “hallazgo de 90 días” en el que USFWS decida si la petición amerite una revisión adicional o no.
Según los investigadores, como Lincoln Brower, experto en mariposas monarca, la especie ha sido estudiada desde 1954, su estado puede predecir problemas más amplios, tales como la disminución de otras especies polinizadoras que son importantes para cultivos y salud del ecosistema.
“La monarca es canario en el campo del maíz”, dijo Brower y agregó, “un presagio de los cambios ambientales que hemos traído sobre una muy amplia escala que muchas especies polinizadoras están en riesgo al no tomar medidas para protegerlas”.