En menos de tres años fuerte caída en aceptación de EPN

jenaro«Lo que está cayendo no solamente es un modelo de expectativas, está cayendo un modelo de hacer política», explicó el autor de «La caída del telepresidente «

 Regeneración, 17 de junio del 2015.  “La caída del telepresidente. De la imposición de las reformas a la indignación social”,  es un libro que se hace en función del desarrollo de los 2 primeros años de gobierno de Enrique Peña Nieto, que explica el proceso de las reformas estructurales y la mecánica de cómo se impusieron en el Congreso, sin debate social, así como los casos de la matanza en Tlatlaya (junio 2014), los desaparecidos de Ayotzinapa (septiembre 2014) y la Casa Blanca (noviembre 2014), expuso su autor, el periodista Jenaro Villamil en Aristegui Noticias.

En entrevista para Aristegui CNN, señaló que en libro se observa el fenómeno del auge y caída del “Mexican moment”, pues en menos de 3 años, “el modelo Peña Nieto va del ascenso súbito a una caída muy fuerte en términos de aceptación pública nacional e internacional”.

Villamil consideró que EPN fue un político construido gracias a la inversión en la televisión y medios de comunicación; la utilización intensiva de los recursos para volver popular a un político a través de medios masivos es muy eficaz para ganar las elecciones pero no es eficaz para gobernar, sostuvo.

“Lo que está cayendo no solamente es un modelo de expectativas, está cayendo un modelo de hacer política. Este país no solamente quiere un mandatario que sea popular porque se casa con una actriz, o una cara agradable y bonita en la pantalla, quiere alguien que gobierne y que no sea corrupto”, aseveró.

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El periodista indicó que “ese modelo del telepresidente es el que está cayendo, el que está en crisis”.

Mencionó que para hacer su obra, leyó la tesis de Peña en la Universidad Panamericana, en la que considera una “dictadura benévola” la de Porfirio Díaz y habla de que su grandeza fue hacer de las formas duras un arte de imponer reformas en el país, aunque no habla de la revolución y las vidas que costó el gobierno de Díaz.

“No hay una idea de las consecuencias sociales”, refirió. “El modelo de poder porfirista es un modelo al que Peña y su grupo admiran”, aseguró, como una “élite moderna que le impone a un país atrasado una agenda para quedar bien con las grandes potencias internacionales”.

Sin embargo, apuntó que las reformas estructurales de EPN no están pacificando al país, sino “lo están tensando y polarizando”.

Villamil dijo que en las pasadas campañas electorales, el tema de las reformas no estuvo presente, no fue un voto de referéndum a las reformas de Peña Nieto, fueron las estructuras partidistas peleando por los espacios; además de que los partidos firmantes del Pacto por México tuvieron una menor votación que en 2009.

“No fue una elección de referéndum a Peña Nieto porque el PRI no quiso hacerlo así… el PRI habló de otra cosa pero no de las reformas”, mencionó.

En tanto, el nivel de aceptación de EPN sigue siendo muy bajo. Las encuestas lo ubican con40 por ciento o menos.

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El autor comentó que a millones de mexicanos se les impusieron reformas como si fueran spots. Una de ellas, la reforma política, con toda una infraestructura electoral, que salió cara, fue “dinamitada” por el aliado del PRI, el Partido Verde, agregó.

Otras han generado indignación social, como la reforma energética, o la que quieren hacer en la ley de aguas o en materia de salud.

“No estamos jugando a los spots, sino a la arquitectura y diseño de un país”, explicó.

Con este panorama, EPN “es el primer presidente de los priistas que llega a la mitad de su sexenio y en las elecciones intermedias con un declive, todos los presidentes priistas incluyendo a Ernesto Zedillo, llegó a la elección del 97 con un índice de aceptación muy grande, ya no se diga Carlos Salinas y Miguel de la Madrid”.

“Llega en una situación de mucho descontento, vulnerabilidad, o como un propio priista me lo dijo: en 3 años agotaron un sexenio y revientan conflictos soterrados”, añadió.

Además, Ayotzinapa está arrastrando al sexenio a una de las crisis más fuertes en materia de derechos humanos, en materia de legitimación social y de imagen internacional, concluyó Villamil.