El diario británico The Guardian, expone el caso de tres hermanos indígenas chiapanecos que fueron obligados por agentes del Instituto Nacional de Migración para firmar documentos donde se declaraban como guatemaltecos. Los jóvenes, que no hablaban español, fueron liberados gracias al abogado de un grupo de activistas.
Regeneración, 4 de abril de 2016.- Un reportaje publicado por The Guardian, revela que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) están involucrado en la detención de mexicanos provenientes de comunidades indígenas a quienes intentan deportar a Centroamérica mediante amenazas y tratos arbitrarios.
El diario británico expuso que esta situación ocurre en medio del Plan Frontera Sur y de las acciones impulsada por el gobierno de los Estados Unidos para frenar el arribo de migrantes que cruzan por territorio mexicano.
“Los datos refieren que agentes migratorios han recurrido a amenazas, malos tratos e incluso tortura, contra mexicanos indígenas para obligarlos a decir que provienen de otros países de Centroamérica. Organizaciones sociales consultadas por el medio dijeron que lo anterior es para cubrir cuotas”.
The Guardian narró la historia de los hermanos Amy, Esther y Alberto originarios de Ocosingo, Chiapas, mismos que en septiembre pasado, acompañados por Fernando, el novio de Esther, abordaron un autobús privado, para ir a laborar al norte del país.
En su travesía, en Queretaro, fueron detenidos por agentes de INM para “revisar” el camión, cuando se encontraron con los hermanos Juárez, les ordenaron descender de la unidad. A los hermanos los “confudieron” con guatemaltecos, a pesar que ellos presentaron documentos probatorios de su identidad mexicana. Mientras a Fernando, lo dejaron en libertad a pesar de ser reconocido como traficante de personas.
Los hermanos, con dificultades para hablar el español, fueron llevados a un centro de detención migratorio. Cuatro agentes le dijeron a Alberto, de 18 años, que debía firmar unos documentos en los que reconocía ser de Guatemala, si no los firmaba, moriría.
“Uno de ellos me empujó, otro me pateó la pierna, y un tercero, que era muy gordo, me dio una descarga eléctrica aquí, en la parte posterior de mi mano derecha”, dijo Alberto a The Guardian mediante un traductor.
“Realmente pensé que iba a morir, así que firmé un montón de hojas de papel, pero no puedo leer ni escribir, así que no sabía lo que estaba firmando”.
Con él, sus hermanas Esther y Amy, permanecieron en retención durante ocho horas antes de que el abogado de un grupo de activistas presentara una demanda para solicitar su liberación.
Junto a él, sus hermanas Amy y Esther permanecieron retenidas durante ocho días antes de que un abogado de un grupo de activistas presentara una demanda legal para finalmente asegurar su liberación.
“Siguieron diciendo que éramos de Guatemala, y les decía que no, somos de Chiapas, pero no nos creían y se ponían más y más furiosos. Alberto no podía dejar de temblar, estábamos todos llorando. ¿Cómo podíamos volver a nuestra casa en Chiapas cuando ni siquiera sabíamos dónde está Guatemala? “, dijo Esther, de 15 años.
The Guardian, dijo que no les devolvieron sus documentos de identidad puesto que no pudieron pagar los 200 pesos que les pedían las autoridades.
El caso, de acuerdo con The Guardian, “ejemplifica el número cada vez mayor de mexicanos indígenas que están siendo detenidos y amenazados con ser expulsados del país por parte de los agentes de inmigración que buscan indocumentados centroamericanos”.
El medio expuso que la CNDH encontró al menos 15 casos en donde encontró que 22 agentes del INM violaron derechos de ciudadanos mexicanos.
En otros de los casos, las víctimas fueron detenidas en autobuses o en la calle, basados en “características físicas, ropa y apariencia”. Algunos fueron retenidos durante varias semanas antes de convencer a los funcionarios que eran mexicanos.
Con información de Sin Embargo.