Este martes se cumple más de medio siglo del fatal accidente, conocido popularmente como ‘el día que murió la música’. Así lo denominó Don McLean en su célebre canción ‘American Pie’, cuya letra se inspira en el suceso.
En las primeras horas del 03 de febrero 1959, el avión Beechcraft Bonanza 1947 se estrelló en un campo de maíz cerca de Clear Lake, Iowa, muriendo los músicos de rock and roll, Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper murieron.
La noticia fue un choque a través del mundo del rock and roll aún emergente en esa época.
Un accidente envuelto entre enigmas, Buddy Holly había roto con su banda, The Crickets, y su necesidad de dinero era apremiante. Junto a otras jóvenes figuras organizó unaajetreada serie de conciertos que había de llevarle por 24 ciudades del medio oeste americano en sólo tres semanas. El tour se prometía extenuante, pero aún había cabida para intercalar una repentina actuación en el Surf Ballroom de Clear Lake, Iowa, la noche del 2 de febrero.
La planificación de la gira había sido desastrosa, improvisando un calendario de fechas y ciudades que obligaba a recorrer un sinfín de kilómetros inútiles. Y para colmo, se había averiado la calefacción del autobús en que solían desplazarse los músicos. En pleno invierno. Frustrado por las adversidades logísticas y por su falta de calzoncillos limpios (la lavandería de Clear Lake estaba cerrada), Holly resolvió fletar una avioneta para volar esa misma madrugada al siguiente destino: Moorhead, Minnesota. Aquella decisión se demostraría fatídica.