Estamos ante una nueva revolución tecnológica que marcará para siempre nuestro modo de vida. La nueva revolución industrial significa la fusión entre el mundo virtual y los procesos industriales reales y los actuales estilos de vida. Cuando los aparatos de la vida cotidiana y de producción se comuniquen entre ellos, significará que habremos llegado a la “cuarta revolución industrial”, el “internet de las cosas”
Regeneración, 26 de enero de 2016. El internet, la información en la nube y la velocidad del mundo globalizado han cambiado nuestras vida y afecta todas las esferas de la vida humana.
La cuarta revolución industrial o la industria 4.0 representa la fusión del mundo virtual con los procesos industriales reales. Se trata de una expansión de los procesos industriales con la ayuda de redes inteligentes y datos. Los productos pueden localizarse e identificarse en la cadena de producción mediante sensores, que permiten conocer su procedencia, su estado actual y su estado objetivo. Con esa información es posible hacer cambios en tiempo real para reducir costos, incrementar la productividad y la calidad del producto final al máximo, así como reducir el tiempo de venta en el mercado.
La industria 4.0 es una verdadera revolución productiva. Hay empresas que ofrecen software y sistemas de automatización industrial que permiten flexibilizar y acelerar el desarrollo de productos.
Según un estudio de PriceWaterhouseCoopers, en Alemania las empresas del sector industrial invertirán 40 mil millones de euros anuales en los próximos cinco años para digitalizar su producción.
El cambio al protocolo de internet versión 6 trae a cada aparato una dirección web propia, con consecuencias de gran alcance para los procesos de producción y la logística. “Industrie 4.0″ podría llevar a Alemania a una ventaja competitiva decisiva, señala Focus Online.
“Hoy estrenamos el internet del siglo XXI. Pero ustedes todavía no pueden ver nada”. De esta manera saludaba el inventor de internet, Vint Cerf, la semana pasada a una revolución casi desapercibida. Los grandes consorcios web han cambiado sin ruido alguno al protocolo de internet versión 6 (IPv6), que ha hecho que el número de direcciones web disponibles pase de 4 mil 300 millones a 360 sextillones. Ahora se podrá proporcionar una dirección web propia no sólo a ordenadores y teléfonos, sino también coches, máquinas, contenedores de transporte, vestidos o incluso cajas de pizzas con el “internet de las cosas”.
“En el año 2020, 50 mil millones de aparatos estarán interconectados entre sí”, afirma Hans Vestberg, jefe de presidencia de la compañía multinacional de telecomunicación Ericsson.
Cuando estos aparatos se comuniquen entre ellos, esto significará que habremos llegado a la “cuarta revolución industrial”, describe Wolfgang Wahlster, profesor de Informática y jefe del Centro de Investigación alemán para la Inteligencia Artificial (DFKI).
“Industrie 4.0” es también uno de los proyectos centrales de la estrategia de alta tecnología del Estado alemán para entrenar a las empresas alemanas para el siglo XXI. “Con ello, la logística de producción se les meterá en la cabeza. En la fábrica, con el internet de las cosas, en el futuro los bienes dirán cómo quieren ser elaborados, con lo que se fabricarán productos de alto valor en pequeñas ediciones. Los productos premium refinados digitalmente son, según Wahlster, la gran oportunidad para Alemania.
Los primeros pasos
Ya se han dado los primeros pasos: “Una máquina de dulces advierte automáticamente cuando ya no quedan existencias de una barrita de chocolate, y las pide. O una fotocopiadora se da cuenta antes de tiempo de que un tóner de color se va a gastar dentro de poco y pide más. Eso lo hacen las máquinas mismas”, dice Jürgen Hase, responsable de Deutsche Telekom en el campo de comunicación de máquinas.
Entre los avances que se esperan está por ejemplo su uso en los servicios de salud. “Los estadounidenses lo llaman “lab on a chip”. Los sensores envían la información sobre los latidos del corazón, los parámetros en sangre o la temperatura corporal continuamente a una central de vigilancia o al médico responsable”, dice Bernd Heinrichs del especialista americano en red, Cisco.
Las empresas tienen mucho interés en estos servicios, ya que nos encontramos en una sociedad que está envejeciendo. Esto vale también para la interconexión de las casas: “En el futuro, las alfombras estarán armadas de sensores que advertirán automáticamente cuándo una persona se ha caído y no puede volver a levantarse. Los sensores deben reconocer, sin embargo, cuándo se trata de un perro o de una persona”, dice Wahslter.
Los alemanes ya están varios pasos por delante en lo que respecta a coches que se comunican entre ellos. Un ejemplo: BMW puede notar con unos sensores si la carretera está helada, enviando esta advertencia directamente a los coches que circulan un kilómetro por detrás. Muchos fabricantes, como BMW, Mercedes, VW, Opel o Ford participan ahora en una gran prueba en Fráncfort.
En el futuro, también los productos nos podrán contar su historia vital, desde su fabricación hasta el reciclaje.
Esto funciona con la tecnología NFC, que pronto se incorporará a muchos smartphones, con la que se podrán leer las “cajas negras” de los alimentos. También hay grandes posibilidades con la logística, donde en el futuro habrá robots interconectados unos con otros que recogerán los productos de las estanterías. También será posible que vehículos controlados por satélites transporten productos por la noche hacia los supermercados.
En las “ciudades inteligentes”, el uso de la energía es un tema muy importante. “Para ahorrar corriente, la iluminación sólo se encenderá cuando alguien pase por la calle. Cada farola podrá recibir una dirección web. Cuando un coche se acerque y aparque allí, la luz se encenderá por un corto espacio de tiempo”, dice Wahlster. Son los chinos los que muestran más interés por la técnica alemana, con el objetivo de que sus megaciudades no se ahoguen con el tráfico. También los estadounidenses invierten con mucha fuerza en el internet de las cosas.
“Las empresas alemanas saben que, sin inversiones en el internet de las cosas, en el futuro lo tendrán difícil para adaptarse”, advierte Jan Geldmacher, de Vodafone Alemania. Aunque el mercado es pequeño, crece de manera vertiginosa. “Hasta 2015, según nuestras estimaciones, habrá 300 millones de máquinas conectadas entre ellas. El mercado, entonces, crecerá a más de 40 mil millones de euros”, espera Geldmacher. La mayor parte de los ingresos serían por aplicaciones, servicios y hardware. Para las empresas de telecomunicaciones, el M2M es un valor de esperanza. La clave del nuevo cambio está en la Inteligencia Artificial
Los cambios que ya anuncian la 4ª revolución industrial
- Robótica
Lo robots se incorporarán a las tareas del día a día —físicas y digitales—. Así como la máquina de vapor sustituyó a los humanos en el trabajo indistrial, con los robots pasará lo mismo. El trabajo humano se irá reduciendo, paulatinamente, para permitir uso de tiempo para la creatividad y la toma de decisiones.
- Internet de las cosas
Cada objeto y equipo de uso cotidiano estará conectado a internet. Así objetos simples podrían aportar servicios adicionales de todo tipo.
- Vehículos autónomos
Los coches y las motos se conducirán solos, con tan solo poner la ruta adecuada y a través de sensores que adviertan sobre el tráfico. Y aparecerán nuevos vehículos, como los drones para personas, que de hecho, ya están en desarrollo.
- Nanotecnología
Cada vez actuamos en superficies más y más pequeñas, y aquí es donde aparece la nanotecnología. Las aplicaciones nanotecnológicas irán desde implantes médicos hasta aparatos digitales.
- Impresión 3D
Las réplicas instantáneas de objetos pueden marcar el camino a seguir para prótesis médicas e incluso fabricaciones a gran escala, desde la comodidad del hogar o del centro de trabajo, sin trasladar físicamente el objeto.
Este estallido de innovación ampliará la desigualdad que ya existe entre ricos y pobres. El hecho de poder sustituir puestos de trabajo por máquinas cada vez más efectivas provocará que quienes tengan posiciones más humildes sean los primeros en ser desplazados.
Philip Jennings, del sindicato UNI Global Union, advierte: “Necesitamos políticas estables para garantizar una evolución democrática. Existe la posibilidad de dar forma a la tecnología para mejorar la vida de las personas a través de la conectividad, la educación y la salud. No debemos tener miedo ni ser fatalistas, pero tenemos que garantizar de que sea un cambio a mejor”.
Fuentes: PlayGround Noticias, Marcketingdirecto, El País