Efectos de la droga caníbal: un aperitivo para la cocaína

El consumo en la adolescencia de la droga sintética MDPV, un potente psicoestimulante conocido como droga caníbal, puede aumentar la vulnerabilidad a la adicción a la cocaína en la edad adulta.

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Según las conclusiones de un estudio elaborado con animales de laboratorio y dirigido por las investigadoras Elena Escubedo, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), y Olga Valverde, jefa del Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GreNeC) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), el consumo de MDPV durante los años de adolescencia podría facilitar una adicción a la cocaína cuando se alcanza la edad adulta.

Las drogas de diseño han provocado un consumo peligrosamente popular entre jóvenes y adolescentes. La metilendioxipirovalerona (MDPV o droga caníbal) es un derivado anfetamínico que se ha extendido como sustancia de abuso y que tiene efectos psicoestimulantes comparables o incluso superiores a los de la cocaína. Debido a su aparición reciente, todavía no existe gran documentación científica acerca de sus efectos nocivos.

Los investigadores realizaron un experimento con ratones con objeto de analizar la influencia del consumo de la droga caníbal en la adolescencia y su impacto en la vulnerabilidad de los adultos ante el consumo de cocaína. Teniendo en cuenta su parecido con la cocaína, las hipótesis asociaban los efectos prácticamente permanentes de estas sustancias en determinadas áreas cerebrales — sobre todo, en el núcleo accumbens, con los de esta conocida droga ilegal.
Los expertos suministraron la droga caníbal a ratones adolescentes durante siete días. Tres semanas después, tras retirarles la sustancia y considerándose ratones ya adultos, se valoró su sensibilidad a la cocaína mediante distintos protocolos experimentales y se analizaron los cambios producidos en determinadas proteínas asociadas al proceso adictivo.

“Constatamos que los animales tratados en la adolescencia con MDPV presentan después unos parámetros de conducta de refuerzo respecto a la cocaína mucho más elevados en comparación con el grupo de control. Además, estos cambios de comportamiento van asociados con alteraciones de la expresión de factores directamente relacionados con la adicción. Por ejemplo, el nivel del factor DeltaFosB (un factor de transcripción implicado en la plasticidad neuronal que se expresa en los cuadros de adicción) es más de tres veces superior al nivel normal y se mantiene elevado durante las tres semanas de retirada de la sustancias adictivas”, explica Elena Escubedo, coautora del trabajo.

Está claro que aunque el consumo de estupefacientes puede conducir a la adicción, sin importar la edad de la persona que lo consume, “la nueva investigación muestra que cuanto antes comienza una persona a consumir drogas, más probable es que desarrolle problemas graves posteriormente.

Por lo tanto, los esfuerzos deben concentrarse en estudiar las consecuencias de la exposición en la adolescencia a las principales drogas de abuso, tal como hemos hecho en este estudio científico”, sentencia Olga Valverde, coautora del trabajo. El estudio ha sido publicado en la revista British Journal of Pharmacology.

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