Cajeros automáticos no son seguros

La seguridad de los cajeros automáticos es muy débil, por lo que se han convertido en el nuevo blanco de los ciberdelincuentes.
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El portal español ABC señala en una publicación los principales argumentos, según Kaspersky Lab, la empresa de protección informática más grande del mundo. Esta compañía rusa considera que la mayoría de los cajeros automáticos «son muy vulnerables» a través de ataques jackpotting que hace que el sistema dispense billetes sin control-, que se ejecuta siguiendo pasos muy concretos. El software de los cajeros es poco seguro, tiene reproductores de flash desactualizados con más de 9.000 bugs (errores del sistema).
Se han conocido casos recientes de intentos de robos de cajeros automáticos con herramientas pesadas, camiones con lingas para arrancar la máquina y obtener el dinero. En la era digital. «los delincuentes pueden hacerse del botín con unos simples pasos», explicó Olga Kotechova, especialista en pruebas de penetración de Kaspersky Lab, durante el congreso Security Analyst Summit 2016.

Los expertos creen que es muy sencillo hackear cajeros automáticos -lo que podría poner en riesgo millones de cuentas bancarias- por varias razones. Una de ellas es que las computadoras que los controlan son convencionales y, generalmente, con un sistema anticuado. Además en muchos de los casos (los que tienen Windows XP) los software están desactualizados, no podrán actualizarse y quedarán desprotegidos ante los ataques de loshackers.

Por otro lado, los fabricantes de los cajeros creen que estos funcionarán siempre adecuadamente. Es por eso que hay muchos que no cuentan con antivirus.

Al ser internet la forma de comunicación más económica, los bancos usan la red para conectar los cajeros a sus centros de procesamiento. Lo que muchos bancos no saben es que sus terminales aparecen en Shodan -un motor de búsqueda-, desde el que se permite a cualquiera encontrar los sistemas conectados solo con la palabra «admin» y la contraseña «1234».

La seguridad de los cajeros automáticos, una carcasa de plástico o metal, no alcanza para detener a los ciberdelincuentes.