Conagua advirtió sobre Earl a Moreno Valle y él los ignoró

Con dos días de anticipación se le advirtió a Moreno Valle que Earl impactaría a fin de que tomara precauciones, pero pobladores aseguran que no hubo ni aviso ni acciones preventivas.

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Regeneración, 13 de agosto 2016.- Con dos días de anticipación, la Comisión Nacional del Agua (CNA) advirtió al gobernador Rafael Moreno Valle que la tormenta Earl impactaría territorio poblano, por lo que pidió tomar “acciones preventivas necesarias” para evitar riesgos en la vida de los habitantes y sus bienes.

Sin embargo, de acuerdo con numerosos testimonios de pobladores de la zona afectada por el paso del fenómeno meteorológico –que cobró la vida de al menos 37 personas—, ninguna autoridad les hizo alguna clase de advertencia, ni hubo ningún tipo de operativo de prevención.

De acuerdo con el periodista Timoteo Bautista Castelán, los habitantes de esa región se fueron a dormir la noche del sábado 6 de agosto “tranquilos, despreocupados”, pues creyeron que la lluvia que empezó desde las 17:15 horas “se trataba de un aguacero más, como los que comúnmente caen en Huauchinango”.

Sin embargo, en dos oficios, la CNA había alertado al gobierno estatal que la tormenta se dirigía a territorio poblano y que provocaría lluvias torrenciales que podrían generar desbordamiento de ríos, deslaves y derrumbes en zonas montañosas, cosa que finalmente si ocurrió en la Sierra Norte de Puebla la madrugada del 7 de agosto.

El 3 de agosto, la dependencia federal envió el oficio B00.00805.08.04.-227/16 al director general de Protección Civil de Puebla, Jesús Roberto Morales Martínez, el cual es firmado por el director general del organismo de Cuenca Golfo Centro de la Conagua, Marco Antonio Parra Cota.

En este documento, la dependencia advierte que por el paso de la tormenta “se hace necesario tomar las precauciones pertinentes y realizar acciones de prevención en los municipios ubicados en este municipio de Cuenca, sobre el estado de Puebla, especialmente en las comunidades que se ubican próximas a los márgenes de los ríos y arroyos, por avenidas repentinas que pueden poner en riesgo la vida de los habitantes y sus bienes, así como posibles deslaves y  derrumbes en zonas de montaña”.

Dos días después, el 5 de agosto, el Director del Centro Estatal de Prevención Meteorológica –dependiente de la CNA- Germán Sierra Sánchez, envió el oficio B00.920.00.3.-626/2016 dirigido al gobernador Moreno Valle en el que le advierte que el pronóstico de trayectoria de “Earl” es que impacte al oriente de Puebla, la noche del viernes5 de agosto y/o la mañana del sábado 6.

“Los efectos que este meteoro podría ocasionar en nuestro estado es el arrastre de humedad hacia la zona nororiental y sierra negra principalmente, aunque la mayor parte de territorio poblano estaría teniendo efectos de lluvias intensas a puntuales torrenciales con rangos entre 75 y 150 mm y mayores a 200 mm…”, alerta.

Debido a lo anterior, agrega el oficio, “se informa que se hace necesario tomar las precauciones y realizar acciones de prevención sobre el estado de Puebla, especialmente en municipios de la sierra nororiental y sierra negra, que se ubican cerca de ríos y arroyos por avenidas repentinas, que puedan poner en riesgo la vida de sus habitantes y sus bienes, así como posibles deslaves y derrumbes en zonas montañosas”.

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Sierra Sánchez pide en ese oficio al mandatario poblano que sea conducto para que informe a las autoridades en la materia y en caso de ser necesario realizar las acciones preventivas necesarias. Al mismo tiempo que advierte que la Comisión Nacional del Agua estaría difundiendo la evolución del meteoro, de las variaciones de intensidad y distribución de los sistemas atmosféricos.

El oficio presenta sellos de recibido con fecha del 5 de agosto a las 17:00 horas por el gobierno del estado y otro por parte de la Dirección General de Protección Civil a las 17:20 horas de ese mismo día.

Otro oficio fue enviado con esa misma fecha a Luis Felipe Puente Espinosa, Coordinador Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob), en el que el Servicio Meteorológico Nacional informa sobre la intensidad de las lluvias que podría generar el paso de “Earl”.

El periodista Timoteo Bautista, refiere que en su medio informativo local llamado “Nueva Nación, Periodismo que Camina con la Gente”, reportó desde el momento mismo de los hechos que los ríos, lagunas, arroyos, “se estaban desbordando, las carreteras estaban bloqueadas, el caos vial en la autopista causaba desorientación a los viajantes (…)

“Las autoridades hicieron caso omiso, dejaron de lado estos sencillos pero certeros reportes”, menciona en una crónica que hizo sobre lo ocurrido entre la tarde del 6 de agosto y la mañana del domingo 7.

“Al amanecer el escenario era espeluznante, espantoso, desolador, Huauchinango era un panteón con muertos enterrados por donde quiera, los muertos estaban tirados por todos lados, atorados entre las ramas, los niños ahogados de lodo y agua, enterrados entre la basura que habían arrastrado los arroyos, había cuerpos enterrados entre los escombros, mujeres, ancianos, niños, niñas, había personas que caminaban sin sentido por las calles, llorando, preguntaban por sus familiares desaparecidos”, narró.

Hasta ahora, las autoridades no han dado un reporte puntual sobre los daños ocasionados por la tormenta, sólo se conoce como cifra oficial que 37 personas, la mitad de ellos niños, han sido localizadas muertas, y que existen al menos 10 desaparecidos. La evaluación oficial de los daños tardará 10 días, según anunció esta semana el gobernador.

El Centro Universitario para la Prevención de Desastres (Cupreder) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) hizo la observación de que buscó información de la cantidad de precipitación acumulada durante los días que impactó “Earl” en el municipio de Pahuatlán, sin embargo, la estación meteorológica no sirve desde hace seis meses.

“La descompostura e inhabilitación de estaciones meteorológicas ha sido señalada ya en varias ocasiones por este Centro, como una preocupación por la pérdida de datos que influye en una menor calidad en la toma de decisiones y en la ponderación del riesgo ante fenómenos hidrometeorológicos”, señala el centro.

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Además se queja de que no existe intención por parte de las autoridades municipales y estatales de impulsar la creación de redes de estaciones meteorológicas.

“Hoy en día es más fácil culpar al cambio climático de los desastres ocurridos que impulsar la creación de herramientas de planeación territorial que permitan tener un mejor conocimiento y aprovechamiento del territorio”, indica el Cupreder en un comunicado.

El organismo señala que en Huauchinango en promedio llueve 1988.3 milímetros al año y durante el mes de agosto llueve en promedio 348 milímetros, sin embargo, el paso de la tormenta tropical “Earl” por territorio poblano dejó un acumulado de precipitación en 24 horas de 265.5 milímetros, según datos de Conagua.

Al mismo tiempo, el Cupreder emite una alerta:

“Se recomienda estar alertas durante los próximos días ya que toda esta zona serrana se encuentra ya muy saturada, por consiguiente la presencia de más precipitación aumentaría la probabilidad de deslizamientos y no tan sólo en el norte sino en las diferentes sierras del estado”.

Un empleado del área de Protección Civil del estado reconoció de manera anónima al periódico La Jornada de Oriente que hasta el sábado “no tenían idea de lo que estaba pasando”. “Salimos a las carreras a partir del domingo, cuando el impacto ya se había dado”, dijo.

Con dos días de anticipación, la Comisión Nacional del Agua (CNA) advirtió al gobernador Rafael Moreno Valle que la tormenta Earl impactaría territorio poblano, por lo que pidió tomar “acciones preventivas necesarias” para evitar riesgos en la vida de los habitantes y sus bienes.

Sin embargo, de acuerdo con numerosos testimonios de pobladores de la zona afectada por el paso del fenómeno meteorológico –que cobró la vida de al menos 37 personas—, ninguna autoridad les hizo alguna clase de advertencia, ni hubo ningún tipo de operativo de prevención.

De acuerdo con el periodista Timoteo Bautista Castelán, los habitantes de esa región se fueron a dormir la noche del sábado 6 de agosto “tranquilos, despreocupados”, pues creyeron que la lluvia que empezó desde las 17:15 horas “se trataba de un aguacero más, como los que comúnmente caen en Huauchinango”.

Un empleado del área de Protección Civil del estado reconoció de manera anónima al periódico La Jornada de Oriente que hasta el sábado “no tenían idea de lo que estaba pasando”. “Salimos a las carreras a partir del domingo, cuando el impacto ya se había dado”, dijo.

 

Información de Proceso.