El robo de combustible tiene costo, uno que no absorbe ni el gobierno federal ni Pemex, sino los consumidores.
Regeneración, 14 de mayo de 2017.- Aunque Hacienda comparte números sobre cuánto dinero se pierde por el robo de gasolina, al final quienes lo pagan son los ciudadanos, pues se implenta sobre costo en el combustible, a través de los impuestos que a su vez destina Pemex al gobierno federal.
Y es que para poner las tarifas de la gasolina vigentes, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publicó que su metodología prevé una tarifa por “prevención del delito”, lo que en teoría englobaría un aproximado de los robos y las invesiones en seguridad.
De esta manera, todo aquel que compre gasolina para después comercializarse, deberá pagar un extra por ese concepto, es decir, “prevención del delito”, lo que se traduciría en el alza de tarifas para los contribuyentes.
“Así funcionan las tarifas, se trasladan al usuario final”, dijo el titular de la CRE.
Los costos por el no cobro del Impuesto Especial Sobre la Producción (IEPS) a gasolinas llegan a los 15 mil millones de pesos (mdp) al año, según datos de Hacienda; mientras que Pemex calcula que el monto por los barriles de combustible robados, y las reparaciones ambientales y estructurales derivadas, oscila entre los 20 mil a 30 mil mdp.
En 2016, Pemex registró el mayor número de tomas clandestinas en su historia, pero aún no se sabe a cuánto asciende el monto de lo robado.
Vía Expasión.