Edomex: Es la estructura, estúpido

¿Cómo es posible que en el Estado de México, donde más de 70% de la población rechaza al PRI, ese partido tenga posibilidades de ganar la gubernatura? La respuesta está en la maquinaria electoral profesional financiada con recursos públicos, en la compra masiva de votos y en la participación del gobierno estatal y federal a su favor.

Félix Santana Ángeles

Cuando Bill Clinton compitió contra George Bush padre, en 1992 por la Presidencia de los Estados Unidos, el creativo asesor demócrata James Carville, creó la célebre frase “the economy, stupid”, con la que sintetizó el origen de los problemas de los norteamericanos, su campaña fue tan exitosa que Clinton se convirtió en el presidente número 42 de esa nación.

En el proceso electoral por la gubernatura del Estado de México, más allá de la dinastía gobernante, la descomposición social acelerada y la galopante corrupción de la clase política, se debe de esclarecer, ¿cómo es posible que con el gobierno peor calificado en la historia reciente de nuestro país, –7 de cada 10 mexicanos lo reprueban– el PRI pueda competir, e incluso tenga posibilidades de mantenerse en el gobierno por seis años más, siendo tan ineficaces e incompetentes en la resolución de los asuntos públicos?.

La respuesta puede tener múltiples componentes, sin embargo uno que es fundamental, consiste en comprender que la estructura del Gobierno ya sea federal, estatales o municipales, no son estructuras apartidistas de burócratas al servicio de los ciudadanos para resolver sus problemas cotidianos, sino maquinarias electorales, financiadas con recursos públicos, profesionalizadas para ganar elecciones, a través de los métodos más cuestionables como compra, coacción, represión e incluso el terror sobre su clientelas, perfectamente identificadas y domesticadas.

Es así como se puede ver a Secretarios de Estado del gobierno federal como Aurelio Nuño, José Ramón Narro Robles, Luis Miranda Nava y una larga lista de servidores públicos de primer nivel, distribuidos en cada una de las 20 regiones en las que ha sido divida la entidad para la operación electoral, quienes con un manto de impunidad, utilizan toda la capacidad de sus dependencias gubernamentales, para garantizar los 2 millones 389 mil 535 votos con los que Alfredo del Mazo aseguraría la gubernatura.

Si bien cada uno de los 45 distritos electorales, -de la reciente re demarcación- tiene una meta que van de los 39,174 votos en el distrito sexto de Ecatepec, hasta los 73,754 sufragios en el distrito 33 de Tecámac; para brindar tranquilidad al equipo de campaña, se han sobre puesto otras estructuras gubernamentales, como por ejemplo, las de los gobernadores de Chiapas, asignado a la Región de Nezahualcóyotl, o del Oaxaqueño Alejandro Murat en Valle de Chalco, el Guerrerense Héctor Astudillo en Huixquilucan u Omar Fayad en Ecatepec, cada gobernador emanado del PRI tiene que aportar su granito de arena para el proceso electoral.

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Por su parte, el gobierno de Eruviel Ávila aprovechando las 20 regiones en que se ha dividido el estado, instrumentó el PRODEM que el sistema donde se aloja toda la estructura electoral del gobierno, disfrazada de Gabinete para implementar los programas sociales, se encuentra encabezada por Secretarios, en su calidad de representantes del gobernador, nombran a Supervisores Territoriales quienes se encargan de coordinar varias secciones y en cada una de ellas se nombra a un “Procurador Social” que en esencia es el representante político en las 6,441 secciones electorales, en cada sección se constituyen de 1 a 3 comités integrado por 10 personas en promedio, quienes finalmente se encargan de “aterrizar” los 67 programas sociales, conformados en apoyos económicos o materiales a cambio de votos.

Una vez identificados, los padrones de beneficiarios, se articula la estructura de movilizadores bajo el nombre de “Maestros”, quienes serán los responsables de llevar hasta las casillas para votar a 10 “Alumnos” que son los ciudadanos que vendieron su voto a cambio de los apoyos sociales.

Evidentemente es una competencia desleal, donde violentar la ley es parte del juego político, permitido por instituciones que en su calidad de “Autoridades electorales” son incapaces de someter a quienes desvían recursos, compran votos o cometen delitos electorales, porque el marco legal no les permite sancionar este tipo de conductas, es decir se requiere de un diseño institucional distinto con órganos que gocen de autonomía y los instrumentos que impidan a toda costa se subordinen al gobierno en turno.

Lo que sintetiza los múltiples problemas de los mexiquenses en el siguiente proceso electoral, no está en la incompetencia gubernamental, sino en el manejo de las capacidades y alcances legales e institucionales para la compra de votos a través del aparato de Estado; en el hipotético caso que triunfe el PRI, evidentemente no será por el carisma del gris candidato, ni por sus promesas de salario, universidad o transporte rosas, sino por la estructura que el Estado Mexicano ha volcado sobre el territorio mexiquense, es la estructura, estúpido, ahí está su fuente de poder, en la que tiene la responsabilidad de alcanzar el 40 % de votos a favor de Alfredo del Mazo.

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Sin embargo, la estrategia tiene problemas, en el documento de 154 páginas titulado “Activación de lugares prioritarios, Edomex – 8 de mayo 2017”, firmado por el “Equipo de campaña Jordi Segarra” quién presuntamente conduce las acciones del priísmo por la gubernatura mexiquense, en su página 5, se muestra que en esa fecha solo tenían 1 millón 763 mil 985 votos asegurados, faltándoles 593 mil 748 sufragios para alcanzar la meta de 2 millones 389 mil 535 votos que equivaldrá al 40 por ciento de la votación válida emitida el próximo 4 de junio.

En ese mismo documento, se establecen 6 recomendaciones estratégicas para abordar los 30 distritos en los que se disputará el grueso de la elección, que van desde “activar campaña de desfonde de la panista Josefina Vázquez Mota”, cooptar a dirigentes locales del PAN y PRD, reforzar llamadas en la madrugada para desactivar el voto, hasta denostar directamente y sin escrúpulos a la candidata de Morena, Delfina Gómez.

La agresiva estrategia obedece a un diagnóstico poco alentador para el grupo gobernante, pues basta decir que en los distritos electorales como el 3 con cabecera en Chimalhuacán, 5 de Chicoloapan, 23 de Texcoco, 37 de Tlalnepantla, 43 de Cuautitlán Izcalli y 44 de Nicolás Romero, los estrategas del PRI consideran que Delfina Gómez ganará la elección por más de 9 puntos porcentuales por encima de Alfredo del Mazo, por su parte en el los distritos 2 de Toluca, 11 de Tultitlán, 38 de Coacalco y 42 de Ecatepec, también lo ganará Morena aunque por márgenes más estrechos que irán de 1.5 al 5.2%.

La identificación de lugares prioritarios para el PRI, también es un llamado para reforzar posiciones en Morena, pues los representantes de casilla, serán fundamentales para la contención de un intento desesperado por mantener el poder a costa del presupuesto público, la violencia y el terror gubernamental.