Las actividades humanas son las principales causas de la degradación del suelo y provocan la transformación de los recursos naturales y con frecuencia la alteración del medio ambiente, consideró la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Regeneración, 17 de junio de 2017.- En el marco del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, la CNDH subrayó que la degradación en suelos del país impacta en la fertilidad de la tierra y la reducción del contenido de materia orgánica, lo que deriva en zonas improductivas para cualquier actividad económica, lo cual afectaría gravemente el ejercicio de los derechos humanos.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los problemas sociales y económicos, de seguridad alimentaria, migraciones y la estabilidad política están estrechamente relacionados con la degradación de los suelos, entre otros aspectos ambientales como el cambio climático, la diversidad biológica y el abastecimiento de agua potable.
Para la CNDH, las tierras y suelos productivos son básicos para la vida, ya que nos proveen de alimento, agua, material de construcción y medicinas.
“Debe llamarse la atención de cómo la desertificación y la sequía agudizan sensibles problemas sociales como la pobreza, la salud y la nutrición deficientes, la falta de seguridad alimentaria, y los problemas derivados de la migración y el desplazamiento de personas, que conllevan la vulneración de múltiples derechos humanos”, refiere el organismo en un comunicado.
La Comisión destacó que alrededor de 135 millones de personas podrían desplazarse antes de 2045 como consecuencia de la desertificación; además, se espera que el total de la demanda de agua mundial aumente entre un 35 y un 60% entre 2000 y 2025, y se duplique antes de 2050.
La CNDH instó al Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que, con la participación de los gobiernos locales, el sector privado, la sociedad civil y la academia, se coordine el desarrollo de estrategias, políticas, programas y acciones con recursos suficientes que conduzcan al cabal cumplimiento de la meta 15.3: “Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo”.
Con información de Proceso