Disfrazado del Hombre Araña pasó al presídium y saludó de mano a cada una de las autoridades escolares que ahí se encontraban. Al finalizar el recorrido, bajó del templete y observó cómo todos los presentes en el gimnasio universitario gritaron y aplaudieron su aventura
Regeneración, 28 de septiembre de 2018.– Hay sueños que parecen lejanos, pero que se pueden cumplir. Uno que parece imposible es el de ser Spiderman, pero hay formas de acercarnos al sol, como este genio que se disfrazó de su superhéroe favorito para graduarse y romper el universo.
A muchos se les obliga a tener que terminar la escuela, tener un título para “ser alguien en la vida”, cuando en realidad el sueño es ser algún superhéroe y ganarse la vida a los trancazos, como si fueras Peter Parker o La Parka.
Todos esos sueños se nos niegan, pero hay formas de resistirse al mundo adulto que te quiere ver con un traje negro y no con un leotardo patrullando las ciudades colgado de edificios y comiendo sándwiches en las azoteas de desconocidos.
Pero como dicen nuestras tatarabuelas: el que no se consuela es porque no quiere. Este héroe de la vida real y sin capa aguantó todo, todo, todo con tal de verse enfundado en su traje de superhéroe para recibir su título universitario.
Ante una lluvia de birretes y togas, este estudiante, cuya identidad secreta es Hiram Yahir Salas (pero no le digan a su mamá), prefirió hacer lo que solo alguien con ganas de sobresalir haría.
Él mismo explicó que este disfraz lo tuvo que hacer él mismo con sus propias manitas, tal como el verdadero Spideman hizo para que su traje quedara (antes de que Antio Estrellark le regalara uno), por lo que esto no solo fue un capricho, sino el resultado de su interés, voluntad y esfuerzo.
Ahora él es un abogado, pero no cualquiera: es el abogado araña. Uno que puede detectar desde lejos a jueces corruptos con su sentido aborgarácnido. Seguramente el futuro le deparará grandes éxitos en la abogacía.
Si no, siempre podrá optar por salir a las calles y atrapar a todos los maleantes con sus superpoderes que incluyen un diez en Derecho Romano y cuatro nueves en derecho mercantil.